Este año es favorable para los negocios financieros internacionales. Eventos de la política internacional, como la “guerra” comercial entre los EEUU y China y el complejo acuerdo por el Brexit generaron incertidumbre en los mercados que, pese a ello, se repusieron y cosecharon beneficios.
La economía internacional se desacelera, pero sigue en la senda de crecimiento. Un recorte de las tasas de interés dispuesta por la Fed también contribuye a incentivar la actividad debido al menor costo del dinero.
Argentina, en tanto, no encuadra en esta lógica. La economía nacional está sumergida en su propia crisis y ni siquiera consigue acoplarse a la dinámica de los países de la región. En recesión, al borde del default y con una moneda que se devalúa día a día, el país además carece de brújula política ante la inminencia de las elecciones presidenciales, preludio de cambios que se prevé serán drásticos.
En ese contexto, las compañías argentinas son, por segundo año consecutivo, las que mayor pérdida de valor reflejaron en su cotización bursátil. Desde los máximos a inicios de 2018, la baja en dólares promedió el 75 por ciento.
El panel líder S&P Merval de ByMA (Bolsas y Mercados Argentinos) terminó en 2018 en los 30.292 puntos. Ahora, en torno a los 32.000 puntos, exhibe una ganancia en pesos de 6 por ciento. No obstante, con una inflación ya próxima a 40% en algo menos de diez meses transcurridos en el año, la pérdida es más que amplia en términos reales.
Si se toma la evolución del dólar oficial (subió 55% en 2019), el Merval medido en moneda “dura” muestra una pérdida promedio de 31% que ya arroja al mercado local al fondo de la tabla de posiciones de las bolsas globales.
Pero en la plaza financiera el tipo de cambio de referencia es hoy el “contado con liquidación”, porque desde septiembre en la Argentina se impuso un control de cambios parcial que escindió las cotizaciones del dólar en variantes oficiales, bursátiles y también la informal del “blue”.
El “contado con liqui” es el cociente entre la cotización en pesos de la acción de una empresa y su precio en dólares en el exterior. Según el derrotero de los ADR de compañías argentinas en Wall Street, este dólar bursátil está cerca de los $75, con una brecha de 28% con el oficial.
Por eso, el Merval en dólares, según el “liqui”, arrastra una pérdida en 2019 del 45,6%, que exime de cualquier comparación con la evolución exhibida por los indicadores de los mercados centrales y los principales de países emergentes.
Para entenderlo fácil, las Bolsas de Santiago de Chile (-2,8%) y Turquía (-1,4%), son de las pocas que registran caídas este año –medidas en dólares-, y éstas, muy moderadas. Asimismo, los principales mercados europeos suman ganancias entre 12 y 19%, a excepción de Londres, que avanza un 7,66%, lastrado en parte por la dilación del Brexit.
En Wall Street, las principales referencias van a la par, con un Dow Jones de Industriales que acopia beneficios de 15,1% en el año; el S&P 500, un 18,3%, y el tecnológico Nasdaq, un 20,7 por ciento.
Desde los máximos a inicios de 2018, la pérdida en dólares promedió el 75% para los papeles argentinos
Para los títulos que cotizan en la Bolsa de Shanghái, China, la disputa del gigante asiático en los EEUU por la imposición de aranceles cruzados no hizo mella: ganan en promedio un 14,3% en dólares en 2019.
La pésima performance de precios de las acciones argentinas obedece básicamente a los problemas domésticos. Basta observar los precios de aquellas empresas argentinas con negocios diversificados en otros países y que cotizan en el exterior pero no en la plaza porteña, para ilustrar que es el “riesgo local” el que espanta a las apuestas de los fondos financieros y decanta en una caída exagerada de los valores de los activos.
Así, el ADR de Mercado Libre sostiene en Wall Street una ganancia en dólares de 88% desde que empezó 2019, Tenaris resta un 3%, mientras que Despegar pierde un 17%, una baja sensible pero bastante inferior al promedio nacional.
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