Crece la preocupación en los puertos de la provincia de Buenos Aires por el aumento del impuesto a los Ingresos Brutos sobre toda la mercadería que transita por esa zona, desde insumos hasta los granos que se comercializan al mercado internacional.
El aumento del tributo fue aprobado esta semana por la Legislatura Provincial y afectará a la producción, porque la incidencia del aumento se intenta trasladar hacia atrás. presionando sobre los márgenes de los eslabones previos de la cadena, hasta llegar a la etapa primaria.
El artículo 100 de la sancionada Ley Impositiva establece para este año y de manera “extraordinaria” un aumento del impuesto a los Ingresos Brutos, que los especialistas aseguran que funcionará como una tasa fija sobre las actividades en los puertos bonaerenses, ya gravadas por el impuesto con alícuotas de 3,5% y 1,5%, dependiendo de la actividad.
Según consta en el texto de la Ley, ahora se cobrarán $47 extra por cada tonelada o fracción superior a 500 kilos de mercadería cargada en buques durante el mes, $139 por cada tonelada o fracción superior a 500 kilogramos de mercadería descargada y $23 por cada tonelada o fracción superior a 500 kilogramos removida. Aunque quedarán excluidos de la sobretasa las mercaderías en tránsito, como la arena, otros productos áridos y la actividad pesquera.
Con la sanción de esta nueva Ley Impositiva, los puertos de San Pedro y San Nicolás perderían operatividad e ingresos, teniendo en cuenta la cercanía con los puertos que están instalados en la provincia de Santa Fe y por lo tanto fuera del alcance de la ley bonaerense.
También ocurriría lo mismo con los puertos de Campana, Zárate, La Plata y Dock Sud, que estarían en desventaja en relación al puerto de Buenos Aires, y una situación similar sucedería con los puertos del sur del territorio bonaerense, que son los de Bahía Blanca y Necochea, respecto de puertos más al Sur, como San Antonio Oeste (en Río Negro) o. en casos extremos, Comodoro Rivadavia (Chubut).
Un informe de la Bolsa de Cereales y Productos de Bahía Blanca aseguró que este paquete impositivo “dejaría a los puertos bonaerenses en una posición de vulnerabilidad en cuanto a la posibilidad de generar capacidad competitiva. Es sabido que los puertos de la provincia realizan un esfuerzo mayor en sobrellevar las dificultades y obstáculos que lamentablemente hacen que la carga generada en la región se canalice por otros puertos, tales como los ubicados en las provincias de Río Negro y Santa Fe”.
Costo adicional
Además, para la entidad cerealera. esta modificación en Ingresos Brutos provocaría un costo adicional en el puerto de Bahía Blanca de aproximadamente USD 12,4 millones que sumados a los USD 2,5 millones que ya tributa en concepto de actividades comprendidas en el artículo 100 de la Ley Impositiva provincial, sumarían un total de USD 14,9 millones, nada menos que 30% del total de los ingresos del puerto por los conceptos citados en el paquete impositivo.
Con el nuevo esquema impositivo, habrá afectación en las producciones regionales para la comercialización de la mercadería a través de los puertos, ya que la misma se realiza a través de contenedores y la alícuota de 47 pesos no diferencia entre las cargas a granel y cargas en contenedores.
Este aumento en los ingresos brutos a pagar en la actividad portuaria seguramente repercutirá en la rentabilidad de los productores mediante los rendimientos de indiferencia y los márgenes brutos. Así lo explicaron desde la bolsa de Bahía Blanca: “Suponiendo un traslado de la suba en el tributo, lo anterior se manifestaría por dos vías: por un lado, una reducción en el precio percibido por el productor; y por otro, un incremento en los costos de los insumos, tales como fertilizantes, pudiendo tener un impacto negativo sobre el paquete tecnológico aplicado en la producción y por ende en los rindes potenciales”.
El aumento tendrá un efecto tijera, al aumentar algunos costos, como fertilizantes, y reducir el precio a los productores, por el traslado de la incidencia del impuesto a los eslabones previos de la cadena
A todo esto hay que agregar los efectos negativos del clima que en la presente campaña agrícola provocaron una caída en la producción de más del 40% en los cultivos de fina de la región.
En relación a los cultivos de la cosecha gruesa, la siembra atraviesa sus últimas instancias, por lo que la superficie sembrada “ya no es una variable de ajuste, al menos para el ciclo agrícola actual, y no se puede decir lo mismo en relación a la fertilización de los cuadros y a la logística de comercialización de los granos”, concluye el informe de la bolsa bahiense.
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