El Banco Central realizó un costoso sacrifico de reservas internacionales para mantener amarrado el tipo de cambio mayorista en 60 pesos, una barrera que resultó infranqueable aún pasadas las elecciones presidenciales.
Para que la divisa no se dispare por encima de ese límite psicológico, la entidad que conduce Guido Sandleris apeló a ventas de contado, que fueron más intensas luego de la derrota electoral del oficialismo el domingo 11 de agosto pasado hasta el 25 de octubre, y que después de la elección general dieron paso la última semana a un control de cambios más estricto, que recortó a un monto testimonial de USD 200 mensuales el acceso a divisas para las personas físicas y limitó el acceso a divisas para operaciones con tarjeta.
El BCRA inyectó un total de unos USD 7.460 millones entre el 12 de agosto y el 25 de octubre.
Aunque el dólar se disparó un 32,6% desde los $45,25 en la rueda mayorista del 9 de agosto a los 60 pesos de este 25 de octubre, la entidad monetaria consiguió así “congelar” al dólar a partir del 14 de agosto, cuando cerró a $60,40 a los valores presentes.
Vale subrayar que desde el 1° de septiembre rige un control cambiario que reducía la demanda a un máximo de USD 10.000 mensuales para personas físicas, así como para las transferencias al exterior. Ahora dicho límite, con la consagración de la fórmula del Frente de Todos en las elecciones de este domingo, se bajó a un piso de 200 dólares.
Entre 2018 y 2019, el BCRA sacrificó unos USD 23.000 millones por sus intervenciones en el mercado de cambios
La salida de divisas de las arcas del Banco Central fue, no obstante, fue mucho más intensa que la que provoco la venta de contado.
Los activos del Central acumularon hasta fin de octubre 67 ruedas consecutivas en descenso y se ubicaron en niveles de USD 43.225 millones, el monto más bajo desde el 25 de enero de 2017. Desde las PASO los activos restaron USD 23.084 millones (-34,8%), y unos USD 22.571 millones en diez meses transcurridos de 2019.
Si se toma como referencia el récord histórico de USD 77.481 millones del último 9 de abril, la baja es de USD 34.256 millones un 44,2% en poco menos de siete meses, una cifra sin precedentes en las numerosas crisis que atravesó la economía argentina desde 1935, cuando se creó el Banco Central.
El retiro de depósitos en dólares de los bancos a partir de las PASO, por unos USD 13.197 millones (hasta el 29 de octubre) o 40,6% –cerca de la mitad de estas colocaciones se contabilizan como reservas en concepto de encajes– y los pagos de deuda externa, sumado a las intervenciones cambiarias, explicaron el derrumbe de los activos internacionales del BCRA por más de 23.000 millones en los últimos dos meses y medio.
De todos modos, la eficacia del sacrificio de reservas para frenar el avance del dólar es de muy corto plazo, según la experiencia de los últimos tres presidentes del Central.
En 2018 las ventas en el spot sumaron USD 15.973 millones, pero no impidieron que el tipo de cambio se disparara un 102% en doce meses, frente a una inflación que acumuló el 47,5 por ciento.
A partir del 5 de marzo de 2018, el entonces titular de la entidad monetaria, Federico Sturzenegger, comenzó a intervenir en la plaza y consiguió domar al precio del dólar en el umbral de los 20 pesos por casi dos meses (entre el 25 de febrero y el 25 de abril del año pasado).
Pero la rampante inflación y un mercado de crédito internacional que se cerró para la Argentina acrecentaron las dudas de los fondos de inversión. La deuda del Central en Lebac, cuyo monto, traducido a dólares, superaba ampliamente el stock de reservas internacionales (cerca de USD 62.000 millones) y en cuestión de semanas estalló la corrida.
Con Sturzenegger, las ventas del Central en el mercado de cambios sumaron USD 10.965 millones en 2018, con posturas récord de USD 1.472 millones el 25 de abril, USD 1.382 millones el 27 de abril y USD 1.095 millones el 11 de mayo. El economista debió renunciar a su cargo el 14 de junio del año pasado, con un dólar mayorista que había escalado un 40% en tres meses, hasta los 28 pesos.
Luego sucedió el “interregno” de Luis Caputo, quien inquietó con sus intervenciones cambiarias a las autoridades del Fondo Monetario Internacional (FMI), ya como único prestamista de la Argentina. Hasta su renuncia, a fines de septiembre de 2018, las ventas del Central en el mercado de cambios sumaron otros USD 5.800 millones.
Pero el 28 de septiembre del año pasado, luego de tres meses y medio de gestión del ex ministro de Finanzas, el dólar mayorista se disparó a $41,25, un 48% más que a mediados de junio.
Con la llegada de Guido Sandleris a la titularidad del Central la economía ya contaba con el tipo de cambio real más alto de la era Macri, aunque el proceso inflacionario y recesivo estaba desatado. Las súper tasas con las que el BCRA remuneró su deuda, las más altas desde la crisis de 2002, contribuyeron a aquietar momentáneamente el tipo de cambio y a absorber pesos excedentes. El 12 de septiembre de 2019 la tasa de Leliq rozó el 86% anual.
También en el último año abundaron las divisas aportadas por el stand by con el FMI. Las reservas tocaron un récord histórico de USD 77.481 millones el 9 de abril pasado.
Incluso el Central compró divisas en el mercado de cambios, por debajo de la zona de “no intervención” acordada con el FMI. Aunque parezcan añares, ocurrió en enero y febrero de este 2019, cuando la entidad acopió 978 millones de dólares.
Sin embargo, la inflación persistente, una actividad que no llegó a repuntar, el elevado déficit fiscal –ahora por el peso de los pagos de deuda- y un acuerdo con el Fondo que quedó en suspenso, convergieron en una conjunción fatal que detonó después del triunfo contundente de la candidatura de Alberto Fernández, del Frente de Todos, en las elecciones primarias de agosto.
Con ventas de contado por casi USD 7.500 millones en los últimos dos meses y medio, Sandleris acumuló en 2018 un saldo neto negativo de unos 6.400 millones de dólares.
El objetivo fue llegar a las elecciones presidenciales con una muralla instalada en la zona de los 60 pesos para el tipo de cambio se cumplió. Pero el desgaste de reservas de 2019 ya es histórico, con una caída de USD 22.500 millones (-34,3%) desde que empezó 2019, y más de USD 34.000 millones desde el récord de abril, mientras que el dólar remontó igual, casi un 60% en el año, por encima de la inflación de 40% acumulada en diez meses transcurridos de 2019.
El 2019 supera así la pérdida de reservas del año 2001, en el último año del régimen de convertibilidad durante la presidencia de Fernando de la Rúa. Los activos internacionales del BCRA descendieron aquel año USD 19.002 millones, desde los USD 34.234 millones del cierre de 2000 a los USD 15.232 millones del 31 de diciembre de 2001. El declive de activos de 2001 aún es mayor en términos porcentuales, de un 55,5%, que significa que las reservas se contrajeron a menos de la mitad en doce meses.
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