La aplicación de controles de cambio tiene un efecto inmediato: el de detener la salida de divisas del sistema financiero y contener las presiones devaluatorias para la moneda doméstica. Pero trae a la vez otras consecuencias colaterales, como el de rezagarse frente a una inflación que persiste con una marcada inercia.
La inestabilidad financiera, derivada de la derrota oficialista en las elecciones primarias del 11 de agosto y en las generales del 27 de octubre, impulsó al Banco Central a imponer una restricción acotada a USD 10.000 mensuales para la demanda de personas físicas el 1° de septiembre, que ajustó en forma drástica a USD 200 mensuales el 28 de octubre, ya definida la contienda presidencial.
El 14 de agosto el tipo de cambio real tocó un máximo desde diciembre de 2009; ahora es similar al de junio de 2011
A diferencia de la restricción al dólar que abarcó prácticamente todo el segundo período presidencial de Cristina Kirchner, el esquema actual se diferencia básicamente por un tipo de cambio mucho más alto, frente al anterior que buscó consolidar el atraso cambiario en el mercado formal como “ancla” inflacionaria.
Después de la escalada de 2018 y 2019, ¿cómo puede mensurarse el presente valor del dólar? El tipo de cambio real multilateral que calcula el BCRA está hoy un 24,5% más apreciado que el del 17 de diciembre de 2015, cuando la administración de Mauricio Macri anunció la eliminación del control de cambios vigentes desde el 31 de octubre de 2011.
Aunque la competitividad cambiaria perdió unos 20 puntos porcentuales en los últimos tres meses, aún está unos 13 puntos por encima del registro del 9 de agosto de este año, la última rueda antes de las elecciones primarias, cuyo resultado desencadenó un descalabro financiero, que junto con una aceleración de la inflación y la devaluación profundizaron la caída de la actividad económica.
El Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral está ahora unos 22 puntos porcentuales por debajo del máximo de la gestión de Macri, alcanzado el 14 de agosto de este año, cuando el rampante avance del precio del dólar -el mayorista cerró en un récord nominal de $60,40- elevó al tipo de cambio 46,9% por encima de la referencia de la salida de los controles de 2015.
En los últimos tres meses la inflación sumó unos 12 puntos porcentuales, en buena medida recalentada por el alza del dólar post PASO. Asimismo, entre el 11 y el 14 de agosto el billete verde subió un 32%, para quedar casi inmóvil y debajo de los 60 pesos en la cotización mayorista hasta hoy.
Ya establecido un incipiente control de cambios del 1° de septiembre, el valor de la divisa de EEUU prácticamente se “congeló” mediante importantes ventas de contado del BCRA y luego por los límites más estrictos para la demanda desde la medianoche de la última jornada electoral. Hay que recordar que el Central efectuó ventas por un total de USD 7.460 millones entre el 12 de agosto y el 25 de octubre, para impedir un mayor encarecimiento del dólar.
El del 14 de agosto fue el tipo de cambio real más alto desde el 12 de diciembre de 2009, hace casi una década. Asimismo, el nivel de tipo de cambio presente es comparable al de mediados de 2011 –junio, julio y agosto–, antes del control de capitales del kirchnerismo.
SALDO COMERCIAL Y TIPO DE CAMBIO REAL
“Se espera que el nivel actual de tipo de cambio pueda generar un mejor espacio para el sostenimiento del crecimiento de las exportaciones, aún con las tensiones de precios domésticos puedan matizar el efecto”, consideró Martín Calveira, economista del IAE de la Universidad Austral.
De todos modos, Calveira advirtió que el nivel del tipo de cambio real actual "se ubica un 5% por debajo del promedio histórico enero 1959-octubre 2019. Es decir, en promedio histórico, el nivel actual registra una incipiente apreciación real”.
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