Días atrás, el presidente Alberto Fernández dio indicios de cómo viene la negociación por la reestructuración de la deuda. Aunque el gran hermetismo que está teniendo el equipo del ministro de Economía, Martín Guzmán, invita a pensar que el proceso viene más lento de lo deseado, lo cierto es que ocurre lo contrario. El mandatario dijo que el deadline es el 31 de marzo para el cierre de la negociación y los bancos ya tienen el estricto mandato de apurar sus propuestas.
“Hasta el viernes hablaban con nosotros. Ya no; nos dijeron que con los lineamientos generales que nos dieron, vayamos a sondear a los acreedores y volvamos, cuanto antes, con una propuesta”, dijo una fuente de uno de los bancos que está interesado en participar del negocio de la reestructuración.
Fuentes de Economía confirmaron que “el proceso ya está en una etapa de presentación de propuestas por parte de las entidades financieras" y que en las próximas semanas habría novedades.
¿Cuáles fueron esos lineamientos base sobre los cuales los bancos tendrán que diseñar sus ofertas?
Las primeras pistas ya las había dado el propio Guzmán las veces que se refirió a cómo debe ser una renegociación de la deuda sustentable. “Primero hay que crecer para luego poder pagar”, dijo el ministro en las pocas conferencias de prensa que dio. Y lo mismo había asegurado públicamente Fernández. En otras palabras: la oferta debe contemplar algunos años de gracia en la que el Estado no tenga que cumplir con el pago de capital ni intereses y que ese alivio financiero le permita a la Argentina comenzar a despegar.
Guzmán no tiene en la cabeza avanzar en una oferta que contemple quita de capital, aunque sí podría haber un recorte de los intereses de hasta el 50%
El ministro les habló a los bancos de dos a tres años de gracia para capital e intereses y luego de ese período comenzar a pagar. ¿Con o sin quita nominal? Es la gran pregunta. Según las fuentes, Guzmán no tiene en la cabeza avanzar con una oferta que contemple quita de capital, aunque sí podría haber reducción en los intereses. Lo que el economista quiere evitar es una nueva avalancha de juicios, como sucedió en el pasado, por lo que la propuesta contemplará un exhaustivo análisis de las condiciones de cada contrato.
Lo que trascendió de las charlas que el ministro tuvo con los bancos interesados es que podría haber quita del 50% en los cupones, aunque este será el gran tema a negociar. “Si hoy el promedio de los bonos rinde 6%, una de las ideas es pagarles 3%, que igualmente es mucho más que lo que rinde el dinero en el mundo”, señaló la fuente.
Estas son las bases con las que los bancos comenzaron esta semana a sondear más activamente a los acreedores -muchos son grandes fondos de inversión- para luego definir una propuesta concreta, que puede finalmente tener modificaciones. “Esto es lo que quiere el Gobierno para poder respirar dos años; ahora hay que ver si lo aceptan los acreedores”, dijo otra fuente.
“No pagar nada se corresponde con alguien quebrado. No es el caso de la Argentina, que tiene un problema de credibilidad por la administración actual, no por el país en sí. Si yo fuera un inversor, me muero de risa. Para mí, no pagarme nada por dos años sería defaultearme”, señalaron desde el equipo económico del anterior gobierno.
El ejercicio que había presentado la gestión anterior contemplaba seguir pagando los intereses y extender los pagos de capital por cuatro años, pero sin quita. Pero Guzmán trabaja ahora con otros parámetros y considera que además de un problema de liquidez, el país tiene un problema de solvencia y que la propuesta de renegociación de los poco más de USD 100.000 millones de deuda que está en manos de bonistas privados debe ser sustentable en el tiempo.
Consultado el experto en renegociaciones de deuda, Pablo Giancaterino, señaló que hoy “no hay estudio jurídico que no esté preparado para no litigar con la Argentina. Este canje necesariamente tiene que contemplar una canasta diferente de propuestas, con bonos que queden afuera, como los emitidos en 2005 y 2010. Si el Gobierno quiere hacer algo genérico, se va a demorar y lo va a hacer muy engorroso”, afirmó.
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