Los importadores denuncian que la reimplantación de los controles al comercio exterior generará un sistema de corrupción similar al que derivó en varias denuncias judiciales durante el kirchnerismo.
En diálogo con Infobae, el presidente de la Cámara de Importadores de la República Argentina (CIRA), Rubén García, sostuvo: “Cuando se instalan prohibiciones, automáticamente se abren kioscos, como pasó con las declaraciones juradas anticipadas de importación” (DJAI).
“Había muchos jugadores que lucraron con ese sistema que perjudicó al consumidor”, sentenció el ejecutivo, que el jueves próximo le planteará este y otros problemas al secretario de Comercio Exterior, Ariel Schale.
Había muchos jugadores que lucraron con ese sistema que perjudicó al consumidor (Rubén García)
“Vamos a hablar de las trabas que tiene el comercio exterior, para que bajen los costos; en particular, preocupa una normativa del Banco Central que obliga al importador a ingresar la mercadería en un máximo de 90 días por lo cual comerciar con Oriente es imposible”, detalló. Los importadores quieren al menos duplicar este plazo o ir a un año.
“Esta normativa nos genera un problema legal, porque es muy difícil de cumplir, implica pedirle al banco un permiso y, a la vez, genera el riesgo de sufrir una denuncia por infracción al régimen penal cambiario”, explicó.
En cuanto a la reimplantación de las licencias no automáticas, García explicó: "el 80% de la mercadería que entra al país va a la producción y solamente un 15% es para bienes de consumo”.
Por lo tanto, aseguró que la reinstalación de las LNA no es una solución adecuada. “Si la industria no puede competir, hay que discutir la carga impositiva, pero no implantar más trabas", opinó.
En tanto, en el Ministerio de Desarrollo Productivo que conduce Matías Kulfas juran que no se repetirán los errores del pasado y que sólo se pretende una administración racional del comercio, con especial atención en el 15% de las importaciones, donde se concentran los sectores más sensibles a la apertura. Al respecto, afirman que el sistema utilizado en el gobierno de Mauricio Macri para controlar estos productos era completamente ineficiente.
Por su parte, los economistas afirman que las licencias no automáticas no son una herramienta adecuada, aclaran que las importaciones cayeron por la recesión de los últimos dos años y advierten que, si se usan herramientas con discrecionalidad, puede haber conflictos con la Organización Mundial del Comercio (OMC) como en el pasado. Además, advierten que esta herramienta promoverá un mayor atraso cambiario y atrasará la llegada de inversiones.
Marcela Cristini, especialista de FIEL, dijo que “la Argentina y Brasil se cuentan entre los países más cerrados al comercio internacional dentro de los miembros de la OMC (164 países) por su alto arancel externo común”.
La Argentina y Brasil se cuentan entre los países más cerrados al comercio internacional dentro de los miembros de la OMC (164 países) por su alto arancel externo común
“Como la Argentina vive en el corto plazo ha ocurrido que con atraso cambiario se han dado ´inundaciones´ de importaciones que afectaron a los productores locales mientras que con adelanto cambiario ocurre lo contrario. Y eso ha generado acciones defensivas de los sectores afectados cuyos reclamos son legítimos, ya que ellos no pueden anticipar los vaivenes de la macro”, expresó.
Pero Cristini opinó que “la solución a este problema no es mayor protección sino mayor productividad y nuevas inversiones para la reconversión productiva”.
En relación a las LNA, consideró “reduce las importaciones pero también la eficiencia y, además, exigen una gran eficiencia en el manejo burocrático de la que nuestro país suele carecer”.
Eva Bamio, analista de Abeceb, dijo ante la consulta de Infobae: “las importaciones el año pasado cayeron 24,6%, aunque a fin de este año, si hay una recuperación en el nivel de actividad, podrían volver a crecer en un contexto en el que la guerra comercial entre Estados Unidos y China podría generar un excedente internacional”.
De todos modos, consideró que la solución ante este potencial problema no son las licencias no automáticas, sino “mecanismos como las salvaguardas, el antidumping o los reglamentos técnicos”.
La solución ante este potencial problema no son las licencias no automáticas, sino “mecanismos como las salvaguardas, el antidumping o los reglamentos técnicos (Eva Bamio)
Marcelo Elizondo, titular de DNI, explicó que el problema no son las licencias en sí, si no los criterios para aplicarlas, como el plazo y su finalidad. “No son un instrumento para impedir o dificultar importaciones por razones de comercio exterior o cambiarías, si no por las razones específicas para las que se las permite”, aclaró.
Cabe recordar que la OMC condenó a la Argentina a dejar de utilizar estos instrumentos en forma discrecional a fines del gobierno de Cristina Kirchner, que “se había excedido en su uso y se había distorsionado su función”, recordó Elizondo.
Federico Moll de Ecolatina consideró que la aplicación de este instrumento, “sumará mayor apreciación cambiaria, en una repetición del período 2012-2015. No sirven y no son necesarias. Si existe un problema de divisas, se puede resolver por precio o por cantidad. El precio ya se ajustó por la vía del tipo de cambio que subió lo suficiente como para que no sea necesario ningún control a las importaciones. Las importaciones son bajas, muy bajas”.
La aplicación de este instrumento, “sumará mayor apreciación cambiaria, en una repetición del período 2012-2015 (Federico Moll)
“Al poner un cerrojo sobre las importaciones termina impactando en forma significativa sobre el nivel de actividad y sobre las exportaciones. Y si no hay crecimiento de las exportaciones, no hay crecimiento de la economía en el mediano plazo”, sentenció.
El último ranking del Foro Económico de Davos reflejó que la Argentina es la economía más cerrada entre los países del G20.
Los datos del 2019 acumulados hasta noviembre reflejan un superávit de USD 13.710 millones, por la devaluación del peso y la caída de las importaciones ligada a la recesión del año pasado.
Para los analistas y bancos consultados por Latinfocus, el superávit comercial terminará en USD 18.400 millones en 2020 y en USD 16.600 millones en 2021.
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