Los gobiernos de la Argentina y Brasil acaban de anunciar que no regirá el libre comercio automotor en junio del 2020, como estaba previsto. Las administraciones de Mauricio Macri y Jair Bolsonaro acordaron extender el acuerdo de comercio administrado que rige desde que existe el Mercosur (1995) hasta junio de 2029, por lo que recién en julio de ese año habrá libre intercambio de autos. En línea con el acuerdo alcanzado hace dos meses entre el Mercosur y la Unión Europea.
Los gobiernos se adelantaron a negociar un acuerdo antes de que venciera, y que posiblemente hubiera sido más difícil de acordar con un gobierno de Alberto Fernández, si es que finalmente llega a ser presidente. Desde el Ministerio de Producción, sin embargo, aseguran que no fue ése el objetivo, sino que se venía negociando desde el año pasado y cobró impulso luego del cierre del tratado con Europa, que va en la misma línea.
¿Qué implica el nuevo acuerdo y qué consecuencias tendrá para la industria local?
Desde que existe el Mercosur, que permite el intercambio con arancel cero entre todos los socios del bloque, el comercio automotor entre la Argentina y Brasil es administrado y se rige bajo un acuerdo que se va renovando cada dos o cuatro años. El último fue pactado en junio de 2016 y tenía fecha de vencimiento en junio del 2020. Este acuerdo de intercambio está basado en un valor llamado "flex", que regula las importaciones y las exportaciones entre los dos países en materia automotriz. El flex pactado para este período fue de 1,5, lo que significa que por cada dólar que la Argentina exportaba a Brasil, podía importar USD 1,5. Flex que no se cumplió debido a los vaivenes de los mercados en ambos países.
Lo que los gobiernos acordaron hoy es que ese valor suba gradualmente hasta llegar a 3 y que en julio de 2029 se libere el comercio automotor entre ambos países. El escalonamiento es el siguiente: sube a 1,70 de forma retroactiva para el período 2016-2020 (lo llevaron al valor real que existe hoy debido a que las importaciones de Brasil fueron superiores a las proyectadas); luego se eleva a 1,80 entre 2020 y 2023; a 1,90 entre ese año y junio de 2025; 2 hasta 2027; 2,5 hasta 2028 y 3 hasta junio de 2029, de acuerdo con los detalles del convenio firmado.
El flex hasta 2020 para este período fue de 1,5, lo que significa que por cada dólar que la Argentina exportaba a Brasil, podía importar USD 1,5. Flex que no se cumplió debido a los vaivenes de los mercados en ambos países
En términos concretos, lo que permitirá este acuerdo es que gradualmente las importaciones de Brasil puedan ser cada vez mayores por cada dólar que la Argentina le vende a ese país en materia automotriz y que durante estos diez años el sector se vaya focalizando en los modelos en los que es más competitivo y donde puede tener mayor escala.
Es decir, el objetivo será ir caminando hacia una mayor especialización, como por ejemplo la producción de camionetas pick ups y las SUV, "un segmento en el que la Argentina puede tener más posibilidad de ampliar sus mercados", afirmó a Infobae el secretario de Industria, Fernando Grasso.
"Tiene toda la lógica que vayamos al libre comercio porque forma parte de los objetivos iniciales del acuerdo con Brasil. El flex implica fijar una regla transicional hacia ese proceso que ya se inició como región con terceros bloques. El desafío que tenemos por delante es generar un esquema de competitividad y de apoyo a las inversiones que definamos como estrategia productiva", agregó el funcionario.
El acuerdo fue apoyado por las terminales automotrices y por los autopartistas. Desde la Asociación de Fábricas de Automotores (Adefa), su presidente, Luis Fernando Peláez Gamboa, destacó que frente a la actual situación macroeconómica y caída de las principales variables a nivel sectorial, "es importante que de manera anticipada, es decir, a ocho meses del vencimiento del acuerdo que establecía el libre comercio con Brasil, el sector en su conjunto cuente con un marco de previsibilidad suficiente para continuar trabajando en la profundización de la integración productiva entre ambos socios, en especial a lo atinente a las inversiones, el comercio, la generación de empleo y la producción".
Peláez Gamboa destacó la firma del este nuevo acuerdo porque "establece un marco legal de largo plazo y la posibilidad de proyectar y definir las inversiones en los próximos diez años, además de profundizar la especialización y complementación productiva con el fin de fortalecer a la región como bloque frente a los nuevos desafíos que enfrenta el sector automotor a nivel internacional en lo referente al desarrollo de nuevas tecnologías, demandas y acuerdos2.
Es importante que de manera anticipada el sector en su conjunto cuente con un marco de previsibilidad suficiente para continuar trabajando en la profundización de la integración productiva entre ambos socios (Peláez Gamboa)
Desde la Asociación de Fábricas de Componentes (Afac), su director ejecutivo, Juan Cantarella, consideró "positiva" la firma del acuerdo frente a la posibilidad de un libre comercio en 2020, "o lo que sería mucho peor, comparando contra un escenario de vacío legal con paralización del comercio y por ende la producción".
"Habiendo firmado ya el libre comercio con la Unión Europea, este acuerdo iría en el mismo sentido. Con lo cual, surgirán más oportunidades o amenazas en función con lo que hagamos para mejorar la competitividad de verdad", afirmó Cantarella. "Sin ese trabajo pendiente, tendremos más amenazas que oportunidades, perjudicando la inversión primero, y la producción y balanza comercial después", agregó.
El sector automotor explica más del 40% de las exportaciones argentinas de manufacturas de origen industrial, ya que constituye el segundo complejo exportador del país
Además del concepto de "flex", el acuerdo incluye una adecuación de las reglas de origen que convergen a las del acuerdo UE-Mercosur; incorpora cupos para intercambiar vehículos con nuevas tecnologías con la posibilidad de que puedan tener un contenido regional más bajo (por la falta de desarrollo del autopartismo local para esas nuevas motorizaciones); incluye objetivos de convergencia regulatoria; y la posibilidad de importar de terceros países piezas que no se produzcan en el país con arancel cero, siempre y cuando la terminal aporte un 2% de esas importaciones a un fondo que será destinado al desarrollo del autopartismo local.
El sector automotor explica más del 40% de las exportaciones argentinas de manufacturas de origen industrial, ya que constituye el segundo complejo exportador del país y genera de manera directa 78 mil puestos de trabajo y alrededor de 160 mil indirectos, precisó el ministerio de dirige Dante Sica en el comunicado.
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