Los aumentos “preventivos” están a la orden del día, como una manera de preparar el terreno para lo que pueda suceder después del 10 de diciembre. El sector financiero no es la excepción: desde el viernes están llegando los mails a los clientes anunciando el nuevo “cuadro” de comisiones, que entrarán en vigencia a partir de enero próximo, ya que se deben definir con 60 días de antelación. La sorpresa es que los ajustes no bajan del 30% y en muchos rubros los bancos incluso decidieron aumentar hasta un 40%.
Dentro de los incrementos aparecen el costo de renovación anual de tarjeta, paquetes de cuenta, cajas de seguridad y mantenimiento de cuenta corriente, entre otros rubros. Ninguno se salvó de las fuertes remarcaciones.
En general todos los sectores están en pleno proceso de ajustes de precios, ante dos situaciones: el fin del proceso electoral, que da algunos grados más de libertad, y por otra parte la proximidad del cambio de gobierno. Prácticamente se descuenta que el gobierno que presidirá Alberto Fernández pedirá a los distintos sectores de la economía que acepten un pacto de precios y salarios. Esto incluiría un compromiso de suavizar drásticamente los aumentos e incluso que durante varios meses no haya ajustes.
Ante esta posibilidad, en los distintos sectores de la actividad buscan hacerse de un “colchón” de precios para no perder excesivamente rentabilidad en los próximos meses. Esto se notó en el rubro de alimentos, también artículos de limpieza. Y en todos lados reconocen que las remarcaciones continuarán en los 35 días que quedan antes de la asunción del nuevo presidente. Por lo tanto, si hay que aumentar el momento es ahora.
Para los bancos se avecina un cambio de ciclo. Su rentabilidad volverá a depender fundamentalmente del cobro de servicios y de a poco también del aumento del crédito al sector privado. Así deberán reemplazar una parte sustancial del ingreso de las Leliq
Otro motivo detrás de las remarcaciones está relacionado con la necesidad de recuperar rentabilidad perdida. Casi todos los sectores de la economía sufrieron una fuerte caída de sus ganancias y muchas grandes empresas del sector alimenticio incluso revelaron balances negativos. En el caso de los bancos, la rentabilidad se pudo sostener parcialmente con los intereses que pagaban las Leliq, en medio de un proceso de fuerte caída del crédito.
Pero el escenario por delante para el sector financiero luce diferente por delante. El proceso de baja de las tasas de interés de las Leliq -títulos emitidos por el Banco Central- se acelerará en los próximos meses. Ayer las tasas ya habían caído desde el 68% anual en pesos de fin de octubre a 65% y el piso definido para el mes es de 63%. Por lo tanto, los bancos volverán a depender sobre todo de las comisiones que cobran por servicios. Y lentamente debería reiniciarse la intermediación financiera, es decir tendría que empezar a recomponerse el crédito.
El proceso de desarme de Leliq que se viene llevando adelante, en parte por la salida de depósitos pero también por decisión propia de los bancos, es finalmente una buena noticia para el sector. Los banqueros manifestaban preocupación creciente por la concentración creciente de activos que implicaba la acumulación de Leliq.
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