Luego de los últimos estallidos y protestas sociales en países de América Latina, con los casos de Chile y Bolivia, comenzaron las comparaciones y los temores sobre un efecto contagio con situaciones similares en la Argentina. Sin embargo, los analistas políticos marcan varias diferencias de peso que existen entre los escenarios sociales, políticos y económicos de los tres países. Infobae dialogó con Carlos Fara, asesor político y especialista en campañas electorales, que se encuentra en España, donde fue convocado a dar conferencias sobre la realidad social de la región.
—En un contexto de estallido social en países de la región, ¿hay chances de que se pueda repetir algo así en la Argentina, en el caso de que empeore la situación económica?
—La situación económica no es buena. Pero la ventaja que tiene Alberto es que está bien legitimado en las urnas. Con el peronismo en el poder y la contención de los sindicatos y de los movimiento sociales, la probabilidad es baja; pero es cierto que algunas medidas no simpáticas podrían generar un poco de escozor. Si el FMI no le facilita la cuestión a la Argentina, el nuevo Gobierno la va a pasar mal y obviamente va a haber tensiones. Si el Fondo comete el error político de complicar a Alberto Fernández por ahí la situación se vuelve un poco descontrolada. Sencillamente porque el mercado podría hacer una corrida sobre el peso y generar una situación que se vaya de las manos por efecto de las expectativas.
—¿Qué desventajas y ventajas tendrá el nuevo Gobierno para negociar con el FMI?
—La gran ventaja que tiene el nuevo Gobierno es que el paquete de préstamos del FMI es el mayor de la historia. No cobrarlo es terrible para la línea burocrática del Fondo, además de lo político. De manera que, en ese sentido, el gobierno arranca favorecido. Obviamente la situación es de por sí compleja, más allá de la necesidad de rever el acuerdo.
—¿Cómo evalúa que se está dando esta transición entre Mauricio Macri y Alberto Fernández?
—Es tranquila, bastante razonable teniendo en cuenta al dificultad de la situación. Ya están acordados algunos términos de la entrega del mando. Puede haber algún que otro chispazo, pero nada importante.
—¿Por qué crees que hasta ahora el impacto de la crisis económica, luego de varios ajustes, no provocó mayores conflictos sociales?
—La gran diferencia de la Argentina con Chile es que en la Argentina el peronismo es una estructura que fundamentalmente contiene a los sectores populares. Están los sindicatos, los movimientos sociales y un Estado que tiene un grado de cobertura social enorme comparado con el de Chile. Financiar al Estado argentino es caro, pero la probabilidad de que se produzcan estallidos sociales, sin ningún tipo de representación política que los pueda conducir, es muy baja.
—Está brindando conferencias en Europa, ¿sobre qué temas de la Argentina lo consultan más y cómo están viendo la llegada de Alberto Fernández al Gobierno?
—La pregunta del millón es quién va a gobernar, Alberto Fernández o Cristina Kirchner. Y también por qué la gente vuelve a votar al peronismo teniendo en cuenta los casos de corrupción de Cristina. Son las preguntas más frecuentes y, por supuesto, el comentario adicional de cómo la Argentina, con todo el potencial que tiene, entre en crisis recurrentemente.
—¿Cuáles considera que son los primeros desafíos urgentes que deberá enfrentar Fernández en materia económica y social?
—El tema de la deuda. Si la Argentina llegase a entrar en default, toda la situación va a ser más negativa de lo que ya es. Más allá de si es con el fondo, con los acreedores o con los dos. Los dólares para pagar no están. La situación es compleja porque no solo estamos en una situación de alta pobreza, sino también de recesión económica y de alta inflación. En 2001, cuando se fue Fernando De La Rúa, había recesión pero no había alta inflación. Es distinto. Y cuando se fue Cristina había inflación, pero no tan alta como ahora, y había una deuda del Estado pero en pesos, no en dólares. Lo más importante es la contención hasta que finalmente la economía arranque y disipe tensiones. Económicamente, lo más urgente es el tema de las deudas.
—¿Qué papel se puede esperar para Cambiemos como oposición luego de un resultado electoral más ajustado de lo esperado?
—Cambiemos va a existir. Es absolutamente complementario el rol de Pro con el rol de radicalismo. Me parece que van a marcar con moderación al principio, teniendo en cuenta que perdieron la elección y dejaron una situación económica muy preocupante. Van a ser muy moderados sobre lo económico y más duros sobre lo institucional o cuestiones éticas o de transparencia.
Seguí leyendo