Una familia tipo necesitó ingresos por $34.784,75 en septiembre para no caer en la línea de pobreza, mientras que para no ser indigente requirió de $13.913,90, según informó el Indec.
Respecto de agosto, la suba de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que mide la indigencia, fue del 4,9%, en tanto que la de la Canasta Básica Total (CBT), que mide la pobreza, trepó 5,4%. En términos interanuales, las variaciones fueron del 53,6% y del 54,2%, respectivamente. Y respecto de diciembre del año pasado, el aumento de ambas canastas alcanzó el 36,4 por ciento.
Respecto de agosto del año pasado, la suba de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que mide la indigencia, fue del 53,6%, en tanto que la de la Canasta Básica Total (CBT), que mide la pobreza, trepó 54,2%
La CBA se define como el conjunto de diversos alimentos, expresados en cantidades suficientes para satisfacer las necesidades de calorías de un hogar promedio. La CBT, en tanto, incluye bienes y servicios no alimentarios, como vestimenta, transporte, educación y salud.
Ambas canastas treparon en septiembre por encima del Indice de Precios al Consumidor (IPC), que escaló 5,9% con importantes aumentos en los rubros de indumentaria y de medicamentos.
En el caso de la ciudad de Buenos Aires, la Dirección General de Estadística y Censos informó que en agosto la canasta de pobreza para una familia integrada por 2 adultos y dos menores de 9 años se incrementó 3,8%, levemente por debajo de la tasa de inflación, y la valuó en $32.823,32.
La aceleración inflacionaria afecta a todos los segmentos socioeconómicos, pero mucho más a los hogares más vulnerables. Y ello se vio reflejado en los índices de pobreza e indigencia que informó el Indec el 30 de septiembre del primer semestre del año. Mientras que la pobreza alcanzó el 35,4%, con casi 16 millones de personas afectadas por este flagelo en todo el país, la indigencia ascendió al 7,7%.
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