La semana financiera dejó entrever que la turbulencia desatada por la derrota del oficialismo en las elecciones primarias apenas se disipa. En el mercado de cambios el Banco Central salió airoso con sus intervenciones vendedoras. Posturas puntuales permitieron mantener la rienda corta para el valor del dólar, en una plaza mayorista que negocia unos USD 300 millones por día, un volumen que representa la tercera parte de lo operado en la época fuerte de liquidaciones del agro.
El dólar mayorista terminó la semana a $57,32 (1,1% en la semana) y a $59,56 en el promedio de venta al público de los bancos del microcentro.
La novedad estuvo en la compresión de la brecha con las cotizaciones bursátiles de “contado con liquidación”, a $63,44, y el dólar MEP, a $61,55, que del 30% quedó reducida a cerca de 10%. El “ajuste de tuercas”” del nuevo control de capitales, para desactivar las operaciones especulativas llamadas “rulo””, fue eficaz para alinear las diferentes referencias para el dólar.
Esta suerte de normalización trajo una consecuencia inusual para las acciones, pues el panel líder S&P Merval registró una caída semanal en pesos de 4%, a los 28.700 puntos, pero medido en dólares -según el “contado con liqui”- ganó 1%, dinámica que se evidenció en la mejora registrada por los ADR de compañías argentinas que se negocian en las bolsas de Nueva York.
De todos modos no hay que perder de vista el panorama completo de 2019, en el que la debilidad de la economía y los sobresaltos de la política destruyeron los precios de los activos, que quedaron por el piso, como cadáveres en el campo de batalla. Desde que empezó el año, las acciones argentinas caen en promedio un 75% en dólares y un 5% en pesos, con una inflación próxima al 35% en él acumulado de nueve meses.
“De cara a lo que resta del año no se descarta que la volatilidad del tipo de cambio, suba en el riesgo país e incertidumbre proveniente del escenario político, genere un mayor nivel de debilidad en el ritmo del crecimiento”, apuntaron analista de Puente.
Cierto alivio para los negocios con bonos lo aportó el candidato más firme para ganar las elecciones presidenciales que se realizarán justo en un mes. El opositor Alberto Fernández, del Frente de Todos, aseguró que si accede al Gobierno no impulsará quitas sobre la deuda y buscará una reestructuración moderada “al estilo uruguayo” en 2003.
Esta declaración habilitó el viernes una pausa en el ascenso del Riesgo País argentino, que igualmente se sostiene en los muy elevados 2.157 puntos básicos, una cifra que grafica la percepción de default que pesa sobre los títulos soberanos, ampliada por una nueva postergación del desembolso de USD 5.400 millones del stand by con el FMI, previsto para el corriente mes.
“A nivel local, la semana tuvo al equipo económico reunido con altas autoridades del FMI, nuevos datos relativos a la marcha de la economía antes de las PASO y la propuesta del Frente de Todos de implementar una reestructuración de deuda a la ‘Uruguay 2003’”, sintetizó un reporte del Grupo SBS.
“Tras las PASO, el riesgo Argentina se disparó junto a un corte del financiamiento que durará bastantes meses. Ello anticipa que la deuda soberana operará bajo estrés por el riesgo de no pago de las obligaciones. Para llegar al cambio de gobierno, se reperfiló la deuda de corto plazo, junto a control de cambios para cuidar las reservas”, indicó Portfolio Personal Inversiones.
En su informe, Portfolio Personal detalló que “la deuda soberana opera en paridades del 42% (se recuperan 42 dólares por cada 100 invertidos), que anticiparía pérdidas en Valor Presente del orden del 53%”, lo que constituye una paridad "aún por arriba de los niveles del 30% registrados en el 2002/2003, y que anticiparon pérdidas del 75% con la reestructuración 2005″.
Por otra parte, el Banco Central se anotó una modesta victoria al convalidar en la semana tasas de interés por debajo del 80% por primera vez desde el 29 de agosto. Después de once recortes consecutivos, la tasa de política monetaria de las Letras de Liquidez (Leliq) se ubicó en el 79,207% anual, sin que la baja influyera en una suba sensible del dólar.
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