“Imposible de creer. Nosotros queremos dar trabajo y no nos dejan". Miguel Livi, dueño de la empresa de vuelos privados Royal Class, escribió la frase en la red social Instagram, pocas horas de que el Indec diera a conocer que 35,4% de los argentinos viven en la pobreza. La historia de su frustración —querer y no poder desarrollar un negocio en la Argentina— comenzó en octubre de 2017 cuando la compañía de servicios aeronáuticos privados obtuvo la autorización de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) para cumplir con su plan de operar diez rutas domésticas en forma regular y transformarse en una aerolínea comercial.
A pesar de la “luz verde” de la ANAC, la empresa nunca pudo iniciar los trámites correspondientes en el Ministerio de Transporte, según relató Livi a Infobae. “Tuvimos cero comunicación. Nunca nos respondieron, a tal punto que judicializamos el caso. Necesitamos una respuesta”, dijo el empresario.
Dos años atrás, Royal Class había proyectado volar rutas locales desde Buenos Aires hacia algunos destinos a los que no llegan las grandes empresas del sector a través de aviones pequeños, de no más de 20 pasajeros
Dos años atrás, Royal Class había proyectado volar rutas locales desde Buenos Aires hacia algunos destinos a los que no llegan las grandes empresas del sector a través de aviones pequeños, de no más de 20 pasajeros. Entre las rutas que obtuvieron, luego de las audiencias públicas, están ciudades como Villa Gesell, Santa Rosa, San Rafael, Sunchales, Reconquista, Villa María, Tandil y Punta del Este.
Antes del otorgamiento de las rutas, el empresario atravesó un proceso de un año donde se presentaron certificados y planes de negocios. Pero al no obtener la autorización para comenzar a operar, decidió llevar su modelo de negocios a los Estados Unidos: invirtió casi USD 2 millones en la compra de la empresa Jet Connections y comenzó a operar con base en el aeropuerto de Opa Locka en la ciudad de Miami. Ya cuenta con seis aeronaves volando en destinos de Norteamérica (son dos aviones propios, dos administrados y otras dos que contaba la empresa local).
“En los Estados Unidos, estamos haciendo vuelos jet privados. También presentamos toda la documentación para arrancar con los vuelos regulares dentro de los Estados Unidos. Era lo que íbamos a hacer en la Argentina. Tengo una sensación contradictoria, el placer de ver que hay 40 familias trabajando y, por el otro lado, pensar que no son argentinos”, se lamentó Livi.
¿Por qué piensa que finalmente no pudieron volar? “La libertad y el libre mercado que se pregona desde el Gobierno no es una realidad. Hay algún interés de que Royal Class no opere", señaló Livi que suele escribirle al presidente Mauricio Macri a través de las redes sociales para contarle su situación, pero sin respuesta aun.
Royal Class continúa funcionando en el mercado local como compañía de vuelos privados, con una participación del 46% en ese negocio
Algunas de las empresas que obtuvieron rutas en las últimas licitaciones se encuentran hoy en una complicada situación financiera. La empresa LASA —con aviones pequeños y un plan similar al de Royal Class— se vio afectada por la devaluación de fines de 2018 y dejó de volar. Mientras que Avian (con la marca Avianca) suspendió sus servicios luego de solicitar una convocatoria de acreedores y Andes redujo sus destinos y frecuencias.
Con todo, Royal Class continúa funcionando en el mercado local como compañía de vuelos privados, con una participación del 46% en ese negocio. Su sede está en el Aeroparque de Buenos Aires, donde tiene su propio hangar con capacidad para 12 jets. Uno de sus activos más valiosos. Allí también brinda servicio de hangaraje y gerenciamiento para aviones de terceros: pueden ser “volados” para trasladar pasajeros y generar una ganancia adicional para sus dueños. Las aeronaves se pueden trasladar a cualquier punto del país y de la región, e incluso a otros continentes.
Sus principales clientes son empresarios y directivos, pero también realizan vuelos sanitarios (transportan órganos para ablaciones por ejemplo) y trabajan con muchos artistas internacionales que realizan giras por el Cono Sur. Entre ellos, Paul McCartney, Ricky Martin y bandas como U2 y Metallica.
Royal Class tiene más de 25 años en el mercado. En sus orígenes, perteneció al empresario Alfredo Yabrán y luego pasó a manos de su hijo. Livi la adquirió en 2013.
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