Los inversores volarán a ciegas hasta el jueves. El miércoles después del cierre del mercado, tal vez se anuncie si Axel Kicillof, el gobernador de la provincia de Buenos Aires, consiguió la masa crítica de acreedores que le permita pagar solo los intereses del BP21, el bono que vence el sábado, pero cuyo pago deberá hacer al primer día hábil siguiente.
Si consiguió la masa crítica de 75% de bonistas que acepten el pago de intereses, todavía no lo puede anunciar aunque se cree que es una misión difícil porque uno de los fondos de Wall Street que más bono tiene anunció su reticencia, aún sin confirmación oficial. Pero en un juego de negociación, nada es literal.
El tema es que si no consigue la masa crítica, Kicillof no pagará siquiera los intereses porque no tiene sentido: va igual en default. Estaría haciendo un pago opuesto a lo que le reclama la mayoría de los tenedores de los bonos.
Según Juan Manuel Pazos, economista jefe de TPCG Group, “un default bonaerense es un problema de la provincia de Buenos Aires que no afectará a la negociación de la deuda soberana del Gobierno que ya envió un mensaje claro a todas las provincias: no va a salvar a ninguna porque no le alcanzan las reservas”.
En el orden nacional lo que puede suceder es que no se pague el capital de ningún bono en dólares con legislación argentina. Los tenedores de esos bonos, como el Bonar 2020 o el Bonar 2024 bajo ley argentina, tal vez deberán aceptar rollear los vencimientos aceptando un nuevo título a más largo plazo y con menos tasas de interés.
Los bonos más largos con ley neoyorquina, como el Discount o el Par, no van a tener ese problema porque la masa crítica que se necesita es de 85% “por lo tanto no entrarán en la reperfilación, por ahora”, agregó Pazos.
Para Federico Furiase, economista de EcoGo y profesor de la Universidad Torcuato Di Tella remarcó que “el mensaje del ministro Guzmán a la provincia implica que intentan tener una negociación con los acreedores eliminando la expectativa de que va a haber un salvataje financiero de la Nación. De esta manera, jugará una carta ganadora para que los acreedores acepten algunas de sus condiciones. Ya dijo que no hay reservas para pagar el capital, sino solo los intereses. Fue interesante lo que dijo de los pesos, que va a seguir rolleando (renovando) sus vencimientos y eso puede ser una buena señal para la paridad de esos bonos y que cumplirá con los próximos vencimientos, aunque tenga que emitir”.
Furiase coincidió con otros economistas que un default de la provincia de Buenos Aires va a tener una influencia acotada sobre la restructuración de la deuda de la Nación. “Creo que Guzmán imagina sentarse a la mesa de negociación con un esquema fuerte donde se abren escenarios de reperfilación. De todas maneras, yo creo que, por USD 276 millones, Kicillof se arriesga demasiado”.
Según el cálculo de Furiase, tomando el precio de los bonos que vencen en estos días y la tasa de retorno, la probabilidad de que haya default de la provincia el viernes es de 45%.
Para Federico Sidi, de Compass Group, lo que más alarmó al mercado, fueron las declaraciones de Joseph Stiglitz, el mentor del ministro de Economía Martín Guzmán y premio Nobel de Economía en 2001. “La propuesta de un recorte significativo de capital o de intereses puso nervioso al mercado que praiceaba (cotizaba) los bonos a 40% y después de las palabras del economista comenzaron los rumores de una quita de 60%”.
Lo cierto es que hubo una fuerte suba de los bonos en pesos que rozó 10% y un derrumbe de los títulos en dólares más significativos que llegó a casi 5% en los de más largo plazo que son los que influyen en la confección del riesgo país que aumentó 94 unidades (5%) a 1.924 puntos básicos.
Otra consecuencia de lo que está sucediendo, se vio en la calificación de Standard & Poor’s, que puso a la deuda argentina en “default selectivo”, es decir adelanta que la provincia de Buenos aires puede no cumplir con el pago el próximo lunes.
Lo único que operaba como si nada hubiera pasado, era el dólar. En la plaza oficial en bancos y casas de cambio se vendió a $ 62,98, un centavo más alto que el día anterior. En el mercado mayorista, los negocios alcanzaron a tan solo USD 266 millones. Si bien el Banco Central no intervino, la banca oficial compró alrededor de 60 millones y el precio cerró 3 centavos más elevado que la rueda anterior a $ 60,10.
El dólar libre, se mantuvo firme en $ 79. Ese valor parece inamovible. Las cotizaciones alternativas tuvieron comportamientos dispares. Mientras el dólar Bolsa o MEP avanzó apenas 4 centavos a $ 79,93, el contado con liquidación aumentó 52 centavos a $ 81,66. Las reservas tuvieron una segunda rueda de caída. Bajaron USD 95 millones a 45.360 millones.
El mercado que peor la pasó, fue el bursátil. El S&P Merval, el índice de las acciones líderes, perdió 3,64% con un regular monto de negocios de $ 697 millones. Las empresas de energía fueron las más afectadas: Central Puerto (-6%), Edenor (-5,26%), Pampa Energía (-5,07%) e YPF (-5,05%). La petrolera local está por emitir Obligaciones Negociables en dólares, pero los últimos acontecimientos pueden interferir en su decisión.
Los ADR’s argentinos que cotizan en Wall Street tuvieron una rueda negativa. Los certificados de tenencia de acciones que más padecieron el mal clima de la Argentina fueron Central Puerto (-8,08%), Banco Supervielle (-6,55%), Corporación América (-5,72%) y BBVA (-4,96%).
Lo que sucederá de aquí en más, es una incógnita. Axel Kicillof tiene la llave de mercado y lo que haga en las próximas 48 horas definirá el humor de los inversores. La plaza que apuntaba a la euforia después de la exitosa renovación de los bonos en pesos, se frustró por las dudas que sembró el Gobernador al mantener su postura de no pagar el BP21 y de intentar conseguir la masa crítica que se lo permita.
Lo que quedó claro es que un default de la provincia de Buenos Aires lo padecerán los bonaerenses. Los bonos nacionales no serán afectados por ese default porque negocian otros intereses y de distinta manera por la variedad de bonos y con banqueros más predispuestos a alcanzar una solución.
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