“El Instituto de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Columbia felicita al afiliado al ILAS Martin Guzmán por su nombramiento como Ministro de Finanzas de Argentina”. El tuit se publicó al mediodía desde la cuenta oficial del Instituto de Estudios de Latinoamérica (ILAS), un organismo que se ocupa de la región en la Universidad de Columbia. Y pocos minutos después fue borrado.
Como informó esta madrugada Infobae, Martín Guzmán será el próximo ministro de Economía. La información oficial llegará hoy a las 18, cuando el presidente electo, Alberto Fernández, presente al todo el Gabinete.
¿Qué pasó? ¿Se apuraron en Columbia? ¿Alguien pidió borrarlo hasta la confirmación oficial? No hay información oficial al respecto, sólo que el tuit no figuró más en el timeline del ILAS.
Guzmán estudió en La Plata y luego continuó su carrera en EEUU. Es doctor en Economía de la Universidad de Brown, EEUU, y actualmente se desempeña como Asistente de Investigación en la Universidad de Columbia, donde además dirige el programa de Reestructuración de Deuda y es miembro del Institute for New Economic Thinking’s Taskforce.
También es docente adjunto de la UBA y la Universidad de La Plata y dirige el Journal of Globalization and Development.
En Columbia trabajó junto al premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz, el preferido de la ex presidenta y nueva vicepresidenta, Cristina Kirchner. Guzmán es su discípulo desde que, al llegar a Nueva York, empezó a estudiar los papers de Stiglitz sobre macroenonomía y deuda pública. El estadounidense siempre fue crítico de las recomendaciones de política del Fondo Monetario Internacional (FMI) y elogió abiertamente a Cristina Kirchner aun en los peores momentos de la gestión 2011-2015.
Justamente con el Fondo y otros acreedores privados tendrá que negociar Guzmán.
Hace pocas semanas se conoció un paper con la receta del economista para la deuda local. La reestructuración de pasivos soberanos es su área de expertise. El documento es parte de una presentación que dio en la UNO y tiene cuatro puntos:
- No realizar pago alguno de la deuda, ni capital ni intereses, por dos años. Esto significa que los futuros bonos que reciban los inversores que ingresen al canje no tendrían incorporados pagos en 2020 ni 2021, para comenzar con desembolsos recién en 2022.
- No se pedirán nuevos desembolsos del FMI para el pago de deuda a inversores privados. Esta postura es coincidente con la que ya viene expresando el presidente electo, Alberto Fernández, quien aseguró que no pide nuevos préstamos del organismo.
- Debe evitarse a toda costa un nuevo default y negociar de buena fe con los acreedores. El plazo máximo en el que debería concluir la reestructuración es marzo de 2020.
- La propuesta final deberá estar alineada con la necesidad de recuperar la sustentabilidad de la deuda, es decir que el Gobierno pueda enfrentar los futuros pagos. Y esta sería una condición necesaria para recuperar el crecimiento.
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