La difícil situación de Argentina tras recibir un rescate de USD 57.000 millones ilustra los peligros de llegar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional, dijo el ministro del Tesoro y Hacienda turco, Berat Albayrak.
“El año pasado, mucha gente dijo que Turquía quedaría peor que Argentina si no llegaba a un acuerdo” con el FMI, dijo Albayrak durante una sesión de preguntas y respuestas en el subcomité de planificación y presupuesto del Parlamento el miércoles. “Argentina tiene problemas políticos y económicos muy serios un año después de su acuerdo”, mientras que Turquía está nuevamente en una senda de crecimiento, dijo.
La especulación del mercado sobre un posible acuerdo del FMI con Turquía se intensificó poco después de que Albayrak asumiera el cargo, cuando la lira turca perdió más de una cuarta parte de su valor en agosto del año pasado. El colapso llevó la inflación a más de cuatro veces el objetivo oficial de 5% y a la economía hacia su primera recesión en una década. Los funcionarios turcos han dicho repetidamente que los fundamentos económicos son sólidos, a pesar de la agitación en los mercados financieros, y descartaron buscar apoyo externo.
En 2018 la moneda de Turquía, la lira, se derrumbó a la par del peso argentino. El dólar subió 39% en ese país a lo largo del año pasado, antes de estabilizarse y trepar otro 9% este año.
El Gobierno turco aumentó su objetivo de crecimiento económico a 5% para 2020-2022 después de recortar el pronóstico de este año a casi cero. El éxito dependerá de la fortaleza del sector privado, la inversión y las exportaciones, y el Gobierno espera que un crédito más barato impulse la economía. Sin embargo, el desempleo juvenil está cerca de niveles récord y un indicador manufacturero se ha contraído cada mes, excepto uno desde abril de 2018.
En el caso de Argentina, es posible que el acuerdo se haya hecho demasiado tarde, según Piotr Matys, estratega de Rabobank en Londres. Economistas pronostican que la economía argentina se contraerá cada año hasta 2021, la moneda continuará cayendo y que tanto la inflación como las tasas de interés se mantendrán elevadas, en 40% o más.
“Se trata de evitar el colapso de la confianza entre inversionistas”, dijo Matys. “Una vez que cruzas cierto umbral, es extremadamente difícil restaurarlo”.
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