Pablo Ceriani asumió esta tarde como presidente de Aerolíneas Argentinas. El nuevo titular de la aerolínea de bandera, vinculado a La Cámpora, llegó a la empresa en 2009, de la mano de Axel Kicillof. Fue recibido con cánticos celebratorios. Su regreso a la empresa, de la que se había ido en 2015, luego de llegar a ser el número dos en la gestión de Mariano Recalde, será seguido en los próximos días con una modificación en la estructura gerencial y el retorno de varios de los altos funcionarios de esa gestión, la primera luego de la estatización en 2008.
El contraste no pudo ser más claro con la despedida al anterior titular de la empresa, Luis Malvido, quien fue seguido y silbado por grupos sindicales mientras se retiraba del edificio.
Las decisiones de la conducción de Malvido habían sido resistidas en los últimos días, al punto que los pilotos se negaron a un vuelo “de devolución” a Miami de un Airbus 340, modelo que la gestión previa consideraba “obsoleto”.
La hostilidad de los sindicatos y del personal ingresado en los años de gobierno kirchnerista fue constante durante las gestiones macristas de la línea de bandera, cuya primera presidenta fue, durante los primeros diez meses, Isela Costantini, cuyo manejo fue considerado demasiada concesivo por el entonces ministro de Transporte, Guillermo Dietrich.
La hostilidad sindical y del personal ingresado en los años kirchneristas fue constante durante las gestiones macristas de Aerolíneas, cuya primera presidenta fue Isela Costantini, que estuvo sólo diez meses al frente de la empresa porque su manejo era considerado demasiado concesivo por el ministro de Transporte Guillermo Dietric
Bajo la gestión Malvido, la empresa redujo los vuelos internacionales, priorizó la programación de vuelos por demanda y prestó atención a los señalamientos de una auditoría de la consultora norteamericana Oliver Wyman que, paradójicamente, había sido pedida por Recalde, pero cuyos resultados se habían dado a conocer sólo en cuentagotas.
Informe crítico
La consultora norteamericana había señalado que Aerolíneas y Austral eran las dos líneas aéreas de mayores pérdidas y peores índices de desempeño en América Latina. Los aviones de Aerolíneas, precisaron los auditores, vuelan una hora y media diaria menos que sus competidores, y los pilotos, la mitad que sus pares de otras compañías de la región.
El informe también señalaba que Aerolíneas y Austral, juntas, tenían uno de los índices de empleados por avión más altos del mundo y ciertamente muchos más empleados por avión que sus competidores latinoamericanos.
La gestión Malvido pretendía mejorar esos indicadores y mantuvo una constante tensión en la negociación con los siete sindicatos de la empresa.
Todo eso se vio reflejado ayer en su despedida, que contrastó notablemente con el recibimiento a Ceriani.
En los próximos días se conocerá la nueva estructura gerencial y la identidad de los nuevos gerentes.
Seguí leyendo: