Participaron:
- Tomás Geoghegan, head trader en Banco Interfinanzas
- Carolina Novello, portfolio manager de money market en Megainver
- Pablo Castagna, director de wealth management en Balanz Capital
- Marcos Gaona, gerente de wealth management en Balanz Capital
Lo que asusta: el ajuste seguirá
Se espera que el próximo gobierno, contrariamente a lo que hizo en sus inicios Mauricio Macri, se vea forzado a sincerar la herencia y tenga poco margen para hacer populismo con recursos propios. Se sabrá entonces que lo peor no ha pasado: Argentina deberá embarcarse en un proceso doloroso de baja del gasto o de reducción del déficit que suene creíble a sus acreedores. Pero para eso no habrá mucho espacio.
Quizá pueda encontrarse margen sacando algo de provecho de los recursos del sector privado. Alberto Fernández ya habló ante los medios sobre la necesidad de gravar “más severamente a los más poderosos”, algo que despertó temores sobre el desembarco de un impuesto al patrimonio. Otra alternativa, no menos temida, podría ser la aplicación de una nueva regulación sobre algún sector: por ejemplo, que las energéticas “desdolaricen” sus tarifas. O en el caso de los bancos, que se les pida destinar parte de su tenencia en Leliq a préstamos a tasa baja al sector productivo. El temor a medidas de este tipo es lo que más moviliza hoy en el mercado local a algunos grandes inversores, que se esfuerzan por diseñar artilugios para sacar sus billetes del sistema, de la manera que sea, y mantenerlos a salvo.
Lo que viene: florecerán tipos de cambio
Inversores y ahorristas dolarizan sostenidamente sus carteras. Nadie quiere pasar la elección de octubre con pesos en su poder. En las mesas ya anticipan que, con el pasar de las semanas y el aumento de las restricciones, empezarán a ampliarse las brechas entre los diferentes tipos de cambio del mercado, como el dólar MEP o el contado con liqui.
La pérdida de reservas internacionales empuja al Banco Central a extremar las limitaciones. El dólar en el mercado informal, o el “blue”, que hoy se ubica en torno a 60/USD, podría empezar a tomar vuelo si el Gobierno redujera el tope máximo de USD 10.000 mensuales que hoy pueden comprar los ahorristas.
Lo que ilusiona: Alberto, amigo de acreedores
La salida “a la uruguaya” que prometió Alberto Fernández para la renegociación de la deuda Argentina en un eventual gobierno tuvo una muy buena acogida en el mercado. Los bonos subieron el día del anuncio. No es para menos, la propuesta implicaría estirar plazos de títulos, sin realizar ninguna quita al capital. El ofrecimiento parece tan interesante que el mercado incluso podría aceptar una reducción en la tasa de los cupones, algo que no se vio en la propuesta del país vecino. La pregunta queda abierta: ¿es una expresión de deseo o, efectivamente, una salida posible?
Lo que consuela: apuestan por bonos ‘blindados’
Inversores del exterior se dejan llevar por la codicia y empiezan a interesarse por bonos argentinos en dólares ley local y de corto plazo, que tienen paridades del 40%. La demanda se percibe desde hace pocos días en títulos que estaban más castigados, como los Bonar 2024, 2025 y 2037.
La advertencia para todo inversor: si se quiere tomar posición sobre Argentina, será preciso separar la “buena deuda” de la “mala deuda”. Se espera que, si el próximo gobierno es peronista, haya un trato privilegiado sobre aquellos títulos que nacieron durante el gobierno de Néstor Kirchner, y algo más de descuido sobre aquellos que surgieron con Macri.
A esta expectativa se le suma que los bonos de la época Kirchner tienen cláusulas de acción colectiva más estrictas. De esta manera, aquellos surgidos en el canje de deuda del 2005, como el Discount y el Par, podrían quedar a salvo de grandes quitas y mantenerse blindados. Los bonos emitidos durante el gobierno actual podrían resultar vulnerables en una eventual reestructuración.