Después de atravesar, entre el segundo gobierno de Dilma Rousseff y el de Michel Temer, un período que los propios brasileños consideran la peor crisis económica en varias décadas, el PBI de Brasil parece recuperar brío.
En las últimas semanas, en sus informes Focus, elaborado en base a pronósticos de consultoras privadas, el Banco Central de Brasil fue levantando las proyecciones de crecimiento del PBI: 2019 se habría cerrado en torno a 1,2% y para este año se espera 2,3%, con una expansión de 2,2% de la producción industrial y una tasa de inflación de apenas 3,6%, por debajo de la meta oficial del 4 por ciento.
“La baja a 4,5% de la tasa Selic (tasa de referencia del sistema bancario) a niveles históricamente bajos, va a impactar en la inversión y el consumo; a fin de año la tasa de desempleo podría ser de un dígito”, dijo Gustavo Perego, director de la consultora Abeceb. Además, prosiguió el analista, las cuentas fiscales muestran mejoras, apalancadas en el proceso de reformas y un programa de obras de infraestructura, licitaciones y privatizaciones que solo por este último concepto podría arrimar arrimar 60.000 millones de dólares al fisco brasileño.
Las cuentas fiscales muestran mejoras, apalancadas en el proceso de reformas y un programa de obras de infraestructura, licitaciones y privatizaciones que solo por este último concepto podría arrimar arrimar 60.000 millones de dólares al fisco brasileño (Gustavo Perego)
La Selic osciló entre 14 y 16% anual durante los gobiernos de Dilma Rousseff y Michel Temer, cuando la inflación oscilaba en torno del 8%. Fueron los peores años de la economía brasileña y consumieron dos presidentes, pero legaron a Jair Bolsonaro una economía con inflación baja y perspectivas de crecimiento.
“Brasil creciendo a 2% o más impacta fuerte en la Argentina”, dijo Perego. “Cada punto de crecimiento brasileño agrega un 0,25 puntos al PBI argentino; un Brasil creciendo tracciona al sector metalmecánico argentino y a algunas economías regionales”.
Además, reformas como la previsional, que el gobierno de Jair Bolsonaro logró hacer pasar por el Congreso, mejorarán las cuentas fiscales a mediano y largo plazo, señaló el consultor. El efecto benéfico de baja tasa de inflación, alto influjo de inversiones extranjeras y tasa de interés apenas positiva en términos reales son una combinación propicia para el aumento del consumo y la inversión, motores del PBI.
Un panorama parecido, aunque algo más cauteloso, dio Jorge Day, investigador del Ieral de la Fundación Mediterránea, que en un informe sobre el potencial de las exportaciones argentinas midió las posibilidades de distintos sectores y provincias. En 2019, recapituló Day, las ventas argentinas a Brasil tuvieron una conducta heterogénea. Aumentó la colocación de malta, papas preparadas, trigo, pasta de madera, arroz, porotos y aceitunas, pero cayó la de leche, leche en polvo, peras, manzanas, ajo, aceite de oliva y ciruelas secas.
Las ventas argentinas a Brasil tuvieron una conducta heterogénea. Aumentó la colocación de malta, papas preparadas, trigo, pasta de madera, arroz, porotos y aceitunas, pero cayó la de leche, leche en polvo, peras, manzanas, ajo, aceite de oliva y ciruelas secas (Jorge Day)
Cliente ideal
Para la Argentina, dice el informe de la Mediterránea, Brasil es un cliente ideal, por su gran volumen de compra, su cercanía y las ventajas arancelarias del Mercosur, pero su impacto es variado, ya que sus compras están concentradas en Buenos Aires y pocas provincias más.
En 2018, último año para el que se cuenta con información completa, el mercado brasileño absorbió 19% de las ventas argentinas al exterior, pero la proporción es más alta para la provincia de Buenos Aires (31%, principalmente por la venta de autos, material plástico y trigo), Río Negro (22%, casi íntegramente debido a las ventas de peras y manzanas), Mendoza (22%, gracias a la colocación de ajo, vinos y otros bienes agroindustriales, como aceite de oliva) y Córdoba (20%, con un perfil de ventas similar a Buenos Aires: auto, autopartes y trigo). Brasil también es importante para las ventas de Misiones, por proximidad y venta de productos forestales.
“Brasil es una de las mayores economías del mundo, compra grandes volúmenes, pero su dinámica de los últimos 6 años no ha sido buena”, escribió Day. “Hasta 2013 era una economía pujante, luego sufrió dos años de recesión, y a partir de ahí se ha recuperado lentamente”. Por eso la perspectiva de una duplicación de la (todavía modesta) tasa de crecimiento genera expectativas.
“La mejora en Brasil se percibe claramente; venimos de un período de pérdida de competitividad por falta de créditos blandos y visión integradora; los fletes internos son muy caros”, dijo Carlos Banacloy, ministro de Producción y Agroindustria de Río Negro. “Hoy por el tipo de cambio recuperamos competitividad, además Europa tuvo pérdidas de entre 20 y 25% en la producción de peras, por problemas climáticos y no tienen mucho producto para ofrecer; además, el brasileño prefiere nuestras peras, que son más dulces que las europeas”.
Venimos de un período de pérdida de competitividad por falta de créditos blandos y visión integradora; los fletes internos son muy caros ( Carlos Banacloy, ministro de Producción y Agroindustria de Río Negro)
La participación de las peras del Alto Valle tienen una gran participación en el mercado brasileño; las variedades Giffard y Williams se empezaron a cosechar estos días y antes de fin de mes llegarán al mercado brasileño. En total, se espera que la provincia coloque allí unos 100 millones de kilos de pera, en cajas de 18 kilos, a un precio promedio de 13 a 14 dólares la caja.
La venta de manzanas no genera tanto como la de peras, pero es otro ítem. Además, la provincia apuesta a la diversificación de oferta para Brasil, que es un mercado incipiente para vinos patagónicos con “Identificación de Origen” y sidras diferenciadas. “El consumidor brasileño está reconociendo el producto patagónico”, dijo Banacloy, quien aclaró que todas las plantas sidreras de la Argentina están en Río Negro.
En muchos casos se hacen acuerdos para que el importador se haga cargo del transporte. Es un camión que recorre entre 3.000 y 4.000 kilómetros de ida y vuelta. Pero es lo más rápido si no se logra “consolidar” carga por los puertos de Buenos Aires o San Antonio Oeste. Los camiones argentinos son mucho más caros.
Valor Agregado
El complejo frutihortícola es clave no sólo para Río Negro, sino para todo el Alto Valle, incluyendo partes de Neuquén. Allí, según datos de la secretaría de Fruticultura de Río Negro, participan unos 2.000 productores, hay 274 plantas de empaque habilitadas para el acondicionamiento de la fruta, 208 frigoríficos que se usan para enfriado y conservación, diferentes “industrias de transformación” (plantas para jugo concentrado, sidra, caldo de sidra, productos deshidratado, conservas, bodegas). El complejo genera un ingreso anual del orden de los 700 millones de dólares, de los cuales el 85% tiene como punto de partida la producción de peras y manzanas (en conjunto, aproximadamente 1.100.000 toneladas anuales) y el 40% tiene como destino final la exportación.
La agregación de valor es notable: un 31% corresponde a la fruta fresca, un 52% al acondicionamiento, y un 17% a logística. Y el 44% de ese valor, según los datos de la secretaría de Fruticultura rionegrina, va a salarios de la mano de obra ocupada en el complejo, más de 50.000 puestos de trabajo.
El complejo frutihortícola del Alto Valle genera más de 50.000 puestos de trabajo y un ingreso anual del orden de los 700 millones de dólares; el 40% se debe a la exportación.
Pocos lo saben, pero la pera es, junto al limón (la niña bonita de la producción tucumana) la principal fruta exportada por la Argentina, que produce el 48% de las peras del Hemisferio Sur y es el segundo exportador mundial después de China.
El mercado brasileño es también muy importante para Mendoza, reconoció Alberto Carleti, presidente de la Federación Económica de Mendoza, quien señaló que Brasil es el comprador número uno de ajo y es también un cliente importante para los vinos.
“Por eso trabajamos tanto las relaciones con Brasil”, resaltó Carleti, a quien la distancia no le impide notar que “Brasil está recomponiendo la pérdida de consumo interno”, aunque en su caso, como productor de cerezas, apuesta más a las ventas a China, ayudado por los “hubs logísticos” que la provincia instaló en Guandong y Shanghai y que sirven para vender por internet en el mercado asiático a partir de la demanda que generan los showrooms y promociones que organiza ProMendoza, una organización público-privada.
Brasil está recomponiendo la pérdida de consumo interno”, aunque en su caso, como productor de cerezas, apuesta más a las ventas a China, ayudado por los “hubs logísticos” que la provincia instaló en Guandong y Shanghai (Alberto Carleti, presidente de la Federación Económica de Mendoza)
Para los productores de ajo mendocinos Brasil es la Meca: absorbe 80% de la exportación del producto de la provincia, origen del 90% del ajo que se produce en la Argentina, precisó Ariel Zucarelli, titular de la Asociación de Productores de Ajo de la provincia. La venta al mercado brasileño promedió en los últimos años unas 90.000 toneladas (9 millones de cajas de 10 kilos) y las perspectivas ahora son buenas, por la mejora de los precios.
El “estándar”, suerte de “Brent” del precio mundial es el ajo chino, que colocado en el puerto brasileño de Santos subió más de 90% de 2018 a la actualidad. Como la Argentina goza además de “cláusula de salvaguarda” en el Mercosur, que hace que los exportadores chinos deban pagar una tasa antidumping, el ajo argentino se volvió muy rentable y competitivo. El problema del flete se salva en parte enviándolo en camiones brasileños que descargan mercadería en Chile y de vuelta a su país cargan el ajo en Mendoza. “Eso lo manejan directamente los brasileños; incide en nuestra ecuación, pero no tanto como cuando vamos a otros destinos”, dice Zucarelli. “Nosotros medimos distancia al puerto, en general cuando vamos a otros destinos cargamos por Chile, por Buenos Aires se complica".
Y aún con buenas perspectivas, hay otra limitación: la producción mendocina de ajo cayó desde unas 16.000 toneladas en 2011 a cerca de 10.000 en la actualidad. "Cuando hay años malos la producción se achica. Hubo temporadas en que se trabajó a pérdida, y ha habido poco fomento a la exportación, dijo Zucarelli, quien precisó que el gobierno mantuvo en tres pesos por dólar la retención a la exportación de ajo.
Aunque el impacto relativo es muy importante para las economías regionales, el principal mercado brasileño para la Argentina es el automotor, gracias a las ventajas arancelarias del Mercosur, dice Day, el investigador del Ieral. En 2019, las colocaciones de ese sector en el país vecino cayeron 7%, mucho menos que las ventas en el mercado interno.
El principal mercado brasileño para la Argentina es el automotor, gracias a las ventajas arancelarias del Mercosur (Jorge Day)
En cuanto a las perspectivas para este año, señala Jorge Day la posibilidad de que las ventas argentinas se vayan encareciendo si el dólar se empieza a rezagar respecto de la inflación. Además, recuerda, el aumento de las retenciones y la mayor brecha entre el dólar oficial y el mercado paralelo podrían ir “cerrando” la economía, generando costos más altos. "Resumiendo, las compras brasileñas empujarán más; las dudas están por el lado argentino; si podrán aprovechar las provincias más dependientes del vecino país, caso de Buenos Aires (autos), Córdoba, el Alto Valle y Mendoza.
Siempre más optimista, Gustavo Perego, de Abeceb, cree que la mejora de las perspectivas económicas y políticas de Brasil (Jair Bolsonaro afrontaría las elecciones municipales, en octubre), con baja de desempleo, producción creciente y precios estables, lo que lo dejaría en buena posición para encarar las reformas fiscal y administrativa que el ministro de Hacienda, Paulo Guedes, debió dejar para después del test electoral.
Pero ese mix brasileño, cree Perego, será una fuerza de tracción para el sector metalmecánico y las economías regionales argentinas y ayudará a muchas industrias que estuvieron golpeadas en los últimos años. Además, señaló, ha habido señales positivas de distensión para encarrilar la relación entre los gobiernos de Bolsonaro y Fernández, que llegaron a intercambiar palabras muy poco amistosas.
En primer lugar, el mandatario brasileño finalmente envió a su vice, Hamilton Mourao, a la asunción del presidente argentino, y el presidente de la cámara de diputados argentina, Sergio Massa entabló una relación directa con su par brasileño, Rodrigo Maia, lo que ayudará a encauzar las relaciones bilaterales, incluído el intercambio bilateral.
Ya no son los años de la primera década del siglo XXI. Entre 2003 y 2011, llegó a precisar el consultor Miguel Angel Broda, el PBI en dólares de Brasil se quintuplicó y fue una de las fuerzas de tracción más fenomenales de la economía argentina. Pero Brasil creciendo a más del 2%, con inversión directa extranjera y expansión industrial, del consumo y de la inversión no es nada desdeñable para la alicaída economía argentina.
Sería toda una paradoja que la gestión Bolsonaro termine siendo uno de los salvavidas de la gestión de Alberto Fernández.
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