Como si al dólar le faltaran motivos para subir, dos empresas de primera línea anunciaron que no pudieron cumplir con sus vencimientos de deuda en dólares y entraron en default.
Celulosa Argentina y Vicentín suspendieron los pagos por USD 60 millones y USD 350 millones, respectivamente. La primera pidió un canje de su deuda y Vicentín una reestructuración, dos formas distintas de defaultear y que, de alguna manera, se tornan como un presagio para la Argentina.
¿Por qué esta situación es un default y no una reestructuración? Porque dejaron de pagar las obligaciones negociables que emitieron el día del vencimiento. Es decir, no reprogramaron con los acreedores nuevas formas de pago antes de que vencieran.
Para los inversores y ahorristas fue otro estímulo para cubrirse en dólares. De hecho, en el mercado oficial, el Banco Central debió vender un bloque de USD 50 millones para que el mayorista no superara los $ 60. Gracias a esa intervención la divisa cerró en $59,99, lo que representa un alza de 11 centavos sobre el día anterior.
En bancos y casas de cambio, quedó sin variaciones en $ 62,94. Los dólares que no controla el Banco Central se dispararon. El dólar libre en la plaza marginal subió un peso y cerró a $ 70 y quedó firme para el viernes.
Los más demandados fueron los dólares alternativos. El contado con liquidación aumentó casi 5%. Cerró en $ 79,91 lo que representa un alza de $ 3,74. El dólar Bolsa o MEP, no le fue en zaga. Avanzó 3%, o sea $ 2,12 y finalizó en $ 75,81.
Hay dos dólares que están a punto de superar techos psicológicos. El “blue” alcanzó los $ 70 y el contado con liquidación quedó a pocos centavos de los $ 80.
Pero el mensaje que dejaron las empresas, en particular Vicentín que está vinculada al agro, es que el Gobierno que llegará en unos días va a tener dificultades para aumentar retenciones a un sector que está haciendo ruido por los costos financieros que le dificultan financiar las futuras siembras y cosechas. Los precios internacionales -la soja cotiza a USD 325 en Chicago- tampoco ayudan.
En este escenario, las reservas bajaron 23 millones a USD 43.752 millones y el riesgo país subió 23 unidades (1%) a 2.382 puntos básicos. Va en búsqueda de los 2.400 puntos.
Por donde se mire no hay alivio para refinanciar la deuda y hay problemas para aplicar nuevos impuestos. El Gobierno electo asumirá en medio de un laberinto de difícil salida porque ahora, más que antes, debe reestructurar la deuda como primera medida. No puede pensar en encarar gastos y emisión de dinero sin efectos negativos. Si emite, sin reestructurar la deuda, esos pesos no serán deseados y desatarán inflación porque irán a dólares y no al consumo.
Aumentar retenciones apenas asuma, puede desatar un conflicto con el campo que puede venir de dos formas, con caídas de nuevas empresas o con protestas generalizadas. Lo que sucedió con las dos empresas defaulteadas le obligará a replantear el plan de Gobierno y alterará las prioridades.
Si bien se adjudica la suba del dólar a que no se sabe quién será el nuevo ministro de Economía, el tema es que tampoco se conoce el plan económico y que, en el entretanto, las empresas van quedando en cesación de pagos o despiden empleados ¿Se podrá hablar del bono de fin de año en estas condiciones?
La Bolsa, después de un comienzo con dudas, cerró en alza. El S&P Merval, el índice de las acciones líderes, aumentó 2,17% con negocios por $ 625 millones, un buen monto para lo que se está operando en las últimas jornadas.
Los papeles de mejor desempeño fueron Banco Macro (+6,57%) y Aluar que rebotó y recuperó 4% después de haber caído 18% en dos ruedas.
Los ADR’s argentinos -certificados de tenencia de acciones que cotizan en Wall Street- soportaron una rueda adversa donde predominaron las bajas sobre las alzas.
Lo mejor pasó por Central Puerto (+3,24%), Banco Macro (+1,89%) y Loma Negra (+1,67%). La caída más notable fue la de IRSA Propiedades Comerciales (-8,16%).
El panorama económico se complicó y la apuesta más firme seguirá siendo al dólar. Ahora el Banco Central estará concentrado en controlar la divisa en el mercado mayorista. Guido Sandleris, que ya anunció su renuncia, quiere irse dentro de 5 días con un dólar mayorista que no pase los $ 60. Es tan importante para él este techo psicológico, que no tolera un precio mayor a $ 59,99. Un centavo no parece ser diferencia visto fríamente. Pero los que viven la Argentina día a día saben que hay barreras que no se pueden quebrar por miedo al desborde.
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