Para “desdolarizar” la economía, primero hay que fortalecer el peso argentino

Por Manuel Alvarado Ledesma

Guardar
(Adrián Escandar)
(Adrián Escandar)

Varios de los que podrían encargarse de la economía del próximo gobierno, seguramente con la mejor intención, han expresado la necesidad de “desdolarizar”.

Esta opinión es peligrosa. En lugar de fortalecer nuestra moneda y así contribuir a tal desdolarización, pueden agravar el problema, porque ello revela que no comprenden cabalmente su raíz.

Lo que pretenderían es revertir el proceso de dolarización al que ha llegado la gente y las empresas. ¿Habría que preguntarse por qué ha sucedido ello? Es obvio: nadie quiere tener pesos en su haber. Y se reacciona así, frente a la continua depreciación de nuestra moneda. Los pesos pierden valor por la desconfianza que existe desde el mercado hacia éstos y por el exceso de oferta monetaria no demandada.

Creer que la desdolarización es una herramienta resulta tan inútil como pretender mantener una cantidad de agua en una mano. Antes que tener el líquido, hay que asegurarse el vaso.

Más claramente: la desdolarización sólo se dará como producto de la estabilización económica y no a resultas de un programa de políticas que, para alcanzar tal meta, circunscriba las libertades individuales.

Los pesos pierden valor por la desconfianza que existe desde el mercado hacia éstos y por el exceso de oferta

Dar valor a nuestra moneda es tarea difícil pero, si se hace con cordura y perseverancia, brinda el resultado esperado. La inflación es la cara de su depreciación. Es el resultado de la monetización del déficit fiscal, de los redescuentos, de la compra de divisas para las reservas y del sistema bancario.

Mayor resulta el ratio de inflación, mayor es el deseo de abandonar la posesión de pesos. El deseo de poseerlos se conoce como demanda de dinero. Los pesos se demandan si con estos pueden hacerse todo tipo de transacciones y si, además, sirven como depósito de valor (ahorro). Porque la función de los pesos es operar como reserva de valor y como unidad de intercambio. Si no cumplen adecuadamente esta función, su demanda tiende a desaparecer, para ser sustituidos por dólares.

¿Por qué hay inflación en la Argentina? El nudo central es que este fenómeno proviene de una mayor creación de pesos o de una caída en su demanda o de la combinación de ambos fenómenos. Al reducirse su demanda, la velocidad con la que circulan es mayor. Cuanto más se acelera la rotación, mayor es el deseo de reservar valor mediante la tenencia de dólares. Así la confianza tiende a desaparecer. La confianza es la roca que sostiene el valor de los pesos.

Lo interesante es que el dólar no tiene respaldo; solo es la confianza es la que lleva a desearlo, fundamentalmente como reserva de valor.

La desdolarización, que involucra recuperar la demanda de pesos, sólo se dará como producto de la estabilización económica

Si aumentase la confianza en nuestra vapuleada moneda, tal desdolarización se daría per se. Pero (siempre hay un pero) ello se logra con sacrificio.

La debilidad de nuestras instituciones y sobre todo de las políticas monetarias y fiscales es la llave del problema. Encarar ese proceso significa, entre otras variables, solidez institucional, estabilidad macroeconómica y apertura de la economía. La nueva administración, entonces, deberá implementar un plan económico integral, antiinflacionario, de emisión tendiente a cero, que restablezca la credibilidad y restituya la confianza, para que la demanda de pesos inicie una etapa ascendente, de largo aliento. Tendrá que establecer un esquema consistente en el plano fiscal, monetario y cambiario junto con la renegociación de la deuda y el financiamiento del sector público.

Para tal fin, el Banco Central deberá mantener total independencia del Ejecutivo. Será independiente si logra mantener libertad para determinar la política monetaria, y la toma de decisiones, aislada de presiones de origen político. Así contribuirá al crecimiento y a la mejor distribución del ingreso, a largo plazo, mediante la estabilidad de precios.

Si la sociedad cree que esta institución responde a intereses ajenos al valor del peso, por más loables que sean, la confianza tiende a su evaporación. Alberdi lo expresó claramente: “Mientras el gobierno tenga el poder de fabricar moneda con simples tiras de papel que nada obligan a reembolso alguno, el poder omnímodo vivirá inalterable como gusano roedor en el corazón de la Constitución…”

(*) Manuel Alvarado Ledesma es Economista y Profesor de la UCEMA

Guardar

Últimas Noticias

Al servicio del Estado: en la Argentina, una Pyme promedio tiene 57 obligaciones tributarias diferentes

Un estudio revela que las empresas deben hacer frente a 33 impuestos y 24 regímenes especiales de percepción
Al servicio del Estado: en

Las acciones y los bonos argentinos cayeron en Wall Street mientras sigue el temblor financiero por el colapso del Silicon Valley Bank

Los indicadores de las bolsas de Nueva York cerraron mixtos, mientras que las bolsas europeas se hundieron entre entre 3% y 4%. El S&P Merval perdió 4,7% y los ADR restaron hasta 7%. El riesgo país de Argentina superó los 2.300 puntos
Las acciones y los bonos

Semana financiera: una tormenta perfecta hizo caer a las acciones y los bonos

Mientras Wall Street recortó 6%, el S&P Merval en dólares se hundió 9% y los bonos en dólares cayeron 7%. El riesgo país superó los 2.200 puntos. El dólar libre bajó dos pesos, a $373, pero las cotizaciones bursátiles anotaron máximos
Semana financiera: una tormenta perfecta

Jornada financiera: en línea con los mercados externos, cayeron los bonos y las acciones en la Argentina

El S&P Merval perdió 4,5%, a 236.419 puntos, mientras que los ADR en Wall Street se desplomaron hasta 8%. Los bonos en dólares cedieron 4,8% en promedio y el riesgo país volvió a superar los 2.200 puntos. El dólar “contado con liqui” cerró en récord y se acercó a los $400
Jornada financiera: en línea con

Alpha Media compró Canal 7 de Neuquén a Telefe

El empresario de medios y entretenimiento Marcelo Fígoli continúa expandiéndose y desembarca en la TV. A inicios de enero ya había adquirido la agencia de publicidad Grupo Vía que comercializa los carteles del Subte y en otros importantes puntos de la ciudad de Buenos Aires
Alpha Media compró Canal 7