Tras superar su primera colocación de deuda, Guzmán volverá al mercado para tratar de refinanciar un pago por casi $33.000 millones

La semana pasada el Tesoro emitió deuda en pesos por primera vez en cinco meses. Fue para conseguir el dinero con el que enfrentar el vencimiento de un bono por $24.500 millones. Ahora, reabre esa emisión y emite otra letra más para financiar un pago aún mayor. El mercado acompaña para evitar un nuevo reperfilamiento

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El ministro de Economía, Martín Guzmán, coloca deuda en pesos a corto plazo para financiar el pago de vencimientos
El ministro de Economía, Martín Guzmán, coloca deuda en pesos a corto plazo para financiar el pago de vencimientos

La estrategia financiera inicial del ministro de Economía Martín Guzmán es un paso a paso, vencimiento por vencimiento, al menos en lo que hace a la deuda en pesos de corto plazo.

La semana pasada la cartera que conduce hizo su primera emisión de deuda, Letras del Tesoro en pesos a tasa variable, por las que consiguió casi $19.000 millones que le ayudaron a enfrentar el vencimiento de un bono por $24.300 millones. Ahora, tras romper con cinco meses de ausencia del Estado en el mercado, el ministro y su secretario de Finanzas Diego Bastourre van por un desafío algo mayor: conseguir los fondos para financiar un vencimiento por casi $33.000 millones que cae el lunes 30. El mercado local, temeroso de sufrir un nuevo reperfilamiento como el que se decidió para las Letras del Tesoro en dólares, intenta también acompañar.

El gobierno realizará el próximo viernes su segunda colocación de deuda en pesos de corto plazo. Se trata de una reapertura de la Letra del Tesoro en pesos a Badlar Privada + 300 puntos básicos (en el mercado todavía no hay acuerdo respecto a llamarlas Lecan o Lebad, dentro de la sopa de letras que ya existe) a 6 meses que se colocó la semana pasada más la emisión de una nueva Lebad a 4 meses con un margen sobre Badlar que se definirá en la licitación. La fecha de liquidación de las dos operaciones es el 30 de diciembre, día en el que se acumulan dos abultados vencimientos de letras en pesos heredadas de la administración Macri.

Si no conseguía los fondos para la primera letra, probablemente terminaban reperfiladas como las Letes en dólares

Ese día se paga una Letra capitalizable en pesos (Lecap) por $17.516 millones y una Letra ajustada por CER (Lecer) por $15.472 millones. Son papeles que ya cayeron víctimas del reperfilamiento de agosto pasado, decidido por el ex ministro Hernán Lacunza.

El lanzamiento de este tímido programa de financiamiento de corto plazo en pesos coincidió con la decisión de postergar todos los pagos de las Letes en dólares a agosto próximo, el temido re-reperfilamiento que empuja aún más allá pagos que ya habían sido estirados por el Gobierno anterior.

De ahí que en el mercado la estrategia sea bien recibida. “Es mejor que la alternativa, un re-reperfilamiento de las Lecap en pesos, es lo que parece estar buscando evitar el Gobierno. Lo vemos bien porque en la deuda en pesos la quita ya se hizo por la suba del dólar, no puede tener el mismo tratamiento que la deuda en moneda extranjera”, dijo un gerente de inversiones de una aseguradora, el sector que más invierte en las Letras del Tesoro.

“Si no conseguían fondos para la primera letra probablemente terminaban igual que las Letes en dólares. Y el vencimiento del 30 es más difícil, porque es más plata y porque ahora no hay un gran tenedor de deuda como pasó con el vencimiento del Bopomo, ahora son tenedores institucionales más atomizados”, dijo el mismo operadores.

La primera emisión de deuda de Guzmán tuvo la colaboración de la Anses y de Pimco, que no tenían muchas más alternativas. El vencimiento del 30 de diciembre es más grande y con tenencias más atomizadas

La primera Lebad gozó del apoyo de fondo de inversión Pimco, que suscribió una buena parte para ayudar a refinanciar el pago del Bopomo, del que tiene el 54% de lo emitido. También la Anses colaboró a través de su Fondo de Garantía de Sustentabilidad. Suscribió aproximadamente el 20% de lo que colocó Economía. En este caso, esas charlas con un sólo inversor no podrán ser.

Se cerró a una tasa nominal anual del 44,76%, 3 puntos porcentuales por encima de la tasa Badlar que pagan los bancos privados por depósitos de más de $1 millón. Entre los analistas, la tasa variable aparece como una incomodidad, pero entendible dadas las circunstancias.

En estos momentos de incertidumbre es un poco natural salir a colocar a tasa variable, porque nadie se quiere jugar a fijar una tasa. Entonces obviamente el Tesoro no quiere jugarse porque creo que el mercado le pediría más tasa de lo que están dispuestos a convalidar. Y me parece que también, por como arranca esto, que son los inversores los que la piden, porque las compañías de seguros y Pimco, si participó como dicen, siempre piden variable”, dijo Juan Manuel Truppia de TPCG. “Desde el punto de vista del mercado no es tan positivo, porque no te da referencia, no sabemos qué es una tasa a seis meses. Tenés a un mes el plazo fijo y la caución, y después más allá de un mes no tenés idea de qué es una tasa”, agregó.

El tratamiento diferencial a la deuda en moneda local generó una pequeña celebración en la City porteña. Al menos en el tramo en pesos. El intento oficial por rearmar un programa de financiamiento en pesos se combinó con la exención del Impuesto a la Renta Financiera para impulsar las cotizaciones de los bonos en pesos.

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