Una de las consecuencias del resultado de las PASO fue el severo cambio de expectativas de los agentes económicos con capacidad de ahorro y que operan en los mercados de capitales de la deuda pública argentina. A diferencia de los electores, estos votan todos los días a través de sus decisiones de compra y venta -hoy más de venta que de compra- de títulos y acciones.
Entre esos giros se destaca el brusco cambio de tendencia del ritmo de los precios de los bienes y servicios del conjunto de la economía, ya que de una efímera proyección a menos de 1% en el primer tercio de agosto, se aceleró a más de 7% en el resto del mes y terminó con una tasa de 4% en la medición del Indec.
A partir de ahí, y junto con la aparición de un sistema de tipos de cambios múltiples, más allá de un valor más alto para las importaciones y las operaciones del público en general, que el de las exportaciones que reciben un valor notable menor por la quita de una suma fija en general, y de las retenciones en particular, se agregó desde el 1 de septiembre un control de cambios selectivo que potenció los tipos de cambio MEP o Bolsa, y CCL o contado con liqui, con cotizaciones aún más elevadas.
El desarrollo de estas opciones recreó también un factor adicional sobre las expectativas de inflación, determinada por la brecha entre el tipo de cambio comercial más bajo y el financiero o de "fuga" de los controles más alto.
En una entrevista con Infobae, Daniel Marx, ex secretario de Finanzas y director de la consultora Quantum Finanzas, dio su visión sobre la coyuntura y sus expectativas para lo que resta del año.
– ¿Reapareció la brecha cambiaria y sumó otro factor impulsor de la tasa de inflación, a fines de 2015 se creía que había tal relación, y por tanto el ex ministro Alfonso Prat-Gay subestimó el fenómeno cuando eliminó el cepo y el control de cambios. Ahora puede ser diferente?
– El principal efecto sobre la inflación es la devaluación del peso, y aún no se ha trasladado plenamente a los precios. Las brechas entre los diferentes tipos de cambio es importante, pero siempre lo más relevante es la variación de la cotización del dólar en el mercado mayorista.
– ¿Por la recesión, que incluso ha afectado también a la demanda de bienes inferiores, aquellos que aumentan el consumo cuando cae el ingreso real?
– Exacto. Por eso no estoy seguro de que los precios ya han incorporado el efecto del salto cambiario, no sólo de un tipo de cambio a $62 por dólar, sino incluso a $57 o en algunos casos de $52. Por eso creo que la tasa de inflación de septiembre va a ser también importante, y más alta que la de agosto.
– ¿Qué cabe esperar, en consecuencia, en términos de actividad?
– Inflación y actividad responden a los desequilibrios en el flujo de capitales, porque afectan a la demanda agregada, por menor nivel de ingreso disponible. De ahí que el problema es cómo lograr que la cuenta comercial no se vea afectada.
– ¿Cree que el control de cambios selectivo, porque no afecta al comercio exterior, puede derivar en prácticas de sobre y subfacturación de importaciones y exportaciones, y afecte al resultado del intercambio comercial de los próximos meses?
– No estoy muy seguro si lo va a afectar tanto. Es cierto que si se generan desequilibrios locales se filtran en el intercambio comercial. Pero también hay que recordar que desde el blanqueo de activos en el exterior se intensificaron los controles, y por tanto ya no hay tantas vías de escape como había en el pasado.
Es cierto que si se generan desequilibrios locales se filtran en el intercambio comercial. Pero también hay que recordar que desde el blanqueo de activos en el exterior se intensificaron los controles, y por tanto ya no hay tantas vías de escape como había en el pasado
– Uno de los factores que llevaron al Gobierno a adoptar el control de cambios selectivo y también el reperfilamiento compulsivo de los vencimientos de la deuda pública de corto plazo, fue la repentina falta de dólares, al cambiar el escenario post las PASO. ¿Si la brecha cambiaria no afecta la perspectiva del superávit comercial cree faltarán divisas para hacer frente al pago de los vencimientos inmediatos?
– Le diría que lo que hay que mirar es cómo se comportan las cuentas de la Tesorería más que el resultado de la balanza comercial.
Pero lo que quiero resaltar es que lo que está ocurriendo desde las PASO, que llevó a un escenario de incertidumbre, salto del tipo de cambio, y propuesta de reperfilamiento de la deuda pública de mediano y largo plazo no obedeció a un desastre natural; sino que se trataba de observar lo que no estaba bien y mejorarlo.
– Algunos economistas destacan el fracaso de la política monetaria para frenar la inflación, pese a que está demostrado que sus efectos maduran en un plazo mínimo de 8 meses a un año, y recién se está cumpliendo ese período que se inició con el segundo acuerdo con el Fondo Monetario, en septiembre de 2018. ¿Cuál es su visión?
– Se podrán discutir las formas de implementación de las políticas. Pero en la Argentina lo que ha ocurrido es la magnitud de la caída de la demanda de dinero, de pesos, por distintos factores, pero principalmente porque no se logra recrear la confianza en las instituciones.
– Pareciera que existe una gran impaciencia en la población, pero también en los agentes económicos que quieren ver resultados inmediatos, cuando eso está demostrado que es imposible. ¿Cree que una solución puede ser optar por la dolarización de la economía, y abandonar el peso?
– No. Muchos países han pasado por situaciones de alta inflación, y sin embargo lograron recomponer el valor de sus monedas a partir de situaciones muy traumáticas, que no es el caso de la Argentina, que sólo debe mirar lo que se hizo mal y corregirlo. La historia muestra eso: aprender y corregir, para recuperar instituciones sólidas en lo fiscal y monetario. Y no resignarse al fatalismo.
– ¿Qué le recomendaría al próximo gobierno?
– Creo que una tarea fundamental será generar las condiciones de previsibilidad.
– ¿Cuáles son sus pronósticos de inflación y actividad para el 2020?
– Eso hoy es muy largo plazo. Esperaremos a ver el resultado de las elecciones del 27 de octubre y cuáles serán los lineamientos de política para el año próximo para poder empezar a estimar las grandes variables. Siempre en la Argentina fue muy complejo hacer pronósticos, como le decía en la anterior entrevista a comienzos de este año, más aún ahora.
Fotos: Adrián Escandar