Para la calificadora Moody’s, este Gobierno tiene pocas chances de lograr un “reperfilamiento” de la deuda argentina. Aunque dan por descartado que la Argentina entrará en default —la firma considera así a cualquier cambio en las condiciones o tiempos de pago—, creen que se negociará con el próximo Gobierno.
“¿Por qué los acreedores negociarían con este Gobierno? Es el próximo el que va a definir cuáles son las condiciones sobre las que se va a hacer el default. Al mercado le cuesta creer que lo pueda definir el Gobierno actual. Es cada vez más relevante lo que quiera hacer el próximo Gobierno", señaló Gabriel Torres, VP y Senior Credit Officer de la calificadora de riesgo.
“¿Por qué los acreedores negociarían con este Gobierno? Es el próximo el que va a definir cuáles son las condiciones sobre las que se va a hacer el default
En un encuentro con inversores, realizado este jueves en el hotel Four Seasons, el analista explicó que el país tiene una calificación Caa2, ya que descendió del puesto 15 al 18 luego de los resultados de las elecciones primarias (PASO). El puesto posible más bajo es el 21. Sin embargo, el país se encuentra en “revisión para una posible baja”.
Con la calificación actual, la Argentina forma parte del grupo de países en default y está en el mismo nivel que economías como Cuba y Barbados, por ejemplo. “De la calificación B1 hacia abajo son todos países de alto niveles de riesgo. El shock post PASO fue más fuerte de lo que esperábamos y la reacción del Gobierno fue ir hacia el default", explicó Torres.
Las previsiones de Moody’s para la economía argentina durante 2020 incluyen una caída del 2,5%, una inflación del 40% y un dólar promedio de $70 que puede llegar a $85 para diciembre del año próximo. “Las condiciones económico-financieras de 2020 son muy diferentes a 2002. No hay boom de commodities ni superavit fiscal. En ese momento el gasto público era de entre 25 y 26 puntos del PBI cuando ahora es de más de 40. Ahora el debate es cómo se va a pagar el gasto que hay hoy”, señaló Torres.
Para el analista, teniendo en cuenta la larga lista de crisis que atravesó la Argentina, lo extraño de la crisis actual es que no termina. “La Argentina ya ha pasado por estos shocks, pero en el último tiempo viene atravesando varios muy seguidos, septiembre de 2018, marzo y después de las PASO. Por eso es aumentan las probabilidades de que llegue un momento de traquilidad”, indicó.
Teniendo en cuenta la larga lista de crisis que atravesó la Argentina, lo extraño de la crisis actual es que no termina
Con respecto al retraso en el esperado desembolso de USD 5.400 millones del FMI, Torres consideró que lo más probable es que el organismo espere a que pasen las elecciones presidenciales. “El Fondo no puede ignorar que hay un candidato que parece que será el nuevo presidente. Esperará a que las elecciones se resuelvan y verá la mejor forma de coordinar con el Gobierno saliente y el Gobierno entrante. Otro shock grande en octubre sin desembolso sería muy negativo”, agregó.
El analista consideró que el nuevo Gobierno definirá qué tipo de quita o qué tipo de cambios en las condiciones de pago se podrán sostener a futuro. “Ningún país del mundo paga toda su deuda. Emiten deuda y luego para pagar emiten otra deuda. Lo importante no es lo que debés, sino si tenés o no acceso al mercado. Argentina no tiene acceso al mercado”, explicó.
Desde la consultora aclararon que más allá de los nombres que circulan sobre quién podría ser el próximo Ministro de Economía, lo importante es saber qué políticas se van a seguir. Algo que aún no se dio a conocer. Sobre el plan que habla de un acuerdo de 180 días entre Gobierno, empresarios y sindicatos, Torres consideró que puede ayudar a cortar la “inercia inflacionaria” pero solo da un respiro y luego se requieren otros cambios de fondo.
En ese sentido, vio más probable que un Gobierno de origen peronista pueda implementar reformas laborales o tributarias. “Tendría más credibilidad para aplicar reformas y más margen de maniobra”, anticipó.
Por otro lado, señaló que al no realizar los ajustes de fondo, la Argentina terminó teniendo una fuerte caída del salario real, justamente lo que se intentaba evitar. “No querés hacer un shock y terminás teniendo un shock más grande”, graficó.
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