La euforia de los bonos va por caminos distintos. Ninguno de los inversores tomó en cuenta el debate entre candidatos a la presidencia donde omitieron explicar cómo van a evitar el default o cómo van a acordar una reestructuración o quita de la deuda, sin decirles a los acreedores qué van a hacer con la economía.
No fue casual que el tema más importante fuera eludido por todos, salvo por el candidato de la izquierda, Nicolás del Caño que adelantó que la “deuda la van a pagar los capitalistas, no el pueblo trabajador”. Por supuesto, la respuesta no le movió el amperímetro a los que están presentes en los distintos mercados.
Lo que les interesaba saber era que pensaban Alberto Fernández y Mauricio Macri del tema. Pero descontaron el viernes que ninguno se iba a jugar en este tema que es el que define el próximo pan económico.
El tema más importante fuera eludido por todos, salvo por el candidato de la izquierda, Nicolás del Caño que adelantó que la ‘deuda la van a pagar los capitalistas, no el pueblo trabajador’
Saben que, para aceptar un nuevo plan de pagos o una quita, tienen que decir a los acreedores cómo van a bajar el gasto público. En otras, palabras de dónde van a sacar el dinero para pagar la deuda reestructurada.
Y convencer a los acreedores significa tomar decisiones duras para el consumo porque a lo que más temen en el exterior es al recrudecimiento de la inflación. Y en ese paquete que los inversores esperan entran suba de impuestos y recortes en todas las administraciones desde la nacional hasta las gobernaciones e intendencias. Caso contrario, la restructuración será imposible.
La salida a la uruguaya, es una muestra de lo que significa una reestructuración. La recesión y la caída del salario fueron los principales actores de ese proceso donde se llegó hasta imponer un impuesto de 10% a todos los sueldos. Por supuesto, el plan contó con la aprobación del titular de la central de trabajadores de ese país.
Por eso, el martes cuando reabran los mercados todo seguirá igual. Los bonos de la deuda que vivieron una primavera y tienen un límite para el alza. Los bonos cortos y medianos no van a ir más allá de una paridad de 50%. Los Bonar 2020 que vencen a fin de octubre del año próximo, ya están en 49,22% y son candidatos a la reperfilación o a la quita. El final del “boom” parece cercano.
En cambio, el Discount en dólares con ley Nueva York, ya se acerca a 70%. Si todos los bonos tuvieran esta cotización, la Argentina podría tomar deuda a 8,5% anual y nadie hablaría de default. Pero el tema es que los bonos en dólares más cortos y que tienen ley argentina, tienen una paridad muy inferior y ya cotizan con precios de default. Por otra parte, el precio del Discount es de referencia porque nadie quiere desprenderse de este bono que hoy rinde 16%.
Los inversores, no creen que se aplique el modelo uruguayo. La mayoría se inclina por una quita y se opera en el mercado como si esta fuera la decisión qué más los conforma y que más chance tiene de imponerse.
También le faltaron datos a los que operan en la Bolsa. Por eso los ADR’s argentinos –certificados de tenencia de acciones– tuvieron bajas generalizadas en Wall Street que preanuncian una toma de ganancias el martes en la Bolsa local.
Pero las acciones no preocupan porque siempre hay compradores después de la caída. La idea de los que invierten en acciones es buscar los papeles que tienen precios más atrasados. Por caso, los bancos hoy tienen un valor que es 20% del precio que tenían en dólares a finales de 2017. Cada vez que caen a 15%, las acciones vuelan.
No les preocupa que el Frente para Todos proponga un impuesto extraordinario a las entidades financieras. Ni los banqueros levantaron la voz por este tema. Saben que lo pueden negociar con las Leliq, las Letras de liquidez que licita cada día el Banco Central y que pagan tasas de poco más de 69% anual y su volumen iguala al de la base monetaria.
Por eso, las acciones de los bancos son las más buscadas y las que más volatilidad tienen. Suben y bajan aceleradamente en los últimos tiempos.
El que compra acciones hoy en la Bolsa, no lo hace esperando ganancias rápidas, sino que apuesta a que en algún momento los bancos y demás empresas se acerquen a los valores en dólares que tenían antaño. Esto significará una enorme ganancia en dólares.
Nada va a cambiar en el futuro cercano. Los debates presidenciales seguirán por la misma vía de indefiniciones. En la Argentina, los principales candidatos aprendieron que el que revela lo que verdaderamente va a hacer, pierde votos. La promesa paga más que los hechos.
Por eso, los inversores mas grandes se cubren con los dólares alternativos (contado con liquidación y dólar Bolsa) que van camino a perforar el techo de $70. Los más chicos, los ahorristas, utilizan su cupo mensual de USD 10 mil dólares a la espera de los hechos.
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