Los bancos se van preparando para el escenario que viene. El camino ya lo empezó a marcar incluso la actual administración del Banco Central, que se va el 10 de diciembre. Fue Guido Sandleris, el titular de la entidad, quien avanzó con una rápida baja de la tasa de referencia de cinco puntos (hasta 63% anual) y un gradual desarme de las Leliq. Esta tendencia no sólo se mantendrá en diciembre, sino que además será profundizada ni bien asuma la presidencia Alberto Fernández.
Como ya lo viene explicando el propio presidente electo, la idea es generar un alivio rápido en la población, en medio de la crisis económica y caída del poder adquisitivo en un contexto de elevada inflación. Pero como no es posible avanzar rápidamente con aumentos de salarios, ni en el sector público ni en el privado (más allá de algún bono puntual), la mejor opción es a través del crédito. Para incentivarlo se promoverá una muy rápida baja de las tasas de interés. Se estima que la actual tasa de referencia del 63% que aplica el BCRA para las Leliq caería a 40% en el primer trimestre del 2020.
Las restricciones cambiarias le darán a los bancos un mayor colchón de pesos. Como en la etapa anterior, del 2012 al 2015, habrá mása crédito de corto plazo para familias y empresas a tasas que se ubicarán bien por debajo de la inflación
Este año todas las líneas de financiamiento sufrieron caídas brutales contra la inflación. El crédito al consumo viene aumentando a un ritmo inferior a 20% anual contra una inflación de más del 50%. Se trata de una de las retracciones más violentas desde el 2002. Por lo tanto, hay una fuerte demanda deprimida, por ejemplo para la compra de bienes durables. El salto en un contexto de tasas más bajas podría ser sustancial y darle impulso al consumo y al nivel de actividad en general.
Los bancos ya comenzaron a reaccionar a este nuevo escenario. Ya no quedan, por ejemplo, entidades que paguen más de 50% por plazos fijos. El último a principios de esta semana era Banco Nación, pero ayer ya la había reducido al 49% anual para colocaciones a 30 días. El resto de las entidades avanzó con bajas más agresivas.
Cuando asuma el nuevo gobierno, la idea es profundizar la baja de la tasa de Leliq, algo que Alberto Fernández prometió en campaña electoral y ahora piensa cumplir. Lo que no está tan claro es que con ese dinero “ahorrado” se pueda aumentar el sueldo de los trabajadores ni los haberes jubilatorios. Pero sí daría un margen para facilitar la colocación de créditos.
Un informe elaborado por el banco de inversión BTG Pactual apunta a esa dirección, mencionando el regreso de las tasas de interés por debajo de la inflación (es decir negativas en términos reales) y del crédito subsidiado: “El sistema financiero, al hacerse de una mayor cantidad de pesos ante las restricciones cambiarias, tendrá más incentivo para otorgar préstamos de corto plazo para la compra de bienes de consumo. El problema de este tipo de medidas es que no favorece el crecimiento de largo plazo. El crédito subsidiado puede generar un buen impacto microeconómico, a expensas de crear más distorsiones de largo plazo”.
Cuando asuma el nuevo gobierno, la idea es profundizar la baja de la tasa de Leliq, algo que Alberto Fernández prometió en campaña electoral y ahora piensa cumplir
El mismo informe advierte que el principal problema que enfrentan los bancos es la caída de depósitos en dólares, ya que se fue aproximadamente un 42% del total. Sin embargo, también advierte que las reservas de liquidez depositadas en el Central alcanzarían para responder inmediatamente a la salida adicional de la mitad del stock que aún permanece. La cifra ya es inferior a los USD 20.000 millones.
En relación al mercado de pesos, la caída de depósitos llegó a $133.000 millones, una tendencia que se profundizó en las dos semanas previas a las elecciones presidenciales. Pero el cepo cambiario y la mayor estabilidad del dólar calmaron también a los depositantes.
En definitiva, los bancos tienen un gran colchón de liquidez que incluso irá aumentando a medida que el BCRA vaya cancelando las Leliq. Como además los bancos recibirán menores rendimientos por sus colocaciones al Central, será más negocio volver a prestar para financiar consumo y los descuentos de cheques y otras líneas de corto plazo para las Pymes.
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