La decisión de aplicar un “dólar turista” ya fue tomada y oficializada por el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Pero aún no se informó a cuánto llegaría la alícuota diferencial. Según pudo averiguar Infobae, la decisión del gobierno sería llevarla al 30%, es decir bastante más arriba que valor que había trascendido en las últimas horas. La confirmación se conocerá en las próximas horas, ya que su puesta en vigencia sería inminente, posiblemente mañana mismo ni bien arranque la semana.
En caso de confirmarse este precio especial, el “dólar turista” pasaría a valer aproximadamente $81,90 contra los $ 63 del viernes. Este valor encarecerá de manera sustancial la compra de pasajes al exterior y también el uso de la tarjeta fuera de la Argentina. No habrá límites para ninguna de las dos operaciones, pero obviamente será mucho más caro que ahora, tanto al momento de recepción del resumen como de la compra de los pasajes a la agencia, en este caso tanto en efectivo como con tarjeta.
La idea de llevar el ‘dólar turista’ a un recargo de 30% respecto al oficial sería dar una señal contundente sobre la necesidad de cuidar las reservas y desalentar el uso de tarjeta para viajes al exterior. También encarecerá la compra de pasajes
La medida tendría dos objetivos simultáneos. El más relevante es desalentar la salida de dólares por turismo. Aún después de las grandes devaluaciones que se vienen sucediendo desde hace un año y medio, la balanza turística conserva un rojo aproximado de 5.000 millones anuales. Es decir que más de un tercio de los dólares que ingresan a la Argentina por superávit comercial se van en viajes. El objetivo sería bajar drásticamente ese drenaje en un momento en el que las divisas escasean.
Pero al mismo tiempo también representaría una nueva fuente del ingreso para el fisco. Según explicaron desde Casa Rosada, la idea es que no se trata de un cargo, o sea un pago a cuenta de otro tributo, sino de un gravamen específico sobre este tipo de transacciones. Si se impone finalmente esta postura, requeriría de una aprobación legislativa, con lo cual no podría aplicarse inmediatamente. En caso de ser un adelanto de otro impuesto sí podría ser de imposición inmediata.
Antecedentes
El “dólar turista” estuvo vigente desde 2012 hasta el 2015, en coincidencia con el cepo cambiario del segundo gobierno de Cristina Kirchner. Se buscó cortar en aquel momento una fuerte maniobra especulativa, que consistía en comprar pasajes y realizar gastos con tarjeta en el exterior con un dólar muy barato. Como el dólar en el mercado “libre” cotizaba entre 50% y hasta 80% más caro, era un gran negocio usar la tarjeta en el exterior. El recargo que llegó al 35% buscó frenar con éxito sólo parcial esa operación.
Ahora el escenario es más complejo por la escasez de reservas del Banco Central, por lo que se buscaría minimizar el drenaje de las mismas por parte de quienes hacen turismo en el exterior. Según publicó la consultora Quantum Finanzas, de Daniel Marx, sólo quedarían USD 8.500 millones de reservas disponibles en el Banco Central. La cifra es mucho menor a los USD 12.000 millones que indicaban desde el gobierno anterior.
Como usar tarjeta en el exterior sería mucho más caro, lo más probable es que aumente en forma significativa la demanda de dólares a través del mercado informal o ‘libre’. Por el mercado oficial sólo se pueden comprar USD 200 por mes
¿Cuál es el principal peligro de la creación del “dólar turismo”? Que aumente la demanda de divisas en el mercado informal de parte de aquellos que viajan al exterior, lo que lo encarecería significativamente. En las próximas semanas sería mucho más negocio comprar dólares para viajar a través del mercado informal (ya que el oficial sólo permite USD 200 por mes) que usar la tarjeta y luego pagar en pesos a más de 80 pesos. El dólar “libre” cotizaba el viernes en $67, una caída sustancial respecto a los $75 a los que llegó antes de las elecciones.
Lo más probable es que este aumento de la demanda lleve al dólar “libre” a emparejarse con el correr de las semanas al tipo de cambio “turista”. En principio, esta mayor presión sobre el tipo de cambio que se opera en el mercado libre no generaría mayor presión sobre la inflación, al menos no de manera inmediata. La experiencia anterior del cepo demostró que el traspaso es mucho menor que cuando se produce un salto del dólar oficial.
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