Javier Timerman posiblemente tenga una combinación casi única en estos tiempos: es un hombre de larga experiencia en el mercado y, al mismo tiempo, tiene una excelente relación con el nuevo presidente Alberto Fernández.
Desde ese lugar, conserva una visión práctica de la situación económica y considera que la deuda debe ser renegociada en forma pragmática.
En una entrevista con Infobae, Timerman, hijo del periodista que fundó La Opinión y hermano del canciller de Cristina Kirchner, elogió con contundencia la elección de Daniel Marx como uno de los negociadores de la deuda. “Es extraordinario”, sentenció. También, la designación de Martín Guzmán como ministro, al considerar que puede hablar el mismo “lenguaje” que los funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El economista, que vivió en su juventud en Israel y en Estados Unidos exiliado de la dictadura junto a su familia, aseguró que a sus clientes les recomienda comprar deuda de la provincia de Buenos Aires, ya que existe un miedo “totalmente injustificado” entre los inversores respecto del gobernador Axel Kicillof.
Me parece extraordinaria la decisión de sumar a Daniel Marx; conoce el tema, a las autoridades del FMI, a los acreedores privados; es una decisión profesional, no política, como las que se toman en los países serios
Timerman es socio gerente y fundador del banco de inversión AdCap; trabajó en Wall Street desde 1986 y estuvo a cargo de divisas y mercados emergentes en el banco Bear Stearns.
Tiene maestrías en Ciencias Políticas de la Universidad de Tel Aviv, otra en Columbia y una en Finanzas Internacionales también de Columbia. “Pero todo lo aprendí mirando las pantallas; además soy el único que habla con los dueños de los fondos porque son todos mis contemporáneos en la industria, empezamos juntos y de 1996 al 2008 fui el jefe de trading de tipo de cambio y mercados emergentes de Bear Stearns”, destacó.
Tiene 58 años, es hincha de River y su único hobby son los mercados. “Los miro desde los 23 años; estuve en todas las crisis: la libra esterlina en el 92, México en el 95, la crisis asiática en el 97, la crisis de las empresas “puntocom” en el 2000, de las hipotecas en 2008, siempre tomando riesgo y haciendo trading", expresó en diálogo teléfonico desde Londres, donde se reunió esta semana con numerosos clientes para intercambiar puntos de vista acerca de la Argentina.
—¿Cómo toma el mercado los primeros pasos que dio Alberto Fernández?
—El mercado se siente cómodo con el gabinete de Alberto Fernández. Es moderado, responsable y es un equipo que, con la excepción de Guzmán, trabaja junto desde hace mucho tiempo; eso es importante. El nombramiento de Guzmán también me parece positivo porque es un profesional serio, comprometido. Y para negociar con el FMI necesitás alguien que hable su mismo idioma: ellos también son académicos. El Fondo tiene una oportunidad histórica de debatir temas que van a dejar una huella en el sistema financiero mundial con alguien que fue crítico de los paquetes ortodoxos de ellos. Un acuerdo entre ambos sería un logro más que significativo que el mercado apoyaría en forma contundente.
El mercado es inmenso y ya nadie es ‘too big to fail’ (demasiado grande para caer) y menos la Argentina
—¿Qué viabilidad tiene la posibilidad de lograr un acuerdo rápido en torno de la deuda?
—La viabilidad de los acuerdos de reestructuración tiene más que ver con las chances de volver a acceder a los mercados a tasas razonables que con las condiciones de la misma. El valor del haircut (quita) que los inversores estén dispuestos a aceptar se relaciona con varios factores: la sustentabilidad fiscal del programa económico, la viabilidad de que este programa pueda ser implementado y pueda perdurar en el tiempo, la voluntad del FMI de acompañar dicho programa y también factores monetarios y políticos. Los inversores quieren una solución que no sea temporaria, porque la gran mayoría de los países que han tenido crisis de deuda los han solucionado. Para la Argentina las crisis se han vuelto recurrentes y no hay espacio para que vuelva a ocurrir. Además, el mundo esta lleno de liquidez: 13 trillones de dólares están colocados a tasas negativas. Esto debería compensar la falta de credibilidad que tenemos como país después de habernos endeudado en forma irresponsable estos últimos años.
—¿Cree que Guzmán puede convencer al mercado?
—Guzmán se hizo conocido cuando su nombre empezó a circular en los últimos meses; quienes han tratado con él lo ven como alguien sumamente inteligente y un economista preparado y realista. Creo que tiene la sabiduría de entender que, si bien la macroeconomía es importante, los mercados tienen su propia dinámica y tomar decisiones unilaterales y dogmáticas no va a funcionar. El mercado es inmenso y ya nadie es “too big to fail” (demasiado grande para caer) y menos la Argentina. La solución a la crisis de las hipotecas en el 2008 la aportó la Reserva Federal y a la crisis europea el Banco Central Europeo. Por su parte, Japón se salvo de su burbuja de fines de los 80 cuando su banco central implementó una política de tasas negativas, algo inédito por entonces. Por lo tanto, sin un banco central con esos niveles de credibilidad dependés de inversores y con ellos hay que dialogar, interactuar y tratar con responsabilidad. Estoy seguro de que Martín va a ir por ese camino y el mercado lo va a acompañar.
—¿Hay que priorizar la negociación con el mercado local o el externo?
—Hoy por hoy la urgencia es el mercado local. Tenemos que recrear un mercado de capitales en pesos que sea creíble y permita canalizar el ahorro. El reperfilamiento fue un grave error. Yo me enfocaría en eso y en negociar con el Fondo un programa creíble y abarcativo. Si se logra eso, a Wall Street no vas tener que acercarlo: se va a acercar solo.
—¿Qué opina de la incorporación de Daniel Marx a la unidad que renegociará la deuda?
—Me parece extraordinario. Es una decisión increíble; Daniel conoce muchísimo el tema, a cada uno de los instrumentos a renegociar, a las autoridades del FMI, del Tesoro de Estados Unidos, a los acreedores privados, trabajó con gente de la Reserva Federal; además, es muy profesional, incansable, le apasiona lo que hace y haberlo elegido es un ejemplo de que se optó por una persona por fuera de la política, al que se lo elige por su capacidad de trabajo y su entrega. Como se lo dije a todo el mundo en el Gobierno y en el mercado, creo que es un lujo y ojalá tenga éxito. Además, su designación es un paso adelante para terminar con la grieta, ya que se lo elige por su capacidad de trabajo y no por su ideología: se lo contrata como un profesional. Así se hacen las cosas en Estados Unidos y en todos los países serios. Este es un trabajo técnico, no político, aunque después los políticos decidirán.
Para negociar con el FMI necesitás alguien que hable su mismo idioma: ellos también son académicos. El Fondo tiene una oportunidad histórica de debatir temas que van a dejar una huella en el sistema financiero mundial con alguien que fue crítico de los paquetes ortodoxos de ellos
—¿Qué recomendación les está haciendo a sus clientes sobre la Argentina?
—Nuestra mayor convicción está en la deuda de la Provincia de Buenos Aires, dado que se encuentra excesivamente castigada por el totalmente injustificado miedo que despierta Axel Kicillof entre los inversores, respecto a una supuesta reestructuración agresiva. Para AdCap el tratamiento hacia los tenedores de deuda será benigno. En deuda soberana preferimos los títulos de menor paridad, que generalmente se encuentran en la parte media y larga de la curva, dado que todavía existe una incertidumbre elevada respecto a las condiciones del reperfilamiento. Esto se debe a que el objetivo de un acuerdo rápido y amigable debe coordinarse con la necesidad de darle sustentabilidad al perfil de deuda, lo que no es sencillo. A la vez, estamos atentos a la deuda soberana en pesos, donde las valuaciones de mercado también incorporan un elevado riesgo de reperfilamiento; en caso de que el tratamiento sea más benigno, el potencial de ganancia en significativo. Y, para los inversores con mayor tolerancia por el riesgo, las acciones argentinas ofrecen el mayor potencial de ganancias en caso de que el Gobierno tenga éxito en estabilizar la economía y retomar el crecimiento.
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