La política monetaria entra en zona de definiciones y también de alto riesgo. El presidente del BCRA, Miguel Pesce, reconoció que su plan es continuar durante este mes con la baja de tasas, un proceso que ya comenzó con las Leliq. Pero se trata de una decisión peligrosa: sucede que al mismo tiempo tendrá que prender la “aspiradora” y salir a absorber miles de millones de pesos que se emitieron en los últimos dos meses. Reducir la tasa de interés al mismo tiempo que precisa salir a achicar la cantidad de dinero circulante puede ser incompatible y además generar fuertes desequilibrios en el dólar y la inflación.
Quien salió ayer a advertir sobre este tema fue el ex director del Central, Enrique Szewach. El economista reconoció que en los últimos años se cometió el error de acelerar la reducción de tasas después de fin de año. Incluso sucedió en 2019, cuando Guido Sandleris se entusiasmó por la estabilidad del dólar y redujo más de diez puntos la tasa entre mediados de enero y principios de febrero. El resultado fue un fuerte aumento del dólar y un nuevo pico inflacionario, que llevó a la inflación a casi 5% en marzo pasado.
“Es fácil entusiasmarse en el camino de ida –advirtió Szewach por FM Milenium- cuando las empresas demandan pesos para pagar el medio aguinaldo y la gente precisa para afrontar las fiestas y las vacaciones. El problema es cuando después hay que salir a absorber esa expansión de dinero”.
En el último bimestre de 2019, el Central emitió nada menos que $ 600.000 millones. De ese total, $ 350.000 millones fueron adelantos transitorios al Tesoro para cubrir el déficit fiscal, y buena parte de la porción restante obedeció a compra de dólares.
Desde que Miguel Pesce está al frente del BCRA bajó la tasa de las Leliq dos veces, hasta dejarla en el 55% anual. Y ayer en un reportaje a la agencia Bloomberg indicó que en enero la volverá a bajar. Pero al mismo tiempo reconoce que las tasas para los plazos fijos de los ahorristas podrían ser negativas en términos reales, es decir perder contra la inflación.
Szewach agregó que “febrero históricamente ha sido muy complicado, se vienen cometiendo errores recurrentes al acelerar la baja de tasas por la mayor demanda de dinero de los meses previos. Ahora tenés una complicación adicional, porque con cepo cambiario es todavía más difícil cuál es la verdadera demanda de dinero y cuánto se queda en el sistema porque no tiene otro remedio”. Sin embargo, el ex director del BCRA aseguró que Pesce “es consciente de esta situación”. Ambos convivieron durante los primeros días de la gestión del actual titular del BCRA.
No sólo Sandleris tuvo que “tragarse el sapo” de apurar la baja de tasas para luego volverlas a subir a niveles mucho más altos. Algo similar le ocurrió a uno de sus antecesores, Federico Sturzenegger, que a principios de 2018 también bajó la tasa de Lebac por presiones políticas. Pero rápidamente sobrevino la crisis y tuvo que volver a subirlas, en medio de una fuerte crisis de confianza.
La reducción de la tasa de las Leliq, que es el instrumento que emite el Central para absorber los pesos excedentes, fue uno de los “caballitos de batalla” del Presidente, Alberto Fernández, quien criticó las “ganancias excesivas” que obtenían los bancos. El Central está cumpliendo con esa promesa de campaña pero ahora deberá aplicar sintonía fina: si baja demasiado esos rendimientos podría retirar menos pesos de los aconsejables del mercado, presionando sobre el tipo de cambio informal y eventualmente la inflación futura.
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