El presidente Alberto Fernández oficializó en su discurso inaugural lo que ya había adelantado cuando presentó su Gabinete. Que va a gobernar el año que viene sin Ley de Presupuesto, prorrogando la que rige este año. Condicionó la proyección de ingresos y gastos del Estado a la renegociación de la deuda.
“He decidido que no le daremos tratamiento parlamentario al Presupuesto Nacional proyectado por el Gobierno saliente para el ejercicio 2020. Sus números no reflejan ni la realidad de la economía ni las realidades sociales ni los compromisos de deuda que realmente se han asumido”, dijo Fernández como parte de su discurso ante la asamblea legislativa.
“Un presupuesto adecuado sólo puede ser proyectado una vez que la instancia de negociación de nuestra deuda haya sido completada y, al mismo tiempo, hayamos podido poner en práctica un conjunto de medidas económicas, productivas y sociales para compensar el efecto de la crisis en la economía real”, agregó el presidente.
“La Nación está endeudada, con un manto de inestabilidad que deshecha cualquier posibilidad de desarrollo y que deja al país rehén de los mercados financieros internacionales. Tenemos que sortear ese escenario. Para poner a Argentina de pie, el proyecto debe ser propio e implementado por nosotros, no dictado por nadie de afuera con remanidas recetas que siempre han fracasado”, concluyó el mandatario.
He decidido que no le daremos tratamiento parlamentario al Presupuesto Nacional proyectado por el Gobierno saliente para el ejercicio 2020. Sus números no reflejan ni la realidad de la economía ni las realidades sociales ni los compromisos de deuda que realmente se han asumido
Al no tener una Ley de Presupuesto para el año en curso, el Poder Ejecutivo puede recurrir a la Ley del año anterior y modificar partidas, lo que le da mucha mayor flexibilidad y discrecionalidad. El jefe de Gabinete tiene la facultad de hacerlo por decisión administrativa.
En 2011 la presidenta Cristina Fernández de Kirchner tuvo que gobernar sin Ley de Presupuesto por no haber logrado acuerdo, con lo cual obtuvo un grado de libertad muy grande para modificar la composición del gasto. Desde entonces, los legisladores tendieron a apoyar los proyectos de presupuesto para limitar el grado de discrecionalidad con el que pueden conducirse los Gobiernos.
Fernández ya había adelantado la semana pasada que una Ley de Presupuesto podría llegar al Congreso en abril o mayo del año que viene. En los poco más de cinco años en los que Alberto Fernández estuvo al frente de la Jefatura de Gabinete formalizó 656 modificaciones presupuestarias.
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