Entre 2015 y 2019, durante el gobierno de Mauricio Macri, el conjunto de las provincias argentinas más la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) pasaron de recibir 40,5% a 49,6% de la recaudación nacional, sin contar los recursos de la seguridad social y los impuestos al comercio exterior, precisa un informe del Instituto Argentino de Análisis Fiscal (Iaraf), que encabeza el economista Nadin Argañaraz.
Así, en promedio, los 24 distritos mejoraron 22,5% su participación relativa en la recaudación total, a expensas del gobierno nacional. De hecho, en 2019 la participación de las provincias más la Capital Federal en el reparto de fondos fue la más alta de los últimos 27 años, resalta el informe. El punto más bajo había sido 2002, cuando ese porcentaje fue de 35,7%, debido a la reimposición de las retenciones a la exportación, un impuesto no coparticipable.
Pero el promedio oculta situaciones diferentes, dice el estudio, titulado “Una radiografía de la coparticipación federal de impuestos: provincias ganadoras y perdedoras en los últimos años”, Los distritos más favorecidos fueron la provincia de Buenos Aires y CABA, entonces gobernadas, respectivamente, por María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta, del mismo signo político que el gobierno de Macri.
El estudio seguramente será usado en la discusión por el reparto de recursos, tironeo que se agudiza en tiempos de estrechez fiscal. El gobierno nacional ya anunció su intención de restarle unos 35.000 millones de pesos al distrito porteño, semanas después de que la vicepresidenta Cristina Kirchner apuntó sobre los supuestos privilegios de la Capital, bastión del macrismo e históricamente adversa al peronismo.
Lo de provincias “ganadoras y perdedoras” del estudio de Iaraf debe leerse en términos relativos, ya que ninguna fue ajena al aumento de recursos verificado entre 2015 y 2019. Todas recibieron, a partir de 2016, una porción de la recaudación nacional superior a la que recibían hasta 2015, debido a la detracción que se les hacía desde 1992 con destino al sistema previsional. Presionado por un fallo de la Corte Suprema de Justicia difundido apenas dos días después del “ballotage” de las elecciones 2015, el gobierno de Macri empezó en 2016 a restituir esos fondos a todas las provincias, proceso que se terminará de completar justamente este año.
El reparto entre, de un lado, la Nación y, del otro, las provincias y la Ciudad de Buenos Aires, es lo que se conoce como “distribución primaria”. Si la mejora hubiese sido distribuida en función de los porcentajes de reparto de 2015, dice el estudio, la “distribución secundaria” entre las provincias no habría cambiado.
Pero no fue así, ya que debido a la restitución parcial del llamado “Fondo del Conurbano Bonaerense” y el “Consenso Fiscal” de 2017, la provincia de Buenos Aires capturó 38 % de la mejora total, y la Ciudad de Buenos Aires se quedó con otro 20%. Esto significó una pérdida relativa, para el resto de las provincias, de entre 6 y 10% en la “distribución secundaria”, dice el informe.
Esa evolución es la contracara de períodos previos. El estudio recuerda que en los tres años posteriores a la creación, en 1992, del Fondo del Conurbano, la participación de Buenos Aires en el reparto había llegado al 25%. Pero en 1996 a ese Fondo se le puso un tope nominal de $ 650 millones (entonces 650 millones de dólares) que a partir, en 2005, de tasas de inflación de dos dígitos, lo fue diluyendo, al punto que hasta las más pequeñas provincias argentinas recibían más “fondos bonaerenses” que la propia Buenos Aires, que en ese recorrido perdió más de 6 puntos porcentuales de coparticipación secundaria, al pasar de 25 a 18,7%.
“Para 2019 la provincia de Buenos Aires ya había recuperado más de 4 puntos y se espera que este año su coeficiente secundario se equipare al de 2003”, precisa el estudio. Así, al cabo de 17 años, la más grande provincia argentina, donde habita más de 40% de los pobres del país, recibiría en la repartija interprovincial el mismo porcentaje que tenía en 2003, cuando asumió el gobierno de Néstor Kirchner.
La otra “ganadora” destacada es la Capital Federal, que vio subir más de 3 puntos (de 1,9 a 5%) su participación secundaria. aunque no por una detracción a los fondos provinciales, sino por el aumento del “coeficiente legal” que le cedió la Nación invocando argumentos como la transferencia de efectivos y responsabilidades de la Policía Federal a la Policía de la Ciudad.
En 2020, al cabo de 17 años, la provincia de Buenos Aires, la más grande y donde habita más del 40% de los pobres del país, recibiría en la repartija interprovincia el mismo porcentaje que tenía en 2003, cuando asumió el gobierno de Néstor Kirchner
En síntesis, concluye el estudio, durante la gestión macrista “se pudo apreciar un claro aumento en la participación de las provincias" a expensas de la Nación, debido a tres factores: 1) la restitución a las provincias de la llamada “precoparticipación” para financiar el sistema jubilatorio, 2) el aumento del coeficiente de CABA, y 3) la resposición parcial a Buenos Aires del “Fondo del Conurbano. que determinaron un reparto asimétrico de las mejoras a favor de los distritos porteño y bonaerense.
En la puja política por los fondos, la señal de largada de la ofensiva contra el gobierno porteño la dio la vicepresidenta, Cristina Kirchner, en la asunción del intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, al señalar que “en Capital hasta los helechos tienen luz y agua, mientras en el conurbano chapotean en agua y barro”.
Luego, el gobierno de Alberto Fernández informó su intención de restarle 35.000 millones de pesos al distrito gobernado por Horacio Rodríguez Larreta, lo que dio inicio a una silenciosa negociación.
Del dicho al hecho
El señalamiento de la ex presidenta es llamativo, pues -como precisa el estudio del Iaraf- fue precisamente durante las gestiones kirchneristas que Buenos Aires perdió más recursos a manos de la Nación y del resto de las provincias. Además, Cristina hizo ese comentario en La Matanza, uno de los distritos más pobres del conurbano. Al respecto, un estudio de la Auditoría General de la Nación sobre transferencias directas del gobierno nacional a Municipios en el quinquenio 2010-2014, entre la primera y la segunda presidencia de la hoy vicepresidenta, La Matanza, que tiene 2 millones de habitantes y es uno de los distritos más pobres del país, recibió apenas 1% de las transferencias directas de la Nación a Municipios, contra 56% que recibieron 8 localidades de Santa Cruz cuya población apenas llega al 0,5% del total nacional.
La cuestión está en sus inicios. Los gobiernos de Alberto Fernández y Rodríguez Larreta negocian en discreto silencio. Las provincias, por ahora, no han levantado la voz contra el desparejo reparto del paquete fiscal de emergencia, que asigna nada menos que 80 % de la mejora de recursos a la Nación.
El debate por un sistema de reparto de fondos consensuado y aceptado por todos es una larga deuda: baste decir que a fin de este año la Argentina cumplirá 25 años ininterrumpidos de violación al mandato de la Constitución Nacional de 1994 de sancionar una nueva ley de Coparticipación Federal.
Seguí leyendo: