El próximo 10 de diciembre asume un nuevo gobierno. Quien lo comandará, el presidente electo Alberto Fernández, aseguró durante toda la campaña que va a gobernar con las provincias, que será una administración federal y que los gobernadores serán parte de la toma de decisiones.
Con el gabinete ya conformado y los referentes económicos ya designados ahora sólo resta saber cómo será esa relación con las provincias que, según señalan los gobernadores electos, enfrentan una crisis considerable y están lejos del diagnóstico de superávit que mostró el presidente Mauricio Macri en su cadena nacional.
Por peso económico y político, Córdoba es una referencia. Y más cuando la provincia de Buenos Aires responde al mismo color político que la Casa Rosada. La provincia mediterránea tiene agro e industria y es el principal distrito electoral después de Buenos Aires lo que le da espaldas suficiente como para levantar la voz y marcar el rumbo.
En diálogo con Infobae, Osvaldo Giordano, el ministro de Finanzas de una provincia que se expresó políticamente contra la administración entrante dijo: “Las provincias están con una caída de la recaudación que pone en riesgo operativo a varios distritos". Y aconsejó "no sobreestimar la deuda y atacar el déficit”.
- ¿Cómo es el estado financiero de las provincias?
- En todas la provincias se da un fenómeno parecido, con diferencias obvias pero con la misma tendencia, que está marcada por la caída en la actividad económica y la suba de la inflación, y el principal indicador que refleja este contexto adverso es la caída en los ingresos. La recaudación lleva más de un año y medio creciendo por debajo de la inflación y eso hizo que se comprimieran las finanzas públicas, disminuye la capacidad de ahorro y la flexibilidad que teníamos para abordar un plan de obras públicas que en Córdoba era muy ambicioso. En nuestra provincia significó que perdimos el equivalente a un mes de recursos propios, pero en otras la situación es más compleja porque está en serio riesgo la operatividad normal de la administración.
-¿Qué salida les queda a las provincias?
- Hay que innovar en la gestión para poder hacer más con los mismos recursos. Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, que son provincias que tenemos las cajas de jubilaciones, si uno suma salarios más sistema previsional significan tres cuartas partes del gasto total. Y ante un escenario de menor capacidad de ahorro hay que redefinir el plan de obras públicas.
La caída de la recaudación significó que Córdoba perdiera ingresos similares a los de un mes, en otras provincias la situación es más compleja porque está en serio riesgo la operatividad normal de la administración
-¿Tomar deuda dejó de ser una opción?
- Claro, dejó de serlo y agrava la situación porque los planes de obras tienen un componente de financiamiento externo que en Córdoba fue más o menos del 40% y hoy el mercado de deuda está prácticamente cerrado o el acceso es prohibitivo por que tienen tasas que nadie está dispuesto a pagar. Eso también comprime la posibilidad de seguir avanzando.
-¿En este contexto se puede mantener la baja de impuestos acordada en el Consenso Fiscal?
- El Consenso Fiscal fue un planteo dentro de una agenda grande que implicaba avanzar en una mejor organización del Estado. Uno de los componentes era que íbamos a aprovechar el crecimiento de la economía para bajar la presión impositiva. Ese supuesto no se cumplió, la economía está estancada con alta inflación y eso hace más difícil el cumplimiento de esa rebaja. Es un tema a rediscutir en el marco de cuál será la estrategia del gobierno nacional, en términos de cómo se imagina la salida de la crisis y cuál es su estrategia de política tributaria, y en ese plano habrá que rediscutir el Consenso Fiscal.
La rebaja de impuestos planteada en el Consenso Fiscal es un tema a rediscutir en el marco de cuál será la estrategia del gobierno nacional en términos de cómo se imagina la salida de la crisis
- ¿Conoce a los nuevos funcionarios del área económica?
- No, no conozco a Martín Guzmán ni a Matías Kulfas. Sí a Alberto Fernández y a Claudio Moroni, pero al equipo económico no lo conozco.
- ¿Qué opinión le merece el plan de renegociación de la deuda que plantea el gobierno entrante?
- Creo que no tenemos muchos elementos de juicio para evaluar el planteo ni la estrategia porque sólo conocemos el nombre y los antecedentes académicos del ministro de Economía, no de gestión. Pero entiendo que estamos sobreestimando la deuda y olvidándonos que la deuda no viene del cielo sino que es la acumulación del déficit que termina reflejándose en la deuda. Lo más importante es atacar el déficit fiscal porque genera más deuda y, además, porque permitirá mostrar a los acreedores un horizonte donde seguramente no se pueda enfrentar los vencimientos como están planteados en los próximos años, pero si hay capacidad de ahorro en algún momento se va a poder mostrar capacidad de pago.
-¿Se puede solucionar el problema de la deuda con rapidez?
- Entiendo que lo más importante y los más difícil es el ordenamiento de las cuentas públicas. Si hay una estrategia del ordenamiento, que no es fácil, es una tarea solucionable la de la deuda en base al diálogo con los acreedores. Ahora, si el déficit fiscal no está ordenado será una misión imposible renegociar la deuda, porque se podrá resolver el problema unos meses, pero después volverá el déficit y se generará más deuda. La experiencia de Uruguay es muy significativa en eso. Uruguay tenía un problema muy serio y la clave del reperfilamiento uruguayo fue poder mostrar, convencer, que ordenado el sector público tenía capacidad de ahorro y bajo esas condiciones era factible pagar la deuda. Me parece que hay que poner más énfasis en el reordenamiento de las cuentas públicas porque es lo más difícil; y el tema de la deuda si resolvemos eso será solucionable.
No se trata de ajustar sino de ordenar. Se puede ganar mucho si se logra una administración más eficiente
- En un contexto de crisis, con 40% de pobreza y baja en los ingresos por la caída de la actividad, ¿se puede crecer ajustando o se tiene que expandir el gasto?
- No se trata de ajustar. Hay que saber distinguir que una cosa es ordenar y otra ajustar. Ajustar con los límites que hoy hay, en donde es un momento crítico desde los social y donde el Estado no se puede apartar sobre todo en los sectores más vulnerables, no parece recomendable. Sí se puede ganar mucho si se logra una administración más eficiente en ingresos y en gastos, hay márgenes en varias áreas para hacerlo.
-¿Por ejemplo?
- Un ejemplo es el sistema tributario que es muy engorroso. Las tres jurisdicciones administramos una gran cantidad de impuestos parecidos entre ellos, pero que se manejan de manera independiente, y la consecuencia es una tremenda carga burocrática en donde el ciudadano no sólo enfrenta el esfuerzo financiero sino el esfuerzo administrativo para lidiar con toda esa normativa que, además, permite niveles de evasión enormes. Nosotros lo hicimos en Córdoba con la unificación del monotributo, simplificar y coordinar con las otras jurisdicciones significa un impuesto más bajo en términos financieros pero que recauda mucho más. Si eso lo expandimos al resto de los impuestos hay un margen enorme de crecimiento no cobrándole más al que paga sino que se gana porque se suben los niveles de cumplimiento. Lo mismo sucede con el gasto. Se pierde mucho en los tres niveles de gobierno porque se realizan gastos solapados, si se ordena el gasto público también hay posibilidad de obtener ganancias.
Si se ordena el gasto público tomando la Constitución, en donde está claro cuáles son las funciones de cada jurisdicción y cada uno se hace cargo de lo suyo, ahí también hay posibilidades de obtener ganancias
- ¿Con qué expectativa arranca esta nueva etapa?
- La expectativa es buena, pero la preocupación de las provincias es manifestar que está dando vuelta un diagnóstico de hace unos años en donde los estados subnacionales estaban financieramente en una situación mejor, pero eso empeoró mucho en los últimos años. Frente a eso nosotros sólo queremos alertarlos sobre actualizar el dignóstico porque si bien es obvio que la Nación tiene fuertes problemas, también los tienen las provincias. Lo saludable sería una solución integral. Y después, en función de ese diagnóstico, comenzar el diálogo para generar una estrategia que nos permita salir lo más rápido posible de esta crisis.
- ¿Lo que mostró Mauricio Macri en su cadena nacional no es la realidad de las provincias?
- Es cierto que hace dos años las provincias estaban bien, pero el deterioro posterior de los ingresos fue muy fuerte y persistente y cambió esa realidad. La Nación necesita tener un diagnóstico correcto. Hoy las cuentas fiscales están mucho más comprometidas.
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