La cita programada para este martes entre las máximas autoridades económicas de la Argentina y del Fondo Monetario ofrece una idea de la preocupación con que el organismo observa el devenir nacional desde las PASO, y no sólo por el agravamiento de la situación económica argentina sino también por el compromiso que el organismo multilateral asumió al abrir sus arcas a las necesidades financieras del Gobierno. Aunque la capacidad de fuego del Fondo no corre peligro, la recuperación del dinero del giro pendiente por USD 5.400 millones empieza a ser motivo de alguna inquietud en las oficinas de la capital norteamericana.
David Lipton, virtual número uno del FMI hasta que asuma la próxima directora gerente, la economista búlgara Kristalina Georgieva, irá a la reunión con los enviados de Mauricio Macri junto a Alejandro Werner, director del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo. Es un raro privilegio justo un año después del anuncio de la ampliación del acuerdo original a USD 57.000 millones, de los cuales el organismo ya giró al país unos USD 44.000 millones.
La expectativa oficial pasa por el próximo desembolso de ese crédito, USD 5.400 millones, atado a una quinta revisión que debía tener lugar en la segunda mitad de agosto y que aún no se hizo: el resultado de las PASO obligó a revisar planes y estrategias. En el FMI en cambio la duda es quién va a recibir ese dinero, cómo lo va a usar y, sobre todo, cuándo lo va a devolver. Una tercera negociación del programa stand-by está en agenda, pero eso no será antes de las elecciones del mes que viene.
Mientras el Presidente mantendrá reuniones de alto perfil en el marco de la Asamblea General de la ONU, los dos funcionarios del FMI van a escuchar de boca de Lacunza y Sandleris sus explicaciones sobre las últimas medidas para calmar el frente cambiario en plena temporada electoral. Las restricciones impuestas a la compra de dólares y las nuevas pautas de la política monetaria van a ser parte de esa conversación, según pudo saber Infobae.
También se van a evaluar los próximos pasos del plan económico de la Casa Rosada y la relación con el Fondo, aunque esto último con un horizonte necesariamente de corto plazo. “Siempre se discuten ambas cosas”, confió una fuente familiarizada con las negociaciones.
Ese primer encuentro será de tipo político. De ahí saldrán los lineamientos para las reuniones técnicas, pudo saber Infobae. Esas conversaciones técnicas seguirán mañana en Washington, en un almuerzo que Lacunza compartirá con Werner y Roberto Cardarelli, jefe de misión del Fondo para la Argentina. También compartirán la mesa el viceministro Sebastián Katz y Santiago Bausili, secretario de Finanzas.
Compromiso firme con el país
Un vocero del organismo afimó que la expectativa es que estos encuentros “sean una oportunidad para dialogar”. Y añadió, en línea con mensajes anteriores, que “el personal del FMI sigue comprometido con Argentina y continúa trabajando con las autoridades para abordar la difícil situación que enfrenta la Argentina”.
El diálogo nunca se cortó y, en rigor, el FMI en ningún momento puso en duda su acompañamiento al actual Gobierno o, según indicaron sus voceros más de una vez, al que venga después, cualquiera sea. Sin embargo, la posibilidad de resultados significativos, como un nuevo desembolso o el inicio de una renegociación del SBA, está recortada a la medida de las perspectivas políticas de la gestión de Macri.
Eso es lo que opinan los analistas que en Washington siguen de cerca la relación de la Argentina con el FMI. “Seguramente tendrán mucho para discutir, pero es difícil imaginar que el Fondo tomará decisiones sin un mejor entendimiento de los planes de la oposición”, dijo a Infobae Benjamin Gedan, responsable del Argentina Project en el Wilson Center, de la capital norteamericana.
Según Gedan, “parece que será la oposición la que tenga que pagar la deuda al FMI y por lo tanto es lógico que el Fondo quiera negociar con ellos”.
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