Los inversores financieros internacionales ya le transmitieron al presidente electo, Alberto Fernández, sus cinco mandamientos para volver a apostar sus fondos en el país.
En una serie de reuniones conducidas por un ex ejecutivo de Wall Street que tiene muy buena llegada con el nuevo gobierno, Fernández pudo saber qué piensan y qué pretenden los hombres de negocios que llegan casi en forma diaria desde Nueva York y Londres a Buenos Aires.
- Plan fiscal. El porcentaje de la supuesta quita de la deuda y el eventual plazo de gracia tienen una importancia relativa para los inversores. En realidad, todos están enfocados en la “consistencia” del sendero fiscal que presente el nuevo gobierno desde 2020. “Si no se sabe de cuánto va a ser y cómo se va a lograr el superávit fiscal en los próximos dos o tres años, el resto de la discusión resulta irrelevante”, indicaron. Sin mayores detalles, la respuesta que recibieron es que la “desindexación” del gasto social será clave para recuperar el equilibrio de las cuentas públicas.
- Cristina Kirchner. El rol de la vicepresidenta electa es la cuestión que más los inquieta, no sólo por la carga ideológica de cada uno de sus discursos desde que reapareció en la escena pública, sino sobre todo porque todavía recuerdan el maltrato que sufrieron en sus dos mandatos. Por lo tanto, quieren saber si Alberto podrá cumplir con su promesa de “moderación” que venden sus asesores y allegados en las reuniones con los empresarios.
En una serie de reuniones conducidas por un ex ejecutivo de Wall Street que tiene muy buena llegada con el nuevo gobierno, Fernández pudo saber qué piensan y qué pretenden los hombres de negocios extranjeros
- Axel Kicillof. Los inversores tampoco guardan un buen recuerdo del gobernador electo de la provincia de Buenos Aires, quien fue el responsable, como ministro de Economía, de que la Argentina volviera a caer en default en 2014, cuando Cristina Kirchner desechó la idea del entonces presidente del Banco Central, Juan Carlos Fábrega, de llegar a un acuerdo con los holdouts. Sin embargo, creen que Axel no podrá sostener la misma postura: necesita los recursos de la deuda para gestionar y, a su vez, entienden que el futuro presidente no lo dejará sin financiamiento dado su rol de principal heredero de la ex mandataria. “Se necesitan mutuamente”, fue la frase que escucharon los hombres de negocios.
- Equipo consistente. Mientras sigue la danza de nombres y de posibles estructuras en el futuro equipo económico, el único concepto que les importa a los inversores extranjeros es la coherencia. No quieren sufrir ni el esquema atomizado que caracterizó a la gestión económica durante el kirchnerismo, ni la sórdida puja que caracterizó a los primeros dos años de Cambiemos entre el Ministerio de Economía y el Banco Central.
- Diálogo amigable. Tan importante como el contenido de las medidas resulta la forma en que se comunican y cómo se negocian. En este sentido, subrayan que el diálogo que el ex secretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, mantuvo semanas atrás con un grupo de inversores en Washington, no fue del todo positivo, dado que el economista y ex embajador en Alemania “se la pasó culpándonos por haber financiado a Macri”. Con un perfil más bajo, el ex secretario de Finanzas Adrián Cosentino mantiene su propia agenda de contactos. Mientras tanto, varios bancos importantes de Nueva York ya le acercaron al presidente electo sus posibles propuestas de reestructuración. “Pero nadie tiene un mandato”, se aclaró. Seguramente, como en 2005 y 2010, habrá un consorcio de bancos para llevar adelante esta operación.
Mientras esperan que se oficialice el nuevo gabinete, los inversores no pierden el tiempo en la capital argentina: se reúnen con cada potencial funcionario del nuevo gobierno y aprovechan los precios bajos en dólares para divertirse y comer en las mejores parrillas de la ciudad.
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