Cuando se analiza las cuentas externas de la Argentina, puede decirse que el país quedó un paso más lejos del resto del mundo. El sacudón político que significó el triunfo electoral del Frente de Todos y la inminente salida del poder de la coalición Cambiemos también golpeó en las expectativas económicas.
El reperfilamiento de vencimientos de deuda pública, un férreo control de cambios y la caída dela cuerdo con el Fondo Monetario Internacional aislaron más al país en términos financieros y, por lo visto, para abrir un proceso que demandará años revertir.
El tipo de cambio real mejoró menos de 5% este año, a pesar de la brutal devaluación del peso
La realidad es que en la medida que los efectos de las restricciones cambiarias empiezan extenderse e incidir en todas las variables de la economía, también empiezan a aparecer las distorsiones, tan características de los esquemas que aplican los gobiernos argentinos, más allá de su sesgo ideológico.
Las restricciones al dólar enunciadas por el Banco Central, que apuntaron a pisar la demanda de divisas privada, se aplicaron de forma moderada desde el 1° de septiembre, después de un salto del valor del dólar de más de 30% a partir de las elecciones primarias del 11 de agosto. Y se profundizaron desde el 28 de octubre, ya consagrado Alberto Fernández como próximo Presidente, a una escala más rígida que la impuesta con el “cepo" de la segunda presidencia de Cristina Ferández de Kirchner, ahora con un límite de USD 200 mensuales para atesoramiento.
La cuestión es que con el transcurrir los controles al dólar tienden a apreciar de forma artificial la moneda doméstica, encarecen la producción local y generan en lo inmediato una sensación de mejora en el poder adquisitivo debido al atraso cambiario.
Debe recordarse la frondosa experiencia argentina al respecto: después de 4 años de control de cambios, entre el 31 de octubre de 2011 y el 16 de diciembre de 2015, el gobierno de Mauricio Macri recibió un tipo de cambio equivalente hoy a 35 pesos por dólar, según calculó el economista Rodolfo Santángelo, de la consultora MacroView.
Aunque incipiente, la erosión cambiaria empezó a evidenciarse a un mes del ajuste del control de cambios dispuesto en la medianoche del 27 de octubre, mientras la sociedad asimilaba el resultado de los comicios generales. Varios son los motivos:
1) Alta inflación Mientras los precios minoristas y mayoristas mantienen el ritmo de alzas, medidos en dólares van cayendo en la medida que el tipo de cambio permanece quieto. Según el último Relevamiento de las Expectativas de Mercado (REM) del BCRA, la inflación de noviembre alcanzaría un 4,1%, más otro 4% en diciembre. Además, los analistas consultados prevén que la inflación nivel general será de 55,6% interanual en 2019, un guarismo que casi le empata a la suba del dólar, en torno al 58% desde que empezó el año.
2) Devalución del Real Brasil ese el principal socio comercial de la Argentina. Por ese motivo, la divisa del país vecino es la que mayor ponderación tiene dentro del Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral (ITCRM) que elabora el BCRA, para sondear el nivel de competitividad de la Argentina, acotado solo a la cuestión cambiaria. En el último mes el dólar en Brasil trepó 6,5%, de 4 a 4,26 reales, con una inflación casi inexistente. El movimiento del real brasileño incide en un 30% en el nivel del tipo de cambio multilateral, según estima el BCRA, seguido por el euro 20%, el yuan 15% y recién en cuarto lugar por el dólar (13%). Ello se debe a que el ITCRM mide el precio relativo de los bienes y servicios de la economía argentina con respecto al de los de los principales socios comerciales en función del flujo de comercio de manufacturas.
El ITCRM alcanza los 122 puntos en noviembre Esto implica que se mantiene unos 22 puntos porcentuales por encima de la “base 100” del 17 de diciembre de 2015, cuando se eliminó el control de cambios anterior. Pero exhibe un deterioro 17 puntos en tres meses respecto de los 139 puntos del 31 de agosto, antes de que regresaran las restricciones al dólar.
El tipo de cambio real cayó 17 puntos en tres meses, desde que regresaron las restricciones al dólar
3) Demanda atrofiada Las restricciones cortaron de cuajo la demanda de divisas privada y le quitaron sustento a cualquier atisbo alcista al dólar. Hoy es el Banco Central el principal comprador del mercado: en el último mes sumó unos USD 2.500 millones por sus intervenciones.
4) Más liquidación de exportaciones Una medida clave que tomó el Gobierno a partir de septiembre fue el de recortar los plazos para que los exportadores liquiden divisas en el mercado mayorista. Esto, sumado a diversas especulaciones acerca de un aumento de las retenciones al agro con la próxima administración, incrementaron las liquidaciones del sector a un máximo histórico para un mes de noviembre, que por cuestiones estacionales no se destaca por la afluencia de dólares comerciales. A más dólares ofertados en la plaza, más presión bajista para la cotización.
El sector agroexportador liquidó USD 2.185 millones en noviembre, un 170% por encima de igual mes del año pasado, según la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC). Como se ve, casi en su totalidad estas divisas fueron absorbidas por la autoridad monetaria.
Conclusión: el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral muestra un avance de apenas 4,7% en el transcurso de 2019, aún con la brutal devaluación del peso que sumergió a la actividad económica en una recesión más profunda que la prevista. Un informe del IARAF, elaborado por los economistas Nadin Argañaraz y Bruno Panighel, proyecta un contracción anual promedio de casi 3% en 2019, después de haber caído 2,5% en 2018.
Más allá de los diversos “cepos”, atrasos cambiarios y devaluaciones que sucedieron en los últimos años, el PBI de Argentina es similar al de noviembre de 2010, para completar casi una década de estancamiento. Una década perdida, al menos para la economía. ”El panorama no es optimista en el corto plazo. La actividad económica seguirá, cuanto menos, estancada en los valores más bajos de esta década", indicó el IARAF, a la vez que sentenció que “Argentina es cada vez mas pobre en términos relativos y representa un porcentaje menor del producto mundial”.
Seguí leyendo: