Un grupo importante de fondos internacionales de inversión comenzó a posicionarse para comprar bonos de la deuda de la Argentina al considerar que ya alcanzaron su “piso” y con la esperanza de que la propuesta de reestructuración que lance el nuevo gobierno les permitirá obtener ganancias interesantes.
Así lo confirmaron a Infobae tres calificadas fuentes del sistema financiero, que precisaron que se trata de fondos de cobertura (hedge funds) y no de los más tradicionales (denominados de “real money”).
“Estuve recibiendo en los últimos días órdenes de compra de bonos argentinos por parte de inversores que creen que este es el mejor momento para entrar, dado que los valores están suficientemente bajos como para rebotar cuando se sepa lo que propone el nuevo gobierno”, indicó un importante trader desde Nueva York.
Los inversores creen que el valor actual de los bonos argentinos se puede duplicar con una propuesta razonable de reestructuración por parte del nuevo gobierno
El ejecutivo afirmó que “hay poca oferta” y explicó que “los inversores creen que los valores actuales, cercanos a los 40 centavos, pueden llegar a 70 u 80 centavos una vez que se conozca la propuesta de reestructuración”.
“El razonamiento de los fondos es: si ya tienen bonos argentinos, prefieren no salir aunque hayan perdido en estos últimos tres meses porque el año ya está jugado y, además, porque han podido compensar las pérdidas generadas por la Argentina con otros mercados emergentes”, detalló. Por lo tanto: muchos inversores que tienen bonos no han salido y otros, los mencionados hedge funds, se posicionaron para empezar a comprar títulos soberanos.
También empezaron a comprar los denominados “fondos buitre” como Elliott y Aurelius, según esta fuente. Se trata de fondos más interesados en litigar que en obtener ganancias de corto plazo. “Aunque se postergue un año el pago del bono, no hay tasa de interés que hoy rinda lo que rinde la Argentina”, indicó.
Este escenario se sostiene bajo la hipótesis de que la quita que ofrecerá el nuevo gobierno rondará entre el 20 y 30%. “Si esa cifra cambia y supera el 40 o 50%, el escenario será otro”, aclaró.
Según un importante trader de Nueva York, también empezaron a comprar títulos argentinos algunos denominados “fondos buitre”, como Elliott y Aurelius
Desde Buenos Aires, otras dos fuentes confirmaron el mismo cuadro de situación. La Argentina se está volviendo una historia interesante y los hedge funds están esperando subas cuando se conozca el nuevo gabinete y sus respectivos planes. “Los precios actuales resultan atractivos”, indicó. Otro ejecutivo, con amplia experiencia en el manejo de deuda, fue más prudente: “Están observando más que comprando; siguen las dudas sobre qué va a pasar después del 10 de diciembre”, explicó.
En este sentido, no ayudan los rumores contradictorios en torno de los posibles negociadores de la deuda, que un día dan por seguro al tándem Guillermo Nielsen-Adrián Cosentino y al día siguiente afirman que ya no son candidatos.
Tampoco termina de quedar claro para el mercado qué rol podría cumplir el economista de la Universidad de Columbia Martín Guzmán, discípulo de Joseph Stiglitz y que goza de la simpatía tanto de Alberto Fernández como de Cristina Kirchner.
Quienes lo conocen afirman que Guzmán estaría dispuesto a dejar su confortable oficina en Columbia para mudarse a Buenos Aires por un tiempo, como ocurrió en la gestión de Nicolás Dujovne con Sebastián Galiani, de la Universidad de Maryland.
Equidistante de los rumores, la directora de la consultora EcoGO, Marina Dal Poggetto, afirmó que “la renegociación de la deuda debe ser rápida y amigable, e igualitaria entre los bonos con ley local y extranjera”, para evitar el caótico panorama judicial que tuvo que enfrentar el país desde 2005 hasta 2017.
En su último informe, EcoGO indicó que “el problema de deuda de la Argentina no está asociado a los niveles ni a los flujos, sino a su prontuario”, por la gran cantidad de años que permaneció en default en las últimas décadas.
“Los niveles y perfiles de la deuda son significativamente mejores a los que tenía la economía a fines de los 90 y, dadas las condiciones objetivas del mercado global con paridades de los bonos en torno del 40%, dan margen para una salida amigable que permita descomprimir los vencimientos de corto plazo”, se detalló.
El cronograma de pagos muestra una altísima carga de vencimientos de los títulos en pesos en el primer semestre del 2020 y obliga al nuevo gobierno a acelerar un acuerdo con los acreedores institucionales con bonos que posterguen su cobro por unos 180 días al menos. “Si es a cambio de una buena tasa de interés, no habrá mayores problemas en aceptar un canje en el caso de las compañías de seguro”, indicó una fuente al tanto de las conversaciones.
En suma, habrá que ver si, dado el panorama de los últimos días, la codicia finalmente venció al pánico o si se trata apenas de una tregua pasajera.
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