Desde que es Presidente, e incluso mientras estaba en campaña, Alberto Fernández advirtió que el acuerdo de libre comercio firmado entre el Mercosur y la Unión Europea en junio del año pasado será positivo en la medida en que no afecte a la industria nacional.
Muchos sectores productivos cuestionaron la firma porque, naturalmente, hay intereses diversos según la actividad, el tamaño de la empresa y si exporta o no a Europa y puede verse beneficiada con este acuerdo. Las posiciones fueron heterogéneas, pero en líneas generales hubo advertencias por parte de los industriales sobre las consecuencias que esta apertura comercial tendría, a la corta o a la larga, en la producción.
El acuerdo está firmado y entraría en vigencia una vez que los diferentes Congresos lo aprueben. En este sentido, la cartera de Desarrollo Productivo que lidera Matías Kulfas iniciará, en colaboración con la Cepal, un diálogo con los distintos sectores para analizar el impacto real de este tratado y poder darle a los legisladores las herramientas necesarias para dar el debate.
Fuentes del Ministerio aseguraron que el objetivo es recabar información y elevar un informe al Presidente, al canciller Felipe Solá y a los diputados y senadores que deberán darle tratamiento en el Parlamento.
“La industria es la que más pierde. Se dialogó con todos los sectores antes de firmar el acuerdo y todo lo que se fue acordando no se cambió en la negociación, pero igualmente hay muchas pérdidas”, dijeron desde la UIA.
Los encuentros con los sectores comenzaron ayer. Kulfas recibió a los dirigentes de la Confederación General Económica de la Argentina (CGERA), que preside Marcelo Fernández. La entidad había anunciado en las últimas horas que mantendría esta reunión “con el objetivo de analizar el impacto del acuerdo Mercosur-Unión Europea (UE) en los sectores industriales”. Según ese comunicado de prensa, la entidad le pidió revisar cada capítulo y las condiciones impuestas.
“Es muy saludable la decisión del ministro de convocarnos porque el gobierno anterior no nos incluyó en la negociación; nunca supimos qué se negoció”, dijo Fernández, quien agregó: ”Kulfas demuestra con esta convocatoria que está interesado en escuchar a las empresas nacionales, en especial las pymes, que vamos a quedar en la ruina por el tratado firmado”.
El presidente de CGERA señaló: “A nosotros nos preocupa la situación de los sectores sensibles, que debido a la crisis que atravesaron los últimos años, necesitan un tiempo prudencial para recuperarse y ser competitivos. No nos negamos a firmar sino que tenemos que trabajar para fortificar a nuestros sectores”, concluyó. En la reunión, los empresarios expusieron las dificultades de algunos sectores en particular, como el textil, marroquinería, calzado, indumentaria, entre otros.
Muchos sectores productivos cuestionaron el acuerdo porque, naturalmente, hay intereses diversos según la actividad, el tamaño de la empresa y si exporta o no a Europa y puede verse beneficiada.
Según fuentes de la cartera productiva, el objetivo de éste y los próximos encuentros con empresarios es que “sepan en qué esquema se tendrán que desempeñar a partir de la eventual aprobación del acuerdo”.
Algunos sectores sí sabían lo que se estaba negociando, aunque no tuvieron éxito en todos sus planteos. A modo de ejemplo, los autopartistas pudieron “conseguir que algunas posiciones arancelarias de más relevancia quedaran en períodos de desgravación más largos”, pero lo que pretendían era que todo el sector quedara excluido, lo cual era imposible, según les dijeron los funcionarios de la anterior administración. “Tampoco pudimos modificar sustancialmente las reglas de origen, ya que la Unión Europea había firmado lo mismo en otras negociaciones y Brasil también apoyaba”, aclararon desde el sector.
“Nosotros no tenemos problema que junto al Mercosur vayamos a unirnos a la Unión Europea, pero en la medida en que esa decisión no afecte a nuestra industria”, había enfatizado Fernández durante el lanzamiento del “Plan Estratégico Automotor 2030”, a los pocos días de haber asumido. Dijo además, en esa oportunidad, que el Mercosur debe ser un “espacio común desde donde enfrentar a la globalización”, un “hecho irreversible” que se debe asumir con “inteligencia”.
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