Las cotizaciones están lejos de reaccionar, después de haber alcanzado pisos de 2019 en medio de la disputa electoral, con escaso volumen operado y la incertidumbre acorde con el hermetismo del presidente electo, Alberto Fernández, acerca de los funcionarios a quienes asignará al área económica y cómo va a encarar el problema más urgente que le deja Mauricio Macri: el pago de los vencimientos de deuda.
Los bonos en dólares que operan en el exterior mantuvieron los precios en los niveles más bajos del año, en los que está asumida una reestructuración. Las bajas observadas esta semana incorporaron una renegociación dura, con extensión de los plazos y una eventual quita sobre el valor presente, además del escepticismo sobre un posible ajuste fiscal en el gobierno del Frente de Todos, garantía de la solvencia del sector público para cumplir los compromisos.
El nuevo foco de tensión con los EEUU, luego de la decisión del gobierno de Donald Trump de subir los aranceles para el acero y el aluminio argentinos, también fue una señal negativa para la percepción de los traders, debido al peso del país norteamericano a la hora de negociar con acreedores con tenencias de títulos bajo legislación de Nueva York y también con el Fondo Monetario Internacional (FMI), al que se le deben unos 45.000 millones de dólares.
Con ese panorama de cautela, el Riesgo País tocó al mediodía los 2.453 puntos básicos y se aproximó a los máximos de 2019, alcanzados a principios de septiembre y mediados de noviembre, para quedar al cierre de la Bolsa porteña en 2.406 unidades. El incremento del indicador de JP Morgan respondió al desplome de precios de los títulos soberanos, que para el tramo corto en dólares, como en el caso del Bonar 2020 y el Bonar 2024, acumulan una pérdida del 60% en 2019, reflejo de la percepción de un default argentino.
"A pocos días de la asunción del nuevo Gobierno, se esperan definiciones sobre quién estará a cargo del Ministerio de Hacienda y quién negociará la deuda con los acreedores y organismos internacionales”, indicó un reporte de Research for Traders.
“Esperamos que los bonos sigan operando por probabilidad de default incluso después de la reestructuración, implicando precios similares para todos los bonos”, subrayó Balanz Capital.
La baja de los bonos no responde solo a la expectativa de reestructuración, también hay escepticismo sobre el superávit fiscal
El presidente electo, Alberto Fernández, adelantó que el próximo viernes 6 presentará a los funcionarios que integrarán su gabinete a partir del 10 de diciembre. "Hasta entonces, y mientras no haya nuevas definiciones de política económica o sectoriales, el punto clave para el mercado en el corto plazo permanece en el eje de la negociación de la deuda”, apuntaron desde Portfolio Personal Inversiones.
Gustavo Ber, economista del Estudio Ber, dijo que "se esperan en los próximos días las definiciones sobre el equipo económico, y a partir de entonces las estrategias que se estarán llevando adelante en la renegociación de la deuda, la cual los inversores van descontando que podría ser más agresiva. Ocurre que no sólo estiraría los plazos, sino que la sustentabilidad fiscal de la propuesta podría requerir una reducción y un período de gracia en especial sobre los intereses en los próximos años”.
En cuanto a las acciones argentinas, el escenario también es desolador, con pérdidas promedio por encima del 40% medidas en dólares en lo que va de 2019. Más dolorosas aun si se tiene en cuenta que ya cayeron 51% el año pasado.
El S&P Merval de ByMA (Bolsas y Mercados Argentinos) restó 1,9% este martes, para quedar debajo de los 33.000 puntos. En pesos, recorta las ganancias de 2019 a un 8%, frente a una inflación del 46% en once meses, mientras que en moneda “dura” la pérdida es de casi 45 por ciento.
Jorge Fedio, analista técnico de Clave Bursátil, reconoció que “el mercado se muestra inquieto, necesita adelantos –que no los tiene– y presiona como lo sabe hacer, bajando precios e incomodando”, aunque advirtió que el movimiento se produce “sin volumen”, por cuanto “si baja o sube ya no cuenta, no se sustenta, menos si a días hay nuevo Gobierno”.
“Dentro de todo no la estamos pasando tan mal, es una transición al menos hasta ahora serena, aunque con un mercado aplastado, inquieto, para nada derrotado. Los que se van no dicen nada, asumieron la derrota, y los que vienen asumen como enojados, preparan un ambiente hostil con los que se van y despistan, sin dar pistas”, evaluó Fedio.
Víctor Beker, del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano, consideró que “dado un nivel de reservas de libre disponibilidad del orden de los USD 10.000 millones y un déficit fiscal no inferior al 4% del PBI, no parece posible otra alternativa que una reestructuración de los pasivos del fisco. Ello implicará probablemente extensión de plazos y quita de capital en la deuda con privados, y estiramiento de plazos de la deuda con el FMI”.
Beker puntualizó que “en 2020 vencen unos USD 23.000 millones de deuda con el sector privado y poco más de USD 4.000 millones con organismos internacionales, en concepto de amortización de capital. Los pagos de intereses serían, respectivamente, de 9.000 millones y de unos 2.800 millones. Sin embargo, los vencimientos de capital en moneda extranjera con privados son de un poco más de 10.000 millones, y en concepto de intereses, de unos 5.600 millones".
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