Avanzada la tarde de ayer, los expendedores de combustibles estaban en ascuas acerca del aumento de las naftas de YPF, que usualmente es seguida de inmediato por las demás compañías del sector.
“Nosotros no teníamos nada y no nos confirmaban ni en un sentido ni en otro; sí sabemos que el primero de enero se debe hacer una actualización tributaria que había postergado el gobierno de Macri”, dijo Gabriel Bornoroni, presidente de la Confederación de Entidades de Comercio de Hidrocarburos y Afines (CECHA) de la Argentina.
Se trata de dos tributos, el Impuesto a los Combustibles Líquidos y el Impuesto al Dióxido de Carbono, que se venían actualizando cada tres meses, pero el gobierno de Macri se salteó algunos, incluido el último, en octubre pasado. El peso conjunto de esos dos impuestos es en promedio el 3% del precio final de los combustibles, según de cual se trate.
Actualización pendiente
“Si hubiera sólo esa actualización, el aumento debería ser cercano al 3%, pero el gobierno lo puede postergar o suspender por decreto”, reconoció Bornoroni. “Por eso nos sorprendió cuando escuchamos lo del aumento del 5% y antes de enero. El tema explotó en las redes sociales”.
El titular de CECHA fue cauto respecto de lo que podría deparar enero en materia de precios. “Las petroleras no nos informan con anticipación; en primer lugar para evitar que la gente se quiera adelantar y se formen colas en las estaciones de servicio, y además porque van viendo qué pasa con el dólar, con el precio del crudo Brent y con los biocombustibles”, explicó. “Hace poco se decía que el precio de los combustibles tenía un 9% de retraso, pero con el dólar y el Brent quietos tal vez no hay tanta presión para aumentar”.
Sin embargo, el congelamiento tiene algunas contraindicaciones. “Si quieren desarrollar Vaca Muerta tendrán que hacer ingeniería financiera y actualizar el precio de los combustibles; la verdad es que YPF no vive del crudo y el gas que extrae, sino de la venta de combustibles al público; sin aumentos puede perder dinero y necesitar subsidios del gobierno nacional”, señaló Bornoroni.
Si quieren desarrollar Vaca Muerta tendrán que hacer ingeniería financiera y actualizar el precio de los combustibles; la verdad es que YPF no vive del crudo y el gas que extrae, sino de la venta de combustibles; sin aumentos puede perder dinero y necesitar subsidios del gobierno nacional
Otra incertidumbre, tanto de productores como distribuidores, es cuál será el nuevo esquema de precios. El presidente Alberto Fernández dijo que pretende desdolarizarlos, pero aún no se conoce un esquema de reemplazo. “No sabemos nada al respecto, pero la verdad es que este año los combustibles aumentaron 10% menos que la inflación. No podemos tener precios que sean a la vez menores a la inflación y menores a los valores internacionales. Si no las empresas van a dejar de explorar, especialmente en hidrocarburos no convencionales. Si el precio del combustible baja, se cae Vaca Muerta. Y la oportunidad para Vaca Muerta es hoy, no sé si lo seguirá siendo dentro de tres o cinco años". dijo Bornoroni.
En tanto, Jorge Lapeña, titular del Instituto Argentino de Energía General Mosconi y exsecretario de Energía, recordó a Infobae que “el petróleo crudo es un commoditie que la Argentina compra y vende en el mercado internacional. Es lógico que los precios internos de los combustibles elaborados se comercialicen con valores referenciados en aquellos precios”. No obstante, acotó, “hay dos circunstancias a tener en cuenta: la primera es que en la Argentina existe una alta concentración en el mercado refinador (solo tres empresas) tambien en la producción”. Se da así, explicó, una situación de oligopolio en la que el Estado tiene el doble rol de proteger a los consumidores y no fijar la política de precios de precios internos exclusivamente por una cuestión de caja de YPF".
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