El paquete de medidas conocido ayer habilitará al Gobierno a enfrentar con mayor fortaleza la negociación con los acreedores privados y con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
La combinación de la suba de impuestos con la licuación del ajuste de las jubilaciones y de la reducción del déficit en la balanza turística le permitirá al ministro de Economía, Martín Guzmán, alcanzar con mayor claridad la duda clave que quieren develar los acreedores: ¿llegará el país a tener superávit fiscal nuevamente?
Casi sin que nadie protestara, el Gobierno anuló de un plumazo la fórmula que otorgaba 4 aumentos por años a los jubilados y dispuso que, luego del aumento de la mínima, los haberes previsionales queden congelados. “¿Volverán los juicios masivos como en la década kirchnerista?”, se preguntaba hoy un analista.
El Gobierno busca sumar recursos para negociar la deuda y anclar expectativas para que el tipo de cambio se atrase y se desacelere la inflación
“Era la única forma que tenía el Gobierno de bajar el gasto sin generar un problema en la calle”, señaló un economista equidistante del oficialismo.
A parte de “la calle”, en todo caso, le molestará que en este paquete se revean las rebajas impositivas que impulsó el gobierno de Mauricio Macri. En particular, la suba de las alícuotas de Bienes Personales, sobre todo porque el mínimo no imponible no aumentó, con lo cual más contribuyentes pagarán sobre un valor patrimonial ficticio.
Este incremento –que es un nuevo cambio de reglas para los contribuyentes en menos de tres años- se duplica en el caso de los bienes situados en el exterior.
El consejo de los contadores
Los contadores ahora dudan entre aconsejar a sus clientes que repatríen sus activos financieros para eludir esta tasa adicional, que llega hasta el 2,5%, o que paguen ese sobrecosto y duerman más tranquilos, dada la larga historia de confiscaciones registrada en el país,
Los más sofisticados encontraron otro mecanismo: colocar los bienes en el exterior bajo el paraguas de una sociedad, de modo tal de pagar el 0,5% en lugar de una tasa mayor.
En este caso, la duda es si la AFIP no buscará la forma de cerrar esa hendija, así como blindó la de los contribuyentes que trataron de escaparse creando un trust irrevocable, al disponer que los beneficiarios finales de este trust también deben pagar Bienes Personales.
Al paquete de Bienes Personales se suma el aumento de las retenciones al agro; las entidades del sector protestan, pero en voz baja, porque saben que la tasa aplicada hasta ahora había quedado desactualizada con la devaluación del peso. Habrá que ver cuál es el pulso en las “bases”, las mismas que iniciaron las protestas en las rutas en 2008 ante la implantación de las retenciones móviles.
También, se suspende la baja en la alícuota para las sociedades, que, según la ley vigente, debía caer del 30 al 25 por ciento en 2020.
Por otro lado, con el impuesto denominado “PAIS”, para la compra de dólares y los consumos en divisas, se buscará cerrar el déficit de la balanza del turismo. ¿Cuál será desde ahora la evolución de los precios del turismo local?. El director del estudio Ferreres, Fausto Spotorno, expresó sus dudas sobre las bondades de este encarecimiento de los servicios en dólares.
A estas medidas tributarias y cambiarias, se le suma el regreso del pago de la deuda soberana con las reservas del Banco Central, por el cierre de los mercados y de los desembolsos del FMI.
Una quita del 25%
Así, el Gobierno buscará enfrentar con mayor oxígeno la negociación con los acreedores locales y externos. Para Analytica, una quita del 25% y un período de gracia de dos años sería aceptable para los acreedores, si en este plazo cobraran un bono en concepto de intereses.
Además, Analytica cree que el equipo económico comienza esta negociación con un backup importante por el superávit de cuenta corriente, al menos en 2020.
Pero, a la vez, cree que Guzmán solo cuenta con 100 días para cerrar la negociación con los acreedores y poder volver al mercado, antes de que la “emisión controlada” que prometió se descontrole.
En un plazo igual o menor debería negociarse el denominado “Pacto Social” para que los salarios cierren al 30%, contra una inflación que rondará el 40% en 2020, según la consultora que dirige Rodrigo Alvarez.
Al final del día, como señaló uno de los arquitectos de uno de los últimos planes de estabilización, el objetivo del Gobierno debe ser achicar el déficit fiscal y atrasar el tipo de cambio para que la inflación se frene, de modo tal de que la sociedad tenga un alivio, al menos pasajero. “La necesidad de atrasar el tipo de cambio es algo que Guzmán y Matías Kulfas tienen en claro”, aseguró el experimentado economista.
Sin embargo, otros economistas subrayaron que subir impuestos en un contexto recesivo va en contra del objetivo deseado en esta ambiciosa reforma. La experiencia argentina previa al estallido de la convertibilidad parece darles la razón.
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