¿En efectivo, con tarjeta, o con código QR? El número de personas que se inclina por la segunda y la tercera opción continúa creciendo, especialmente entre los más jóvenes -en la franja de los millennials y sobre todo en grandes urbes-.
Una de las incógnitas en el mundo financiero actual tiene que ver con cuándo se dejará de usar el dinero en efectivo. Algo impensado hace algunas décadas, ya supone un destino más cercano. Los teléfonos celulares, la necesidad de que todo sea rápido y fácil en un mundo con grandes avances tecnológicos, la seguridad y un crecimiento voraz en la digitalización de los bancos, sumado a la llegada de las fintech, colaboraron para avanzar en el proceso. A medida que pasa el tiempo, el dinero en efectivo es menos importante.
En la actualidad, los documentos de identidad digitales hacen más fácil que nunca abrir una cuenta. Asimismo, la digitalización de los pagos en efectivo permiten que más personas empiecen a usar cuentas de transacciones. Mientras que los servicios financieros a través de celulares permiten que haya un acceso incluso en las zonas más remotas.
Los documentos de identidad digitales hacen más fácil que nunca abrir una cuenta. Asimismo, la digitalización de los pagos en efectivo permiten que más personas empiecen a usar cuentas de transacciones
Pero para lograr este avance hacia el dinero digital, resulta fundamental dar pasos firmes en lo que respecta a la inclusión financiera. El uso de tarjetas de crédito y débito aún es bajo en la Argentina: sólo $2 de cada $10 del total del consumo de los argentinos se hacen con débito o crédito, mientras que $ 7 se concretan en efectivo. Así se desprende del Informe de gastos de la Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo) que llevó a cabo el Instituto Nacional de Estadísticias y Censos (Indec) entre 2017 y 2018, en el que se agrega que el resto se hace a través de homebanking y otros medios.
No hay que perder de vista que muchos comercios incentivan las compras en efectivo ofreciendo descuentos, algo que se encuentra prohibido. Es que al cobrar en billetes, muchos negocios evitan emitir factura para no tener que pagar impuestos como el IVA o Ingresos Brutos, y tampoco Ganancias por esas ventas.
Esas prácticas de los comercios suelen suceder ante la falta de fiscalización de la AFIP por lo que las empresas no temen en publicitar en vidriera los descuentos por pago en efectivo.
En tanto, un estudio denominado “Ciudades sin Efectivo” que realizó Visa junto con la empresa norteamericana Roubini ThoughtLab revela que, sólo en Estados Unidos, el efectivo conlleva un costo de 200.000 millones de dólares anualmente mientras que en India se estima que el costo es de 28.000 millones de dólares estadounidenses.
En la era digital actual, “las monedas y los billetes son de hecho un anacronismo”, afirma. “Hacen que los pagos sean increíblemente difíciles, con gente desperdiciando todo tipo de tiempo en la caja mientras esperan a que la persona delante de ellos encuentre efectivo o que la cajera devuelva el cambio”.
En la era digital actual,“las monedas y los billetes son de hecho considerados un anacronismo
“Ese estudio expone las importantes ventajas para consumidores, empresas y gobiernos a medida que las ciudades adopten más ampliamente los pagos digitales”, destaca en diálogo con Infobae Gabriela Renaudo, gerente general de Visa Argentina y Conos Sur.
“Las sociedades que sustituyen el efectivo con los pagos digitales reciben beneficios gracias a un mayor crecimiento económico, una menor tasa delictiva, un mayor número de empleos, salarios más altos y mayor productividad de los trabajadores”, asevera.
La investigación esclarece los altos costos del efectivo. En promedio, las empresas gastan un 2% de los ingresos por mes en cobros no digitales. El porcentaje aumenta al 3% para algunas ciudades, como San Pablo y Tokio, y empresas más grandes. El tiempo promedio de circulación del dinero físico (tiempo que tardan los fondos en aparecer en una cuenta bancaria) puede variar desde un día y medio para el efectivo hasta tres días para los cheques en mercados en donde el uso de cheques es habitual.
Si bien el nivel varía según el tamaño del negocio, las empresas gastan un promedio de 68 horas por semana en la gestión del efectivo. El número de horas es incluso mayor en ciertas ciudades como Bangkok (89 horas) y Tokio (en torno a 86 horas).
En promedio, las empresas gastan un 2% de los ingresos por mes en cobros no digitales. El porcentaje aumenta al 3% para algunas ciudades, como San Pablo y Tokio
Asimismo, las empresas pierden una cifra equivalente al 4% de sus ingresos al mes por robo, dinero falso y déficit en la caja registradora. Mientras que los importes tienden a ser inferiores en ciudades de mercados desarrollados como Chicago (1%) y Tokio (2%), pueden ser muy elevados en ciudades de mercados emergentes como San Pablo y Lagos (9% cada una).
El estudio agrega que en general, las empresas gastan algo más de 88 horas al mes en procesar aproximadamente el 45% de sus pagos que realizan con efectivo, cheques o giros bancarios. Pasan la misma cantidad de tiempo procesando el 55% de sus pagos efectuados de forma digital, lo cual significa que estos pagos, en promedio, llevan menos tiempo.
El rol de los bancos
Los bancos juegan un rol fundamental con respecto a la inclusión financiera brindando herramientas y tecnología con el fin de avanzar hacia la digitalización.
Desde Banco Ciudad, por caso, aseguran que además de implementar una serie de beneficios para la adhesión al débito automático de diversos servicios y también para el comercio, trabajando conjuntamente con FECOBA para impulsar la bancarizacin de las transacciones reduciendo costos para los comerciantes abordan esta temática desde tres dimensiones: educación financiera, asistencia crediticia a microeprendedores y presencia en zonas vulnerables. Detallan que entre 2018 y 2019 realizaron más de 800 talleres de capacitación y se bancarizó a más de 7.000 recuperadores urbanos, 1.500 ex manteros y 9000 familias en situación de calle; entregaron posnets gratuitos para feriantes y comerciantes de barrios vulnerables; y dieron más de 20.800 microcréditos por $1.149 millones.
Marcos Devoto, gerente de Gestión Financiera de Santander Argentina, sostiene en dialogo con Infobae que constantemente la entidad está buscando soluciones para disminuir el uso de efectivo y favorecer el dinero digital. En ese sentido, afirma que unas de las principales acciones es premiar los cobros y los pagos con débito y crédito en cuenta.
“Desde el año pasado, sorteamos 100 sueldos de $30.000 por mes a quienes acrediten sueldos en la cuenta (cobros) y a quienes paguen con tarjeta de débito o crédito. Tenemos múltiples descuentos y beneficios en cientos de comercios por pagar con débito o crédito”, detalla.
Otra de las medidas del banco para fomentar el uso del dinero digital tiene que ver con la bonificación de parte de las facturas de servicios como luz, agua y gas por adherirlas al débito automático.
“Hacemos promociones para que los comercios tengan las terminales de tarjetas (posnet) de manera más económica y sencilla. Además, hemos trabajado en la inclusión financiera en zonas vulnerables, actualmente tenemos seis sucursales de integración social en barrios del Gran Buenos Aires (Barrio Itatí, La Juanita, San Miguel Oeste, entre otros) y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Barrio 31). Trabajamos en la utilización de tarjeta de débito y crédito con límites adaptados a las necesidades de esas zonas”, explica gerente de Gestión Financiera de Santander a nivel local.
Para el Banco BBVA, es claro que el uso del efectivo está en retroceso, en el mundo y la Argentina no es ajena a este comportamiento. “La velocidad en estos cambios de comportamiento no es igual en todos lados ni en todas las generaciones. Los bancos, como así también otras industrias y los Estados, estamos generando herramientas para facilitar esta conversión. Lo fundamental es brindar seguridad, simplicidad en el uso, y en lo posible que la experiencia comparativamente con el uso de efectivo sea superadora e innovadora. En el momento en que la gente perciba que el uso del dinero físico es un inconveniente, es un indicador de que ese futuro ha llegado”, consideran.
Para la entidad privada la tendencia es que los pagos electrónicos, en todas sus formas, las vigentes y las que vendrán, incrementen su uso y adopción en la población. Ya sea porque las generaciones más grandes las usen por sus beneficios, o porque las nuevas generaciones no ven otra forma de relacionarse con el dinero.
Lo fundamental es brindar seguridad, simplicidad en el uso, y en lo posible que la experiencia comparativamente con el uso de efectivo sea superadora e innovadora
En otro orden, consideran que importante destacar que la expansión de los métodos electrónicos de pago contribuyen al blanqueo de la economía. “Los pagos con tarjetas ya sea de crédito o de débito así lo están demostrando”, aseguran. Entre los beneficios destacan la seguridad, trazabilidad de las operaciones, blanqueo y su correspondiente contribución impositiva.
Herramientas como los pagos de código QR (códigos de barra) facilitan y reducen los tiempos que necesita una persona para realizar un pago, siendo esto un gran beneficio y también para los comercios que lo utilizan.
Ezequiel Valls, líder de Everyday Banking del Banco Galicia, afirma que el uso de efectivo permite la facilidad de operar relativamente rápido y tiene la característica de no dejar rastro para el caso de aquellos que se manejan en el mercado informal o que quieren evitar controles. Por eso aclara: “El foco y la capacidad de acción de los bancos está puesto en bajar las barreras de entrada en el sistema financiero, facilitando el ingreso a través de medios digitales, que ofrecen procesos más simples”.
“Estos procesos permiten la apertura de cuentas, que hasta no hace mucho debían realizarse de manera presencia y en horarios restringidos. Por otro lado, tenemos oportunidades importantes en simplificar el uso y el seguimiento de los medios electrónicos de pago, trabajando tanto del lado de los consumidores en el cambio de hábitos, como de los comercios en la aceptación”, sostiene.
La bancarización ayuda pero en contra de la economía en negro se necesitan más incentivos. Controles más exigentes e incentivos fiscales que desalienten la operación en efectivo”
En ese sentido, considera que desde la entidad privada ven oportunidades de agregar valor en colaborar en el ordenamiento de la vida financiera de los usuarios, permitiendo planificar mejor sus consumos y tomar mejores decisiones financieras. “Una muestra de que estos movimientos empiezan a verse reflejados es que, durante los últimos cuatro años, las extracciones de billetes aumentaron un 70% acumulado, mientras que las compras con débito lo hicieron en un 114%”, subraya.
Con respecto al avance del dinero digital en detrimento de la economía en negro, señala: “La bancarización ayuda pero en contra de la economía en negro se necesitan más incentivos. Controles más exigentes e incentivos fiscales que desalienten la operación en efectivo”.
La bancarización ayuda pero en contra de la economía en negro se necesitan más incentivos. Controles más exigentes e incentivos fiscales que desalienten la operación en efectivo”
En tanto, desde el Banco Nación, entidad pública, manifiestan que la industria no ha estado exenta de los cambios tecnológicos en materia de transformación digital. “Eso ha generado que el acceso a soluciones que desarrollen y fomenten medios de pago electrónico haya crecido fuertemente mínimamente en los últimos 5 años. En Argentina, aún los medios de pago tradicionales como tarjetas de crédito y de débito siguen liderando el ranking de utilización de medios de pago electrónicos, mientras que las transferencias persona a personas y los pagos QR vienen creciendo, pero aún representan transacciones marginales en el global”.
Inclusión financiera en Argentina
El Banco Central de la República Argentina publicó en 2019 un Informe de Inclusión Financiera, un reporte de periodicidad semestral orientado a comunicar el estado de la inclusión financiera en el país y a dar cuenta de las medidas adoptadas en la materia.
El mismo arrojó que Argentina registraba un 80% de adultos con al menos una cuenta de depósito -caja de ahorro o cuenta corriente- en una entidad financiera regulada a marzo de 2018. Este valor puede considerarse elevado para una economía de nuestras características, comunicó la entidad, al tiempo que agregó que en países de ingresos altos, la tasa de penetración de una cuenta bancaria básica es de 95% mientras que, en las jurisdicciones clasificadas por el Banco Mundial de ingresos medio altos, grupo en el que se encuentra categorizada Argentina, este indicador se acerca a 73 por ciento.
El papel de la regulación
El Gobierno viene dando pequeños pasos en el sentido de acompañar el cambio cultural que implica el salto a la utilización del dinero digital. Desde el 1 de enero, bajó la denominada “tasa de intercambio” que los bancos cobran a los comercios por cada operación. La medida se enmarca en un cronograma dictado en marzo de 2017 por el Banco Central de la República Argentina que había previsto la reducción año tras año, con el objetivo de reducir los costos del uso del dinero de plástico y promover su expansión.
Según informó mediante un comunicado la Cámara Argentina de Comercio (CAC) desde el primer día del 2020 “el arancel máximo que pagarán los comercios será de 2% por operaciones con tarjetas de crédito y de 0,9% con tarjetas de débito”. Desde la entidad señalaron que la medida va en sintonía con el pedido que la Cámara le hizo recientemente al Gobierno Nacional de continuar con la baja en el tope de aranceles.
Cabe recordar que la reducción gradual de las comisiones fue posible luego del acuerdo suscrito por la CAC y las empresas Prisma, First Data, Cabal, Tarjeta Naranja, Italcred y Tarshop en marzo de 2017. El convenio, junto a la desinversión de Prisma como consecuencia de la denuncia efectuada por la CAC por abuso de posición dominante.
Con este cambio para 2020 la tasa para las tarjetas de créditos queda en 2% y para las de débito en 0,9% y para el 2021 en adelante en 1,8% y 0,8% respectivamente, en el esquema original publicado el 30 de marzo de 2017 era de 1,5% y de 0,70% y para el año siguiente en adelante era de 1,30% y 0,60 por ciento.
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