El aumento de 5% en los combustibles que comenzó a regir ayer y que llevó el litro de nafta súper a los $50 es el primero que las petroleras realizan pos descongelamiento, pero no será el último. El nuevo valor todavía está atrasado 15%, según las petroleras que venden al público, y en diciembre ya hay previsto un piso de suba del 5% por el incremento del impuesto a los combustibles dispuesto por el Gobierno.
Las petroleras buscarán aprovechar la oportunidad para remarcar algunos puntos más y seguir achicando la brecha, pero todavía no pueden anticipar de cuánto podría ser este incremento. Fuentes de una de las empresas aseguraron que “lo ideal sería subir dos dígitos, en torno al 10%”, pero ninguna de las firmas juega sola. YPF no sólo lidera el mercado, sino que es una empresa estatal, por lo que la política influye, y mucho. Con un gobierno a punto de asumir, hay muchas dudas sobre cuál será la decisión de la compañía y de qué pretenderá Alberto Fernández para atenuar el impacto sobre la inflación.
También pesa, aunque menos, la caída del consumo de los combustibles, que en un año oscila entre 3% y 4 por ciento. Se derrumbó la demanda de la nafta premium, aunque fue compensada, en parte, por el consumo de súper.
Desde el sector, aseguran que en noviembre ya no habrá aumentos. Los precios en el surtidor acumulan en el mes 10%, ya que el 5% de hoy se suma al otorgado el 31 de octubre, como excepción dentro del congelamiento. Con el ajuste de este jueves, la nafta súper subió 30% respecto del precio que tenía en diciembre del año pasado, mientras que el gasoil acumula un alza del 38%. Los impuestos, en tanto, treparon 45%, pero en diciembre subirán otro 21%, que se reflejará en 5% en los precios de los combustibles, dijo un directivo de una petrolera.
Desde esta mañana, el litro de nafta super en las estaciones YPF cuesta $50,19 y la Infinia, $57,94, en tanto que el D500 subió a $46,99 y la Infinia Diesel vale $54,99 el litro. Con estos nuevos valores, llenar un tanque de 50 litros con nafta común tiene un costo de 2.500 pesos.
El proyecto para potenciar Vaca Muerta que estuvo impulsando el economista Guillermo Nielsen no está claro y confunde con los dichos de otros referentes del espacio del Frente de Todos que hablan de tarifas pesificadas
Reina la incertidumbre en el mundo petrolero en materia de precios. A este signo de interrogación respecto de si podrán alcanzar la paridad de importación para fin de año, se le suman las dudas sobre qué política adoptará el gobierno de Fernández.
Desde el sector, repiten incansablemente que para poder producir y generar nuevas inversiones, es fundamental que los precios sean los de mercado. “Atrasar el precio de los combustibles es una sábana corta que terminará generando menor producción y que, en dos o tres años, tengamos que importar en lugar de exportar”, enfatizó el empresario consultado.
Según aseguran fuentes de la industria, el congelamiento de los precios de los combustibles y del barril de petróleo por 90 días le generó a las empresas un costo cercano a los USD 430 millones.
Sobre lo que viene, los empresarios aseguran que hay un profundo desconocimiento, ya que no hay interlocutores. El proyecto para potenciar Vaca Muerta que estuvo impulsando el economista Guillermo Nielsen no está claro y confunde con los dichos de otros referentes del espacio del Frente de Todos que hablan de tarifas pesificadas.
La expectativa es que durante los primeros meses del nuevo gobierno siga la calma en materia de inversiones en la cuenca neuquina hasta no tener en claro cuáles serán las reglas de juego. Las compañías cumplirán con los compromisos asumidos, pero lo adicional seguirá esperando. Por otro lado, aseguran en el sector, los nuevos proyectos en Vaca Muerta dependerán de que la Argentina consiga financiamiento. Y ello tiene que ver con cuán exitosa sea la renegociación de la deuda con el FMI y los bonistas privados.
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