El 2019 cerrará como uno de los peores años para el consumo en la última década. Las estimaciones de las consultoras privadas calculan que este año terminará con una caída de entre 6 y 10 puntos porcentuales para el sector de consumo masivo —que incluye alimentos, higiene personal y limpieza— y más aun para el consumo de bienes más durables, como indumentaria, calzado, vehículos o electrodomésticos.
“Lo que se esperaba, luego de un primer semestre que fue malo, es que en la segunda parte del año el consumo se comience a recuperar, dado que el segundo semestre del año anterior también había sido malo. Pero eso cambió después de las elecciones primarias (PASO), donde se acelera la inflación y hubo cambios en muchas variables que no eran los esperados”, señaló Facundo Aragón, gerente Comercial de la consultora Nielsen.
“La gente cuida mucho el gasto, estira algunas compras o se vuelca a productos que son mas genéricos y no tanto a los específicos, cada uno busca su mejor alternativa. Mira las segundas marcas, las marcas propias, las compras en ferias o a granel. Un consumidor deja de consumir una categoría, cambia de formato, deja de consumir esporádicamente, no hay un patrón común”, agregó.
En los índices de caída, es difícil medir impacto de las medidas de alivio anunciadas por el Gobierno después de las PASO —como reducción del IVA o el bono de $5.000—, pero en el mes de septiembre, por ejemplo, hubo una desaceleración en la caída del consumo, comparado con el mismo período del año anterior. La baja fue de -2,6%. Con una menor caída en la ciudad de Buenos Aires y GBA (-1,5%) en comparación con el interior del país (-3%).
Para los candidatos presidenciales, el tema de reactivar el consumo es clave, y todos los mencionan entre sus medidas. ¿Qué se puede esperar entonces para el año próximo? “Cualquiera que gane va a tener que tener al consumo como una de sus prioridades. El Gobierno actual recibió un mensaje. El punto es ver qué margen van a tener para poder hacerlo”, advirtió Aragón.
La gente cuida mucho el gasto, estira algunas compras o se vuelca a productos que son más genéricos y no tanto a los específicos, cada uno busca su mejor alternativa (Aragón)
Según Federico Moll, economista de Ecolatina, en un escenario donde los salarios siguen cayendo en términos interanuales desde principios de 2018 es difícil pensar en una recuperación del consumo. Desde la consultora, estiman que el año cerrará con una caída del 6% promedio anual para el consumo masivo y una caída del 4% proyectada para
“Es un contexto muy complejo, que tampoco tiene perspectivas de cambiar demasiado; en el mejor de los casos, el salario privado se va a mantener en los niveles actuales. En el caso de los bienes más durables, la incertidumbre mueve muchas de las decisiones de consumo, que están traccionadas por el mercado cambiario, como la compra de autos. La compra se decide según cuánto se cree que va a valer el dólar”, agregó Moll.
“Esperamos que el consumo privado recién logre crecer en términos trimestrales en la segunda mitad de 2020 y que cierre el 2019 con una caída anual en torno al 7,5%, afectado por la caída del nivel de empleo y el desplome de los salarios reales (estos últimos caerán en torno a 8% promedio en el año), la debilidad del crédito y las altas tasas de financiamiento, y el deterioro de la actividad económica en general, entre otros factores”, destacó Lorena Giorgio, economista senior en Econviews.
“Los salarios reales recién volverán a crecer en términos interanuales hacia 2021, y en su trayectoria mensual estimamos que se mantendrán prácticamente estancados durante todo el año que viene. En cuanto a la masa salarial real, prevemos que también comenzará a crecer en términos interanuales en 2021”, detalló la economista.
Bolsillo agónico y el fantasma del desempleo
“Bolsillo agónico, pocas perspectivas de mejora y el fantasma del desempleo”, fueron las principales conclusiones de una encuesta realizada por la consultora Trendsity luego de las elecciones primarias (PASO), donde se reflejó que el día a día de los consumidores está marcado por un “contexto económico apremiante”, que no les da respiro.
Entre los principales hallazgos, 8 de cada 10 consumidores admite que la inflación es la variable que más afecta su día a día, similar al porcentaje registrado en octubre de 2018. Otro de los aspectos señalados y que más crece versus el año anterior es el temor al desempleo, mencionado por casi la mitad de los consultados, mientras que en octubre de 2018 alcanzaba a un tercio.
“Se observa una gran preocupación por los aspectos más urgentes, definiendo a un ciudadano impactado por la inflación que perjudica su economía familiar sumado a una creciente amenaza de desempleo. Asimismo, baja la preocupación por temas que han sido muy candentes durante el 2017 como la corrupción, la grieta y la inseguridad”, explica Mariela Mociulsky, CEO de Trendsity.
El 64% indicó que su situación económica es regular, mala o muy mala. Alcanza un importante incremento en comparación con la misma encuesta de 2018, donde ese indicador había tenido un pico de 57%. Por otro lado, siete de cada 10 argentinos piensa que su situación económica en los próximos seis meses será regular o mala y casi cuatro de cada 10 proyecta un mayor ajuste al consumo luego de las elecciones.
La gente cuida mucho el gasto, estira algunas compras o se vuelca a productos que son mas genéricos y no tanto a los específicos, cada uno busca su mejor alternativa (Moll)
“El recorte de la realidad se da de la mano de una gran distorsión según las preferencias políticas. Quienes eligen votar a la fórmula Fernández-Fernández se muestran más esperanzados, más optimistas frente al futuro, mientras que quienes eligen votar el oficialismo se muestran más inseguros, temerosos o resignados, y más cautos respecto al consumo”, concluyó Mociulsky.
La investigación cuali-cuantitativa se realizó con tres focus groups de distintos niveles socieconómicos y de edad. Y se sumó un cuantitativo online sobre 450 casos (Ago’19), 50% hombres y 50% mujeres de 25 a 61 años.
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