El controversial economista francés Thomas Piketty tiene como foco principal de estudio la desigualdad y el manejo de los patrimonios excesivos. Acostumbrado a sacudir al mundo académico internacional, lanzó una propuesta para que todas las personas, al cumplir 25 años, puedan acceder a un capital de 120.000 euros. ¿De dónde saldría el dinero? De un impuesto del 90% a las grandes fortunas, ya que tener cientos o miles de millones de euros “no contribuye al interés general”.
Lejos de parecerle confiscatorio, Piketty cree que su idea permitiría que los megaricos sigan siendo ricos, pero en forma razonable y sin eternizarse en su fortuna. “Un 90% a quien tenga 1.000 millones de euros significa que le quedarán 100 millones de euros. Con 100 millones todavía uno puede tener un cierto número de proyectos en la vida. El objetivo es regresar a un nivel de concentración de la fortuna que era más o menos el de los años sesenta, setenta u ochenta en Estados Unidos y en Europa. Lo que queremos evitar es la sedimentación. Mark Zuckerberg tuvo una buena idea a los 25 años. Pero, ¿esto justifica que a los 50 o 70 años continúe decidiéndolo todo sobre una red social mundial?”, explicó en una entrevista al diario español El País.
Mark Zuckerberg tuvo una buena idea a los 25 años. Pero, ¿esto justifica que a los 50 o 70 años continúe decidiéndolo todo sobre una red social mundial?
“El objetivo es hacer circular la propiedad, permitir que todo el mundo acceda a ella. El impuesto sobre la propiedad permitiría financiar una herencia para todos de 120.000 euros a los 25 años. Ahora la mitad de la población no posee patrimonio. Aunque uno tenga un buen diploma y un buen salario, puede que una parte importante del salario sirva para pagar toda la vida un alquiler a hijos de propietarios y carezca de medios para crear su propia empresa”, agregó.
El economista, autor del influyente libro “El capital en el siglo XXI” y profesor en la Escuela de Economía de París, pone el eje en que la evolución social se encamina hacia una mayor igualdad: “Las desigualdades, aunque hayan aumentado desde los años 80 o 90, son menores que hace un siglo. El mundo del siglo XIX, con una propiedad concentrada en unos pocos, no solo era injusto, sino que producía menos crecimiento que el que hubo en el siglo XX con la clara reducción de las desigualdades.”
La lección de la historia es que la propiedad privada es útil para el desarrollo económico, pero únicamente si se equilibra con otros derechos, como los de los asalariados y los consumidores
No carga contra la propiedad privada ni contra el capitalismo. Asegura que es posible una sociedad en la que todos tengan algunos centenares de miles de euros. Aquellos a que abren empresas y tengan éxito, llegarán a tener millones. “Pero, francamente, tener varios centenares o miles de millones no creo que contribuya al interés general. Hoy tenemos muchos más ricos con mil millones o más en Estados Unidos que en los años sesenta, setenta u ochenta”, explicó Piketty.
Y admite que el capitalismo pudo ser el motor de la reducción de las desigualdades. Pero también considera que “la lección de la historia es que la propiedad privada es útil para el desarrollo económico, pero únicamente si se equilibra con otros derechos: los de los asalariados, de los consumidores, de las diferentes partes. Yo digo sí a la propiedad privada, mientras se mantenga en lo razonable.”