“Agradezco la convocatoria hecha por el presidente electo Fernández para estar al frente del Indec Argentina. En este nuevo desafío vamos trabajar para fortalecer a este Instituto de altísima calidad, generando confiabilidad y reconocimiento nacional e internacional”.
Con esa frase y por Twitter, Marco Lavagna –actual diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires por el Frente Renovador, el partido que impulsó Sergio Massa– por aceptó ser el próximo director del instituto estadístico del gobierno entrante.
Es el primer nombramiento concreto en el área económica que confirma el ganador de las elecciones de octubre, en medio de crecientes especulaciones sobre quiénes serán sus ministros.
“Quiero también saludar Jorge Todesca y reconocer la tarea que llevó adelante en el Indec, teniendo como objetivo la confiabilidad y la rigurosidad técnica del Instituto, donde contó con el esfuerzo y dedicación de todo el personal que trabaja en el organismo en la tarea”, destaco el legislador que termina su mandato el 10 de diciembre y que acompañó a su padre, el ex ministro de Economía Roberto Lavagna en su campaña presidencia (fue precandidato de Consenso Federal a diputado nacional).
Lavagna es licenciado en Economía de la Universidad Católica Argentina y recién llegó al mundo legislativo en 2015. Antes se había desempeñó en el mundo privado, sobre todo como director de la consultora Ecolatina.
En ese rol y por medir la inflación de manera privada durante el último gobierno de Cristina Kirchner, fue multado –junto a otras consultoras y empresa privadas de medición– por el entonces secretario de Comercio, Guillermo Moreno. Su caso llegó a la Corte Suprema y fue absuelto.
“El que se firmó hay que tirarlo a la basura y hacer otro nuevo, donde el objetivo primero sea cómo hago para poner en funcionamiento la economía. No seguir ajustando”, dijo el economista durante la campaña, en una nota en Infobae, sobre el acuerdo con el FMI. También destacó que el gobierno de Mauricio Macri “hace mucho tiempo” hacía las cosas mal, algo que desembocó en la crisis que comenzó el año pasado, y destacó que “a las pequeñas y medianas empresas hay que ponerlas como prioridad absoluta, porque generan siete de cada diez puestos de trabajo en nuestro país. Si Argentina no genera puestos de trabajo, no sale adelante. A las Pymes hay que darles beneficios, incentivarlas para que puedan invertir y para que puedan vender en el mercado interno. Pero para eso la gente tiene que tener plata en el bolsillo y poder consumir”.
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