Llegó el momento de la toma de ganancias y de los cambios de cartera. Los bonos en dólares, por caso, operaron con un exceso de volatilidad, algunos pocos volvieron a marcar alzas, mientras cedió la euforia por los bonos en pesos.
El mercado está diciendo que a estos precios los bonos en pesos, tienen las tasas adecuadas y los nominados en dólares están en el límite del precio que tendrían si hubiera una negociación de la deuda sin grandes conflictos y sin fondos buitres tratando de elevar el nivel de conflicto.
Por supuesto, son escenarios que varían día a día porque los acontecimientos del exterior hacen que el humor de los acreedores cambie. Si Estados Unidos agrede a Irán, negociar los bonos argentinos será más duro que si se firmara una tregua porque allí los ánimos se tranquilizarían y los acreedores buscarían la rentabilidad en lugar de la seguridad.
No hay que olvidar que la ventaja de tener en la cartera un bono de la deuda local es la elevada tasa que paga por el riesgo que conllevan. En épocas calmas, hay quienes se animan al riesgo, pero cuando hay agitación en el mundo se produce el “fly to quality” -vuelo a la calidad- donde el inversor privilegia la seguridad sobre las ganancias.
El viernes en la Argentina se dio un cóctel con todos los ingredientes. La Bolsa subió 1,68% y cambió el signo negativo que arrastraba en la semana con negocios que continuaron en los buenos niveles de los últimos días y alcanzaron a $ 709 millones.
La suba de los bonos en dólares, fue impactante al principio de la rueda, pero se diluyó en el transcurso del día porque los inversores buscan las emisiones que tienen ley neoyorquina. Se sienten más amparados en una negociación con la jurisdicción de ese tribunal. Los jueces acá también influyen. Por eso el Bonar 2020, que tiene ley local, llegó a estar más de 7% arriba, pero terminó la rueda con un alza de 1,34 y la versión en dólares perdió 1,40%. El Bonar 2024, el otro bono utilizado para las operaciones de contado con liquidación, aumentó 0,93% y la versión en dólares perdió un porcentaje similar.
Los Discount con Legislación Nueva York que parecen estar a salvo de cualquier restructuración porque son bonos que nacieron de un default, quedaron casi sin cambios. Pero como el bono del Tesoro de Estados Unidos bajó su paridad -el rendimiento subió a 1,82%- esto hizo que el riesgo país de la Argentina bajara a 1818 puntos básicos.
Los dólares oficiales, mayorista y minorista, quedaron sin cambios. Pero en la plaza mayorista, el Banco Central volvió a ser comprador de ocasión. En esta oportunidad se alzó con USD 160 millones y mantuvo el precio del dólar mayorista en $ 59,82. En bancos y casas de cambio, se siguió operando a $ 62,95 con un movimiento casi inexistente por el impuesto de 30 por ciento que tienen para la venta.
Pese a las compras, la caída del oro, el euro y otras monedas, más algunos retiros de depósitos hicieron que las reservas bajen 33 millones a USD 45.374 millones.
El dólar libre se quedó en $ 77 pero reaccionaron los dólares alternativos de la mano del precio de los bonos y las acciones que se utilizan para hacer estas operaciones. El contado con liquidación aumentó 2,2% a $ 79,61 y el dólar Bolsa o MEP, el más negociado, subió 1,9% a $ 77,65.
Hay una verdadera guerra entre el dólar y las tasas de interés. Hasta el jueves, las tasas ganaban la contienda ampliamente.
Para el lunes, se espera que el dólar oficial mantenga su quietud y la incógnita es el comportamiento de los bonos de la deuda en dólares porque el fin de semana el tema excluyente del gobierno fue la estrategia para negociar las acreencias de una manera que no sea agresiva pero que permita una salida definitiva. No quieren negociaciones que al poco tiempo se tornen impagables y los obligue a sentarse a la mesa con los acreedores esta vez custodiados por el FMI que seguro exigirá un plan de reformas.
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