Qué planean hacer los trabajadores privados con el bono de $5000 que acordó el Gobierno

Una consultora privada elaboró un informe en donde analizan los tres usos que le darán a este beneficio los 6 millones de trabajadores del sector privado

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En un contexto donde la inflación no da señales de desaceleración y el poder adquisitivo se reduce mes a mes, está semana los trabajadores privados deberán comenzar a cobrar el bono de $ 5000 acordado entre el Gobierno, empresarios y representantes de la CGT. La medida traerá algo de oxigeno para las familias que planean utilizar el dinero con distintos fines.

Pagar deudas, llenar la heladera o ahorrar, serán algunos de los fines que le darán los trabajadores que reciban el dinero.

¿Cómo gastará el bono de
¿Cómo gastará el bono de los 5 mil pesos el sector privado?

Según un informe de la consultora Focus Market, parte del dinero irá a pagar deudas, sobre todo de las tarjetas de crédito y a los créditos personales e hipotecarios. Sucede que de acuerdo al BCRA, en julio las irregularidades de las financiaciones al sector privado se situó en 4,7%, mientras que el ratio de mora de los préstamos a las empresas se incrementó un 0,3 puntos porcentuales, llegando al 4,6%.

En segundo término el beneficio se destinará para reponer la canasta completa de un supermercado, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de horas que hay que trabajar para comprar los principales productos de consumo familiar. Solo por dar un ejemplo, un kilo de yerba mate cuesta $147,99, un aceite mezcla de girasol y oliva de 1,5 lt $256, mientras que un queso untable de 300 gr $139,90 y unas galletitas con cereal $149,99. Esto hace que parte de los 5 mil pesos apunte a amortizar estos gastos de almacén.

A su vez, este plus ayudará a que las familias puedan comprar alimentos congelados, una categoría cada vez más premium, teniendo en cuenta que una caja de 12 hamburguesas de carne clásicas cuestan $599, unos bocaditos rebozados de pollos de 400gr $210, y un pack de 8 milanesas de soja alrededor de $229.90.

Las bebidas azucaradas también serán otro de los ítems que serán “un permitido” a considerar. Hoy, una gaseosa sabor cola de 2.25 lt cuesta $125, una agua saborizada de 2,25 lt también $125. A su vez, un bidón de agua de 6,3 lt cuesta en promedio $120, y un paquete de café torrado de 500 gr $209,75.

Una de las decisiones tomadas
Una de las decisiones tomadas por las familias será utilizar el dinero para comprar productos de la canasta básica en los supermercados (Photo by Juan MABROMATA / AFP)

La categoría perfumería, cuidado personal y limpieza representa otro desafío para los consumidores: un acondicionador de 400 ml tiene un valor promedio de $248,99, según Focus Market. A su vez, una rasuradora masculina con 4 unidades $320,99, un desodorante de 150 ml $150,99; un jabón en polvo de alta espuma de 3 kg $406,99, y un pack de 4 rollos de papel higiénico doble hoja alrededor de $154,99.

En síntesis, una compra básica de 22 productos que incluyen categorías de almacén, alimentos congelados, bebidas sin alcohol e infusiones, perfumería, cuidado personal y limpieza, representan un gasto de $5.001,63 segun el revelamiento que realizó la consultora.

En un tercer y último escenario, parte del sector privado elegirá comprar moneda extranjera. En agosto, 1.300.000 personas humanas compraron de forma neta US$ 1.516 millones para atesoramiento. El 97% de esta cantidad compró menos de US$10.000 cada uno, mientras que 32.000 individuos compraron más de US$ 10.000 cada uno. Así las compras brutas per cápita fueron de US$ 1.738.

Según el Centro de Investigación en Finanzas que mide la Universidad Torcuato Di Tella, el Índice de Confianza del Consumidor (ICC)creció un 0,6% en septiembre. En la distribución territorial sin embargo, se demostró que la confianza del consumidor subió un 3,1% en el interior del país, bajó un 0,4% en el Gran Buenos Aires, y bajó un 1,2% en Capital Federal, respecto a agosto.

Por su parte, la predisposición para la compra de bienes durables e inmuebles cayó 8,4% respecto a agosto. En la distribución por nivel de ingresos, la confianza del consumidor subió 2,7% para el sector de los encuestados con menores ingresos y bajó un 1,4% para el sector de mayores ingresos. También cayó la confianza en sectores de mayores ingresos que encuentran en el ahorro un modo de moderar la incertidumbre futura.

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