El riesgo país es el gran espejo de la economía. Mientras siga la incertidumbre sobre la deuda externa, será el más importante indicador de la realidad. En orden de importancia le siguen los dólares alternativos que son refugio de los inversores ante el endurecimiento del cepo cambiario.
La imagen que muestran es de desconcierto y falta de confianza en el futuro cercano porque no tienen señales ciertas de lo que se avecina en cuanto a negociación de la deuda. Lo demás es secundario, no por ser menos importante, sino que sin un acuerdo con el FMI y los acreedores privados no hay plan económico.
Los inversores tramitan sus temores con el valor del dólar contado con liquidación, el dólar MEP y el precio de los bonos de la deuda que es el que mide el riesgo país. Los comerciantes y supermercados, solucionan sus dudas con dolorosas remarcaciones de precios ya que los proveedores a veces no tienen una base real sobre las que facturarles y hacen convenios insólitos: lo que les venden se lo facturarán el día de vencimiento de la factura en línea con lo que valga el dólar Bolsa.
Por eso el riesgo país aumentó 36 unidades a 2.289 puntos básicos. En esta rueda el mayor responsable del crecimiento fue la abrupta suba del bono del Tesoro de los Estados Unidos. Para tener una dimensión del crecimiento de este título, que es referencia de los bonos de deuda de mundo, el rendimiento bajó de 1,82% a 1,59%. Es sabido que cuanto más elevado es el precio de bono, menor es la tasa de retorno.
Los bonos largos en dólares con legislación en Nueva York subieron hasta 2,36% pero el alza de las divisas alternativas y del bono norteamericano opacaron ese mejor comportamiento.
El dólar contado con liquidación, que se utiliza para fugar divisas, aumentó 2,1% a $80,17, mientras que el dólar Bolsa o MEP, subió 2,2% a $77,67.
Los dólares que el mercado no mira, los que están dentro del cepo cambiario, tuvieron un insignificante monto de negocios en el mercado mayorista inferior a los USD 300 millones. Con esta cifra el mayorista marcó un precio de $59,67 que es 5 centavos superior al del día anterior. Este cierre le dio enormes ganancias al Banco Central que fue vendedor neto en el mercado de futuros donde a lo largo de mes llegó a vender a $61 o más. En el cierre, la diferencia entre el precio vendedor y el del último día, le permitió embolsar cuantiosas ganancias en pesos a la entidad que preside Guido Sandleris.
En bancos y casas de cambio donde el cupo de USD 200 dólares mensuales, limita las compras, el dólar bajó 20 centavos a $63,23.
La velocidad con que cambia el humor de los inversores se vio reflejado en las cifras que dio a conocer el Banco Central. El lunes 28 al día siguiente de las elecciones generales, los retiros de depósitos de los bancos alcanzaron a USD 312 millones y los dejaron en USD 19.553 millones. Pero estos retiros fueron disminuyendo en los últimos días.
De hecho, las reservas perdieron solamente 14 millones a USD 43.255 millones. Hubo una gran ayuda en la fuerte suba del oro en el mundo de 1,23% para que esta caída no fuera mayor.
En la Bolsa siguió la recuperación. El S&P Merval aumentó 3,26% con un generoso monto de negocios de más de $2.227 millones. Las acciones de los bancos hoy son las menos buscadas. No ven empatía entre el próximo Gobierno y las entidades.
Los papeles más beneficiados fueron Central Puerto (+14,97%), BYMA (+11,29%) y Aluar con 7,47% que cerró el mes con un avance de 47%.
En Wall Street los ADR’s de empresas argentinas -certificados de tenencias de acciones que cotizan en dólares- no tuvieron una buena rueda porque predominaron las bajas.
Las subas más destacadas fueron las de IRSA Propiedades Comerciales (+8,12%) que se recuperaron del traspié de día anterior. Central Puerto tuvo un aumento de 12,98% y Mercado Libre perdió 5,36%.
Terminó octubre y habrá que ver como sigue el mercado. Por el momento está muy definida la tendencia al alza de los dólares alternativos, la caída de los bonos y la consecuente suba del riesgo país. También se acentuó la remarcación de precios que va a provocar una inflación mayor a la esperada en el último trimestre del año. Los combustibles comenzarán a venderse 5% más caros y la carne subió 20%. Observar los supermercados despoblados es la mejor señal de como estas remarcaciones están volteando a salario real.
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