Alberto Fernández buscará acercarse al campo con un Plan para aumentar la productividad y las exportaciones

El presidente electo se alejará de las políticas que aplicó el kirchnerismo en el pasado, y consensuará medidas con los diferentes sectores. El primer desafío será generar previsibilidad

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El campo espera señales que contribuyan a impulsar la siembra para el nuevo ciclo agrícola (Adrián Escandar)
El campo espera señales que contribuyan a impulsar la siembra para el nuevo ciclo agrícola (Adrián Escandar)

Alberto Fernández a lo largo de la campaña electoral buscó plantear diferencias sobre la política agroindustrial que implementó el kirchnerismo en los últimos años, con fuertes restricciones a la comercialización y exportación de la producción agropecuaria que sumergió a los integrantes de las diferentes cadenas en una profunda crisis. En los escasos encuentros que mantuvo con los sectores de la producción en plena campaña electoral, el referente del Frente de Todos realizó su mea culpa por lo sucedido durante el conflicto por la Resolución 125 en marzo de 2008.

Además se comprometió a que toda medida que vaya a implementar, previamente será consensuada con todos los actores de la cadena, y provocó una señal muy fuerte al brindar su número de teléfono para que de esa manera exista una línea directa con él. Durante la campaña electoral, además de recibir la propuesta de 14 puntos que elaboró la Mesa de Enlace, el presidente electo mantuvo una reunión con sectores de la agroindustria para analizar el Plan para combatir el hambre que presentó el Frente de Todos semanas atrás en la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires.

En dicha reunión Fernández pidió al sector que colabore con la iniciativa. Entre las entidades hay varias posturas en relación a este tema: algunas que buscan sumarse a la misma y que para implementarla no se deberá aumentar la presión impositiva, y otras, como la Sociedad Rural Argentina, que reclaman al Estado que administre correctamente los recursos que recauda por el cobro de impuestos.d

Además de recibir la propuesta de 14 puntos que elaboró la Mesa de Enlace, el presidente electo mantuvo una reunión con sectores de la agroindustria para analizar el Plan para combatir el hambre

Las buenas intenciones que intentó mostrar Alberto Fernández de acercarse y dialogar con uno de los sectores más dinámicos de la economía, en algún momento de la campaña quedaron en un segundo plano cuando desde su propio espacio político aparecieron voces con propuestas de políticas del pasado y que fracasaron cuando se implementaron.

El diputado nacional y posible canciller del gobierno del Frente de Todos, Felipe Solá, con su propuesta de implementar la Junta Nacional de Granos; o el dirigente social Juan Grabois, hablando de Reforma Agraria. Y a esto hay que agregar la iniciativa que acercó el Partido Justicialista, que contempla la eliminación de retenciones para economías regionales en crisis, segmentación de retenciones, el manejo y regulación de divisas proveniente de la exportación de granos, una mayor presión impositiva y avanzar sobre la institucionalidad de entidades como el Registro Nacional de Trabajadores Rurales (Renatre).

Despejar la incertidumbre

Todo esto provocó un aumento de la incertidumbre en la agroindustria. En el último coloquio de IDEA, realizado en Mar del Plata, el Jefe de Gabinete del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Santiago del Solar, comentaba ante un grupo de periodistas que la actual campaña de maíz avanza en “clave electoral”, como consecuencia de la falta de previsibilidad, ya que un triunfo de Alberto Fernández en las elecciones, podría derivar en un aumento de las retenciones y la implementación de restricciones comerciales, lo que frenó la toma de decisiones por parte de los productores. De ahí que ahora en el sector se espera:

1. Señales claras y contundentes a este sector cuyo motor no se puede detener, ya que es el único que ha generado en todo este tiempo divisas genuinas que son necesarias para una economía nacional en crisis desde hace tiempo;

2. Definir si Agricultura continuará como Ministerio o volverá al rango de Secretaría, bajo la órbita de un Ministerio de Economía con mayor poder. Luego se tendrá que definir quien estará al frente de la estructura agropecuaria. En este punto, aparecen como alternativas más fuertes, la de Gabriel Delgado, ex Secretario de Agricultura, durante el último mandato presidencial de Cristina Fernández de Kirchner y en momentos en que Carlos Casamiquela ocupaba el cargo de ministro.

Delgado, durante su gestión, mostró una apertura al diálogo y cuestionó fundamentalmente la política de restricciones comerciales que se aplicó en el pasado a productos como el trigo, el maíz y la carne. Trascendió en aquel momento, que Delgado intentó modificar esa política pero fracasó en el intento. También tuvo una activa participación en el armado del gabinete agropecuario en el caso de que Aníbal Fernández triunfara en las elecciones de 2015 a la gobernación bonaerense, cosa que no sucedió porque fue María Eugenia Vidal la que logró acceder a dicho cargo.

Los productores esperan señales anticipadas para definir decisiones de siembra para el nuevo año
Los productores esperan señales anticipadas para definir decisiones de siembra para el nuevo año

El otro candidato a la cartera agropecuaria, es Jorge Neme. Se trata de un dirigente muy cercano al gobernador de Tucumán, Juan Manzur, a quien acompaña en la gestión como Secretario de Relaciones Internacionales de la provincia, y también formó parte del gobierno kirchnerista como titular del Programa de Servicios Agrícolas Provinciales (Prosap).

También ha tenido alguna participación en la campaña de Fernández, cuando hubo que analizar cuestiones agropecuarias, Javier de Urquiza, ex Secretario de Agricultura durante el conflicto por la 125. Hay que recordar que Fernández llamó a De Urquiza, en los momentos previos a su reunión con la Mesa de Enlace, para que leyera y opine sobre el documento de 14 puntos que elaboró la dirigencia del campo.

Documento con propuestas

Tanto Gabriel Delgado como Jorge Neme tuvieron una altísima participación en la elaboración de un documento que circuló en varios sectores ligados a la producción agroindustrial en agosto pasado con propuestas de políticas a implementar en un futuro gobierno.

Si bien no hubo indicios y certezas sobre el si el mismo contó con el aval de Alberto Fernández, según pudo saber Infobae medio integrantes de la mesa chica del presidente electo habrían adherido a la propuesta y todo indicaría que la política agropecuaria, sea quien sea el titular de la cartera de Agricultura, giraría en torno a este documento que elaboraron Neme y Delgado. En dicho documento se realiza una autocrítica por las políticas del pasado.

A partir de esta oportunidad que ofrece una mayor demanda mundial de alimentos, el documento propone una política para el sector agroindustrial “orientada a aumentar los niveles de producción de todas las cadenas, a partir de diseñar el conjunto de instrumentos e incentivos para alcanzar los niveles de productividad y competitividad necesarios para llegar a los mercados, al interior y al mundo”.

A partir de esta oportunidad que ofrece una mayor demanda mundial de alimentos, el documento propone una política para el sector agroindustrial “orientada a aumentar los niveles de producción de todas las cadenas, a partir de diseñar el conjunto de instrumentos e incentivos

Además se propone un aumento de las exportaciones, “hoy tenemos un desempeño muy pobre en exportaciones de bienes y servicios, poco más del 11% de nuestro PBI cuando la media de los países en vías de desarrollo ronda alrededor del 25 %. Hemos perdido mercados y lo que exportamos son fundamentalmente insumos para cadenas globales en las cuales el valor agregado se realiza en otros destinos”, sostiene la propuesta.

También se sostiene que “todas las cadenas productivas del país agroindustrial tendrán asegurada su rentabilidad, su capacidad de crecer y desarrollarse y su posibilidad de exportar. No habrá medida económica que afecte la rentabilidad del sector. Vamos a reconstruir el tejido social, productivo, y el empleo”.

Asimismo, se resalta “la importancia de industrializar la ruralidad”. Al respecto se propone, “promover la producción de bienes industriales de base agropecuaria y de bienes de capital que esas materias primas obtenidas con alta eficiencia requieren para ser transformadas en alimentos complejos, preparados o semi-preparados, congelados o enfriados, clasificados, embalados y empacados con los más sofisticados procesos y con el mayor valor agregado incorporado en origen”.

Financiamiento

El documento también contempla un aspecto vital para el sector que es el financiamiento. Para resolver este problema actual, donde es imposible acceder al crédito por las elevadas tasas de interés, se propone implementar un financiamiento específico, ajustado a las necesidades de los productores y que tenga un rol de promoción, estimulando la innovación y la incorporación de tecnología.

Toda esta propuesta de aumentar la productividad y las exportaciones, con financiamiento acorde a las necesidades de todos los sectores, se da en un contexto de cambios tecnológicos donde la agroindustria cuenta con la fortaleza de su cultura innovadora, expresada en el desarrollo de la siembre directa y los sistemas de acopio en los silos bolsa, en las prácticas agrícolas o en el desarrollo de la biotecnología. Los desafíos de la inteligencia artificial, la robótica, la construcción de redes, las tecnologías de información y satelitales marcaran la agenda del nuevo gobierno, para facilitar un país más moderno, competitivo, dinámico e inclusivo.

Este cambio en el poder de la Argentina significará como lo expresó recientemente la Federación Agraria Argentina, que “finalmente llegó la hora de que pasemos de las promesas a las acciones, y de los diagnósticos a las soluciones”.

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