La euforia por la suba de los bonos que derrumbó el riesgo país a los niveles de octubre, hizo olvidar la falta de coordinación entre el presidente Alberto Fernández y su jefe de Gabinete, Santiago Cafiero.
En la tarde de este lunes, Cafiero había anunciado que las tarifas eléctricas no se congelarían. Por supuesto, en la Bolsa volaron las acciones de las empresas de electricidad. Cuando cerró el mercado, el presidente dijo que las tarifas permanecerán congeladas por seis meses. Hubo heridos y damnificados por esta contradicción que muestra que se producen “bloopers” cuando se trabaja aceleradamente para redondear un plan de corto plazo.
Para el Gobierno la vida es hoy y mañana se verá. Los tenistas suecos tienen un dicho que se aplica a esta circunstancia: “Primero devolvemos el saque y después vemos”. Por eso, los impuestos nacieron apresurados y se fueron multiplicando a mayor velocidad que los nuevos gastos.
Los más contentos son los tenedores de bonos en pesos. Saben que al tener más recursos el Tesoro, más probabilidades tienen de cobrar los vencimientos de corto plazo sin perfilamiento ni reestructuración. Los más cubiertos son los que tienen bonos que vencen antes de marzo. Por eso los títulos de la deuda en pesos aumentaron su valor hasta 14%.
Los tenedores en dólares también celebraron cuando el Tesoro le colocó una Letra al Banco Central para que le dé USD 4.750 millones en efectivo para hacer frente a los vencimientos inmediatos. Este mecanismo es parecido al de pagar con reservas, porque el Central no recibe los pesos, sino un bono que figurará como reserva, pero no es líquido.
Para completar el arsenal impositivo faltan impuestos. Vienen en marcha los que caerán sobre los autos importados y en poco tiempo aparecerá un instrumento similar a las Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación, las famosas DJAI de Guillermo Moreno, donde los importadores deberán pedir permiso para sus compras en el exterior.
Estas medidas que permiten acumular dólares, aunque sea temporalmente, ponen eufóricos a los acreedores. Pero el problema es que el mercado interno toma como referencia los dólares a los que tiene libre acceso para fijar los precios. Por eso, más allá de la concertación, habrá que observar el comportamiento del dólar libre y el dólar Bolsa, porque serán la referencia del costo de vida.
Lo cierto es que el riesgo país perdió 155 unidades (-7,5%) y quedó en 1.977 puntos básicos. Para que esto suceda, los bonos más cortos en dólares tuvieron retrocesos de 8,50% como fue el caso de Bonar 2020 que paga intereses el 8 de abril y vence definitivamente el 8 de octubre próximo. Las chances de pagar este título, crecieron. Es tanto el riesgo que tiene implícito en su precio de liquidación, que la tasa de retorno es de 205%. Quien se arriesga a tenerlo hasta octubre y lo compra ahora, puede hacer esa diferencia en dólares. Pero, de todas maneras, comprarlo a precios actuales con un cupón de 8%, es decir paga 4% en abril, equivale a ganar 10% en dólares.
Con este rendimiento y a estos precios, el riesgo de perder dinero si entra en default o restructuración se reduce y para muchos inversores valió la pena arriesgarse. Otro bono destacado, el Bonar 2024 que se utiliza para fugar dinero en operaciones de contado con liquidación, aumentó 7,92%. Pero los títulos que influyen en el riesgo país, los más largos con legislación de Nueva York, también aportaron lo suyo y subieron más de 4%.
A todo esto, el dólar en bancos y casas de cambio estuvo tranquilo y se mantuvo sin cambios en $ 63,09 aunque su demanda se aceleró ante la inminencia del impuesto del 30% al cupo de USD 200 mensuales que están autorizados a vender las entidades. En tanto, el dólar mayorista tuvo negocios por USD 323 millones que obligaron al Banco Central a comprar USD 150 millones para controlarlo; bajó 1 centavo y terminó en $ 59,81. Por supuesto, este panorama derrumbó todos los plazos de las posiciones a futuro del MTBA - Rofex que se guía por este dólar que tiene el absoluto control de la autoridad monetaria.
En toda esta euforia, nadie se detuvo a observar la inflación que se puede avecinar ante esta mezcla de impuestos y estímulos. Por ahora, no se sabe cual es el beneficio del consumidor.
En la plaza marginal, el dólar libre se mantuvo todo el día entre $ 71 y 72, mucho más pedido que en los días anteriores. Hay una demanda creciente, a medida que se acercan las vacaciones.
A su vez, el contado con liquidación bajo 1,2% a $ 75,12 por el encarecimiento de los bonos que se utilizan para esta operación. El dólar Bolsa o MEP quedó al mismo precio de $ 73,12.
Las reservas aumentaron USD 68 millones a USD 44.291 millones por las fuertes compras que hizo el Banco Central en la plaza mayorista.
La Bolsa fue la gran damnificada del desentendimiento entre Alberto Fernández y Santiago Cafiero. Las compañías de electricidad, particularmente, perdieron todo lo que ganaron el día anterior al quedar firme el congelamiento de tarifas por seis meses.
El S&P Merval de las acciones líderes bajó 1,86%, aunque en lo que va de mes está 7% arriba en pesos. El monto de negocios de $ 720 millones fue aceptable.
Edenor, la que más subió el día anterior, devolvió todo lo que ganó al perder 7,45%. Transportadora Gas del Sur bajó 5,54% y Central Puerto, 5,39%. Todas las empresas de servicio retrocedieron más de 4%.
Los ADR’s argentinos -certificados de tenencias de acciones que cotizan en dólares en Wall Street- tuvieron un cierre mixto, aunque predominaron las bajas.
Por supuesto, las empresas de energía encabezaron el ranking de perdedores. Central Puerto (-5,60%), Edenor (-4,51%), Corporación América (-3,77%) y Transportadora Gas del Sur (-3,35%), fueron las grandes perdedoras.
En toda esta euforia, nadie se detuvo a observar la inflación que se puede avecinar ante esta mezcla de impuestos y estímulos. Por ahora, no se sabe cual es el beneficio del consumidor. Los grandes ganadores son los tenedores de bonos, los acreedores de la Argentina que ven como mejorarán las cuentas del Tesoro porque la recaudación que producirán los nuevos impuestos, duplica a los gastos.
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