Para las economías regionales, las retenciones son la gota que rebalsó el vaso en la pérdida de rentabilidad y de competitividad

Impuestos nacionales y provinciales, tasas municipales, costos de logística y barreras arancelarias y para-arancelarias de los países importadores aquejan a un sector que da trabajo a cerca de un millón de personas

Además de las retenciones, las economías regionales deben afrontar otros costos impositivos, de logística y arancelarios que afectan su rentabilidad y competitividad

La aplicación de retenciones diferenciadas en la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva no satisfizo a los productores de las economías regionales, al considerar que en el marco de la carga tributaria total, los costos de logística y las barreras arancelarias y para-arancelarias de los países importadores, pasan a ser “la gota que rebalsó el vaso” en la pérdida de rentabilidad y competitividad.

Las economías regionales representan el 63% de los 250.000 productores, según el último Censo Nacional Agropecuario y dan trabajo a cerca de un milón de trabajadores en forma directa, cifra que puede ampliarse a 1,9 millones si se toman en cuenta los puestos indirectos, de acuerdo con informes del Departamento de Economías Regionales de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME).

Con el nuevo esquema de retenciones, la competitividad precio efectiva promedio de las economías regionales se reduce 7,7% respecto de los niveles de noviembre, pero la pérdida podría acrecentarse en los meses venideros en un escenario en el que la inflación le gane al dólar, sostuvo la consultora Economía & Regiones, en un análisis en el que asegura que las producciones extrapampeanas son las más perjudicadas con los nuevos derechos de exportación, a pesar de que las alícuotas son menores.

Con el nuevo esquema de retenciones, la competitividad precio efectiva promedio de las economías regionales se reduce 7,7% respecto de los niveles de noviembre, pero el perjuicio podría ser mayor si en los próximos meses la cotización del dólar evoluciona por debajo de la inflación (Economía & Regiones)

“Algunos dicen que con este tipo de cambio nos conviene exportar, pero no tienen en cuenta que nos movemos en una economía con varias clases de dólares”, dijo a Infobae Jorge Pazos, titular de Tropical Argentina y presidente de la Cámara Argentina de Productores de Arándanos. Al respecto, dijo: “si bien el combustible, la energía eléctrica son nacionales, al igual que la mayoría de los insumos, tienen precios y cargas impositivas asimiladas a valor dólar”.

“Además de la elevada carga tributaria en los tres niveles (impuestos nacionales y provinciales y tasas municipales) el mayor ´impuesto’ que tenemos es la distancia”, acota Pablo Vernengo, director ejecutivo de Economías Regionales de CAME, poniendo en la agenda de debate los costos de logística que representan una desventaja tanto frente a las producciones de las regiones próximas a las principales terminales portuarias como ante los competidores externos.

Al respecto, Pazos destacó un ejemplo que remite a relatos del siglo XIX: “estamos exportando higos de Jujuy a Medio Oriente y es más caro el flete desde la provincia a Buenos Aires que desde el puerto a Dubai”.

El nuevo esquema de derechos de exportación al sector agrícola fijó el mayor porcentaje para el complejo sojero (30%, aunque la ley de Emergencia faculta al Poder Ejecutivo elevarlo al 33%) y a los otros dos cultivos principales, el maíz y el trigo (12% con opción a 15%), superiores al 5% establecido para las economías regionales.

Si bien las retenciones a las economías regionales son inferiores a las de los productos pampeanos, estos tienen menores costos de logística y un tratamiento diferente en materia arancelaria por parte de los países importadores

Sin embargo, lo que parece una discriminación positiva para los productos extrapampeanos es visto de otra manera por los productores. “Las materias primas pampenas tienen menores costos de logística y, además, tienen un tratamiento arancelario más conveniente por parte de los países importadores”, advirtió Vernengo, que recordó el anuncio de la apertura del mercado chino de cerezas en ocasión de la Cumbre del G20 en Buenos Aires.

“Lo que muchos no saben es que China cobra un 15% de arancel a la importación de cerezas argentinas. Si a eso le sumamos el 5% de retenciones, los impuestos locales y los costos de logística, es muy difícil competir con la producción de Chile, por ejemplo, con menores costos impositivos, sin retenciones y puertos sobre el Océano Pacífico. Directamente, quedás fuera de juego”, graficó.

China cobra un 15% de arancel a la importación de cerezas argentinas. Si a eso le sumamos el 5% de retenciones, los impuestos locales y los costos de logística, es muy difícil competir con la producción de Chile (Pablo Vernengo)

Competitividad precio

Las diferencias entre las producciones pampeanas y extrapampeanas fue analizada por Economía & Regiones, desde el punto de vista de la competitividad-precio, en base a la evolución de la inflación y el dólar, en sus diferentes etapas (con y sin retenciones).

En ese sentido, la consultora dirigida por Diego Giacomini sostuvo: "mientras que la competitividad precio efectiva del sector agroexportador pareciera todavía tener algo (no mucho) de espalda para ‘aguantar’ las nuevas retenciones, no sucede exactamente lo mismo en las economías regionales, en las que esa competitividad precio tiene mucho menos ‘aire´”.

El impacto en la competitividad de las economías regionales varía según el producto, con un promedio negativo de 7,7% respecto de los niveles de noviembre, según Economía & Regiones

El promedio de la pérdida de competitividad-precio respecto de los niveles de noviembre fue estimado por E&R en 7,7%, con casos extremos como el azúcar y el maní, en los que la caída es del 10,8% y 9,5%, respectivamente.

E&R no sólo consideró la situación actual luego de la aplicación del nuevo esquema de retenciones sino que analizó un posible escenario para la primera mitad de 2020, “con mantenimiento de precios y dólar oficial yendo por detrás de la inflación”.

Previendo para enero-junio del año que comienza una inflación mensual promedio del 4% y un aumento nominal del dólar del 1%, “dentro de seis meses varios sectores empezarán a enfrentar un contexto, en algunos casos, más delicado que en pasados momentos del Kirchnerismo”, habitualmente cuestionado por el sector agropecuario por el perfil de sus políticas para la actividad rural.

Con la suspensión del Consenso Fiscal, las economías regionales temen que los gobernadores suban la alícuota de Ingresos Brutos

El panorama podría incluso agravarse si se produce “una aceleración de la inflación mayor a la esperada y/o una caída de precios internacionales”, observó la entidad, que también incluyó entre los factores a considerar “la caída del Pacto Fiscal”, en referencia al acuerdo del presidente Alberto Fernández y los gobernadores para suspender por un año la aplicación del Consenso suscripto en noviembre de 2017.

En consecuencia, para E&R “los gobernadores y los intendentes subirán Ingresos Brutos y las tasas a las economías regionales” y eso perjudicará más la ecuación de costos de los productores.

“En este marco, así como sostenemos que es muy baja la probabilidad que el ‘campo’ se ‘plante’ en las rutas, sostenemos que no se puede descartar por completo que algunos productores regionales asuman esta postura de protesta en algún momento del mediano plazo”, advirtió la consultora.

Además de las retenciones y los impuestos, las economías regionales afrontan demoras en los reintegros de exportación, costos de transporte y energía, una comercialización concentrada y problemas de arribo de los productos frescos

En cuanto a los otros componentes del “vaso” que, a juicio de los productores, rebalsó con las retenciones, Vernengo y Pazos destacaron varios elementos que escapan al análisis habitual, ya que no forman parte de los impuestos y las retenciones:

1. Demoras en los reintegros: Los aplicados a la exportación de arándanos son del 3,25% y los de higos el 1%, pero desde mediados de 2019 “empezaron a haber demoras de 4 a 5 meses”, dijo Jorge Pazos, quien se lamenta que “una vez que se cobra (la exportación) se pagan los derechos de 5% y hay que encomendarse a Dios para algún día cobrar el 3,25%. Esto genera un desfinanciamiento al productor, porque la mano de obra y los insumos hay que pagarlos”.

2. Costos de transporte: Un camión completo carga 24 pallets, pero si la carga no está completa, igual cobra por los 24. Es decir que si transporta 12 pallets, los costos se duplican. En el caso del transporte aéreo es distinto, se cobra por kilo bruto. Pero por cada 500 kilos sólo 365 son de fruta, el resto (27% del total) es madera, cartón, sunchos, mantas térmicas, etc.

3. Los productos frescos tienen que tener “buen arribo”, es decir llegar a destino en perfectas condiciones. Pero a veces surgen imponderables como circunstancias climáticas (excesos de lluvias o sequías) o políticos, como los recientes conflictos en Chile que derivaron en demoras de los barcos vía Pacífico, e incluso variación en los precios internacionales durante el viaje. “El comprador pagará una vez que haga su control de calidad, en un negocio con escasos márgenes de rentabilidad, el mal arribo por alguna deficiencia puede ser una complicación importante”, añadió Pazos. En ese contexto, se torna dificultosa la competencia con Perú y Chile, “con la misma ventana de exportación de arándanos, a mayor volumen y menor distancia”, agregó.

Las demoras en el cobro de los reintegros de exportación, que llegan a los 5 meses, generan “un desfinanciamiento al productor, porque la mano de obra y los insumos hay que pagarlos (Jorge Pazos)

4. Costos de comercialización: para el mercado interno, Vernengo denuncia la “alta concentración” en la que “los perjudicados terminan siendo el productor y el consumidor, las dos fases terminales de la cadena de valor”, con casos paradigmáticos como el del limón, la pera o la mandarina, en los que la participación del productor en el precio final no alcanza al 15%, contra un 24% en el promedio de los otros complejos.

5. Costos de energía: Algunas actividades, como el arroz, que exporta el 85% de la producción, los costos que implican para regar los campos implican quedan sin rentabilidad.

Los productores le pidieron al ministro de Agricultura, Luis Basterra, "un trato diferencial" a las economias regionales. "Sería muy acertado si se generase una secretaría propia".

Muchas de estas adversidades no son nuevas y atravesaron las gestiones de varios gobiernos y ministros o secretarios de Agricultura. ¿Por qué, entonces, las economías regionales están relegadas a un segundo plano en las políticas de las sucesivas autoridades? Pablo Vernengo ensaya un respuesta: “las economías regionales tienen muy poco voto… a pesar de que tienen una incidencia social importante, porque dan trabajo en el peor de los casos a 900.000 personas y en el mejor a 1.100.000 en empleos directos, representan poco en el Producto Bruto de cada provincia. En Catamarca, por ejemplo, apenas el 1%. En Río Negro, con todo lo que representa el Alto Valle, no más del 7 por ciento”.

La preocupación para que esa postergación no se prolongue con el actual gobierno fue transmitida en un reciente encuentro que los productores mantuvieron con el ministro de Agricultura, Luis Basterra. “Le pedimos que tengan un trato diferencial, no solo en lo tributario sino en la atención integral –planteó Vernengo–, sería muy acertado si se generase una Secretaría propia. Las economías regionales siempre estuvieron muy atomizadas y nunca contaron con políticas activas públicas. Estas asimetrías tienen que ser contempladas por el Estado”, finalizó.

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